El exabrupto de Domenech
Después de la derrota el técnico francés se negó a darle la mano a su par brasileño
En forma grosera y rompiendo las reglas éticas y de caballerosidad que existen entre entrenadores que disputan un partido, Domenech no quiso retribuir el saludo a Carlos Alberto Parreira, técnico de Sudáfrica. Evitado por Domenech, el técnico Parreira dijo : "Si no lo quieren los propios franceses, es que hay razones fundadas para ello ".
Tal como afirman los medios de prensa brasileños, la imagen estándar para cualquier juego disputado entre dos equipos de fútbol, incluídos los de la Copa del Mundo, es el saludo protocolar que se brindan los entrenadores cuando concluye el encuentro, no importando el resultado del mismo, por lo que resulta inexplicable la conducta de Raymond Domenech, el técnico de Francia, al rechazar la mano de su par de Sudáfrica, el brasileño Juan Carlos Parreira, al término del partido disputado entre las dos selecciones.
El irascible carácter que predomina en la persona del francés, más el nerviosismo por la mala campaña de su equipo, sumado al escándalo que se generó entre sus dirigidos, fueron los ingredientes necesarios para plasmar esta actitud que se transformó en una clara grosería que puso en evidencia al técnico francés.
Parreira, ante la primera negativa de Domenech insistió en saludarlo, pero el francés replicó muy airado palabras que el brasileño no entendió, dándole la espalda inmediatamente y caminando hacia el acceso que conduce a los vestuarios.
Aparentemente, el dedo con que le apuntaba el francés y la gesticulación del mismo, se debía a un reproche que le hacía Domenech a Parreira por dichos que éste había vertido hace un año atrás, cuando Henry había hecho un gol con la mano, episodio que Parreira no recordaba, según manifestó a medios periodísticos después del altercado.
El técnico de Sudáfrica dijo que lamentaba mucho lo ocurrido, "porque somos una clase de personas que trabajamos con mucha presión en torneos de esta naturaleza, y lo único que quise hacer fue saludarlo y no irritarlo, como realmente ocurrió, además que no entendí nada de lo que me dijo", agregó Parreira.
La triste situación se clarificó un poco, cuando un asistente del equipo de Francia llegó hasta el vestuario de Sudáfrica, para disculparse por el resto del plantel francés y comentarle que Domenech estaba molesto por palabras que Parreira había dicho un año atrás en relación a que Francia no merecía estar en el Mundial, después de la mano en el gol de Henry que le dió la clasificación a Sudáfrica 2.010.
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