Intentan encontrar una solución de paz
Kirchner se reúne con el presidente electo de Colombia y viajará a Caracas para contener la crisis
La Unión de Naciones Suramericanas iniciará hoy gestiones para intentar contener la escalada de la crisis diplomática entre Colombia y Venezuela, cuyos gobiernos rompieron relaciones la semana pasada. En ese marco, el titular del bloque, Néstor Kirchner, se reunirá con el presidente colombiano electo, Juan Manuel Santos, y viajará a Venezuela el 5 de agosto para entrevistarse con Hugo Chávez. Santos, quien realiza una gira por la región, se reunirá hoy en Buenos Aires con el secretario general de la Unasur, Néstor Kirchner, mientras el presidente temporal del organismo, el mandatario ecuatoriano Rafael Correa, trabajará con vista a la reunión de cancilleres del foro, que se efectuará el jueves, en Quito.
El gobierno saliente de Colombia, a cargo del presidente Alvaro Uribe, acusó el jueves 15 al de Venezuela de "tolerar" la presencia de guerrilleros que representan, dijo, una amenaza a su seguridad, lo que fue rechazado por Caracas.
Siete días más tarde, el presidente venezolano, Hugo Chávez, rompió totalmente las relaciones bilaterales, que ya estaban congeladas, mientras el gobierno de Uribe llevaba su acusación a la OEA, donde el embajador colombiano, Luis Alfonso Hoyos, tildó además de "dictador" a aquél.
Chávez dijo ayer en un acto político que "como nunca antes" hay riesgo de un ataque militar desde Colombia, impulsado por Estados Unidos, y que puede ser lanzado a través del estado (provincia) Zulia, en el oeste del país.
Correa habló en un primer momento de la posibilidad de una reunión presidencial de emergencia, pero la iniciativa derivó en una primera reunión de cancilleres.
Fuentes diplomáticas citadas por la agencia de noticias ANSA afirmaron que se verificó impracticable una cumbre a la que asistieran los dos protagonistas principales de la crisis, Uribe y Chávez, y que la perspectiva es que se trabaje en una eventual reunión presidencial una vez que asuma Santos.
Chávez dijo ayer mismo que espera "señales claras e inequívocas" del nuevo gobierno colombiano, que expresen disposición a normalizar los vínculos, e insistió en que las acusaciones de Uribe se deben a un plan contra su gobierno motorizado por Estados Unidos.
La ruptura de las relaciones tomó a Santos en México, en el comienzo de una gira latinoamericana que realiza para mejorar las relaciones de su país en la región.
El presidente electo dijo el jueves que su "mejor contribución" para afrontar la crisis es no pronunciarse sobre este nuevo capítulo del conflicto bilateral.
Colombia y Venezuela comparten una frontera de más de 2.200 kilómetros y las relaciones habían sido congeladas por Chávez cuando, en 2009, Uribe anunció un acuerdo para que tropas estadounidenses se establezcan y operen en siete bases militares colombianas.
Esa presencia es objetada fuertemente por Chávez, pero también, aunque lo hayan expresado en diferentes tonos, por la mayoría de los gobiernos del subcontinente.
Cuando se anunció la ruptura de las relaciones, Kirchner tomó contacto inmediatamente con los gobiernos de ambos países, así como lo hizo también el presidente de Brasil, Luiz Lula da Silva, quien estará en Caracas el 6 de agosto y, al día siguiente, en Bogotá, para la asunción de Santos.
Uribe retomó las acusaciones al decir, en una declaración publicada hoy por el diario El Tiempo, de cuya propiedad participa la familia de Santos, que deja el gobierno "con la tristeza de que estos terroristas sigan con la capacidad de hacer daño y desde el extranjero".
También hoy, Chávez dijo que "la posibilidad de una agresión armada contra Venezuela, desde Colombia, tiene hoy una probabilidad como nunca la tuvo", e insistió en que esa acción es impulsada por Estados Unidos.
Kirchner viajará a Venezuela el 5 de agosto para entrevistarse con el presidente Hugo Chávez; y al día siguiente se trasladará a Colombia, en el marco de la mediación, donde se volverá a ver con Santos.
De esa forma, Kirchner estará el 6 y 7 de agosto en Bogotá para entrevistarse con el presidente electo -además participará de la ceremonia de su asunción- y el saliente, Alvaro Uribe.
El secretario general de la Unasur evitó pronunciarse sobre el conflicto, pues dijo que su papel es intentar un acercamiento entre las partes.
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