Preocupaciòn mundial
Alzheimer, la nueva epidemia que los científicos no pueden detener o frenar la progresiòn
Afecta a una de cada ocho personas de más de 65 años y a casi la mitad de las mayores de 85 años. Si bien no es parte del envejecimiento normal, la edad es su principal factor de riesgo. En el día mundial de la enfermedad, especialistas entrevistados por Infobae coincidieron en la importancia de detectarla cuanto antes
Como cada 21 de septiembre, se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, instaurado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Alzheimer, con el objetivo de informar para lograr una mejor calidad de vida para quienes sufren esta enfermedad.
Actualmente, el Alzheimer afecta a uno de cada ocho mayores de 65 años, y a casi la mitad de los mayores de 85 años. Con el aumento de la expectativa de vida se estima que en Latinoamérica la cantidad de personas con Alzheimer aumentará casi un 300% en los próximos 20 años.
Se trata de una alteración neurodegenerativa primaria sobre la cual después de 100 años todavía se está luchando para encontrarle una cura.
Cuando una persona padece esta patología, experimenta cambios microscópicos en el tejido de ciertas partes de su cerebro y una pérdida progresiva, pero constante, de una sustancia química vital para el funcionamiento cerebral, llamada acetilcolina.
El neurociéntífico Facundo Manes, fundador del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco) consideró que "si bien la enfermedad de Alzheimer no es parte del envejecimiento normal pero la edad es su principal factor de riesgo".
Y destacó que "es un trastorno degenerativo cerebral crónico que afecta en forma progresiva la memoria, la conducta, otras funciones cognitivas (por ejemplo, el lenguaje) e impacta en la vida diaria de los pacientes y sus familias".
"Retrasar la aparición del Alzheimer es un paso importante en la lucha contra la enfermedad".
La enfermedad representa la causa más común de demencia, acaparando entre un 60% y un 70% de los casos y Manes destacó que "la demencia tiene un impacto físico, psicológico y económico, no sólo en la persona enferma, sino también sobre la familia de la persona afectada, los cuidadores no familiares, el sistema de salud y la sociedad en su conjunto".
"Es por ello que suele referirse a los trastornos cognitivos y a las demencias como 'la nueva epidemia', con importantes consecuencias a nivel sanitario y económico", consideró el doctor Ignacio Demey, jefe de la Unidad de Neurociencias Cognitivas del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (Ineba), quien detalló que "la incidencia anual de demencia en Latinoamérica es de 9,2 casos por mil habitantes".
En ese sentido, existe consenso científico sobre que la enfermedad se debe detener en sus etapas iniciales, incluso mucho antes de que aparezcan los síntomas, ya que –según Manes- "los cambios en el cerebro se producen décadas antes de que se haga evidente la enfermedad clínicamente, por lo que los desafíos más importantes de las investigaciones actuales y futuras consisten en detectar la enfermedad cuanto antes y en desarrollar drogas efectivas que modifiquen la biología de la enfermedad para utilizarlas desde la etapa inicial".
"Retrasar la aparición de la enfermedad de Alzheimer es un paso importante en la lucha contra la enfermedad. Si la aparición de la enfermedad de Alzheimer se pudiera retrasar cinco años, se reduciría drásticamente a aproximadamente la mitad del número de personas enfermas en 30 años ya que, en el momento de su estadio avanzado, los pacientes estarían alcanzando su expectativa de vida", sintetizó.
Reconocer los síntomas para un tratamiento temprano
A pesar de que año a año se incrementan la cantidad de enfermos -en el mundo aparece un nuevo caso cada cuatro segundos-, es un problema que se esconde o se ignora y eso empeora la situación de pacientes y cuidadores, ya que se demoran los diagnósticos y los tratamientos.
"Lo principal es reconocer los primeros síntomas –aseguró el doctor Santiago O' Neill, jefe de Neurología Cognitiva del Instituto de Neurociencias de Fundación Favaloro-, que suelen ser: pérdida de la memoria, dificultad para realizar tareas habituales, problemas con el lenguaje o dificultad para encontrar las palabras justas y cambios en la personalidad y el carácter".
Existen múltiples tratamientos en etapas de experimentación pero ninguno logró, hasta la fecha, detener los cambios cerebrales y frenar la progresión de la enfermedad.
Sin embargo, hay innumerables herramientas a disposición de pacientes y cuidadores para que quienes padecen una demencia puedan estar mejor, desde el tratamiento de problemas asociados, como la depresión, hasta los medicamentos para mejorar la memoria.
O' Neill agregó que "es importante saber que desde lo cotidiano también podemos trabajar para evitar su aparición, manteniéndonos activos física y mentalmente, alimentándonos en forma saludable, evitando el tabaquismo y controlando los factores de riesgo como la hipertensión, el colesterol y la diabetes".
Si bien, como se dijo, por el momento no existe ningún tratamiento que cure la degeneración que trae el Alzheimer, sí se dispone de algunos fármacos que pueden retrasar la progresión de la patología.
Asimismo, una buena alimentación puede también disminuir el riesgo de desarrollar esta enfermedad, y varios nutrientes, tales como la vitamina B12, B3, C o el DHA (ácido graso de la familia de los Omega-3) parecen estar relacionadas con esta reducción. De hecho, el DHA a su vez desacelera el deterioro cognitivo normal relacionado con la edad.
Estadísticas que explican el crecimiento de la enfermedad
· El Alzheimer es la causa más común de demencia, acaparando entre un 60% y un 70% de los casos. No se trata de una enfermedad en sí, sino que describe un grupo de signos y síntomas.
El Alzheimer afecta en la actualidad a más de 400 mil argentinos
· Por lo general afecta a personas de 60 años o más, aunque en los mayores de 85 hay una probabilidad mayor al 30% de desarrollar esta patología. Desde que aparecen los primeros síntomas hasta que se inicia una etapa de mayor gravedad pueden pasar entre 5 y 20 años, dependiendo de cada persona.
· La tasa de mortalidad por la enfermedad de Alzheimer subió el 30% entre 2001 y 2011 en la Argentina, según una publicación de estadísticas vitales del Ministerio de Salud de la Nación.
· Diferentes investigadores y médicos especializados en Alzheimer coinciden en que esta enfermedad afecta en la actualidad a más de 400 mil argentinos.
· Se calcula que hay más de 35 millones de personas con demencia en el mundo. Dado el envejecimiento estimado en la población mundial, esta cifra se duplicará cada 20 años (65,7 millones en 2030 y 115,4 millones en 2050).
Pero sus efectos, como sucede dramáticamente con cada epidemia, se sentirán de manera más aguda en los países de bajos y medianos ingresos con respecto a los países desarrollados: mientras que en 2010, el 57,7% de todas las personas con demencia se corresponde a los países de bajos y medianos ingresos, en 2050 la proporción se extenderá a un 70,5%.
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