A ocho días de la fuga
Mermó la búsqueda del reo brasileño e intentan hallar presuntos cómplices
Las esperanzas de dar con Arle Roselvete Guerra de Campo (36) “son casi nulas”, confiaron allegados a la tarea de recaptura del preso. En tanto, la investigación para dar con supuestos “facilitadores” de su evasión prosigue a paso firme y hay secreto de sumario. Luego de ocho días, desde que el reo de origen brasileño escapó en una cinematográfica emboscada ocurrida en el barrio Industrial de la capital correntina, su búsqueda ha mermado mientras que se prosigue con la investigación para dar con los presuntos cómplices que habrían complotado para lograr su fuga.
Fuentes bien informadas y cercanas al caso aseveraron ayer a “época” que las esperanzas de dar con Arle Roselvete Guerra de Campo (36) “son casi nulas” puesto que especulan con que “es muy probable que el mismo día que se evadió ya abandonó suelo correntino”.
Si bien ese día, el martes 27, se realizó un intenso rastrillaje por la zona Noreste de la ciudad, donde se lo vio por última vez, y con el correr del tiempo también se lo buscó en otras barriadas populares, todas las pesquisas tendientes a recapturarlo arrojaron saldo negativo.
Pero no sólo la Policía provincial participó activamente del operativo, sino que contaron con la colaboración de agentes del Servicio Penitenciario, Gendarmería Nacional, Policía Federal y Prefectura Naval, fuerzas federales que abocaron efectivos a la tarea.
No obstante, los trabajos no dieron resultado y se decidió ampliar el espectro de búsqueda, trasladando la localización del interno hacia el interior provincial.
“Además de algunos lugares cercanos a la ciudad de Corrientes, también se centran las actuaciones en la ciudad fronteriza de Paso de los Libres y la zona cercana a este lugar, todas lindantes con el río Uruguay”, indicaron la semana pasada voceros de la fuerza.
Vale recordar que Guerra de Campo es oriundo de la localidad brasileña de Uruguaiana, donde viven sus amigos y familiares, por lo que se cree que podría intentar retornar a ese lugar.
No obstante los procedimientos desplegados, todo indica que al brasileño “lo tragó la tierra”. Esta conclusión no es desacertada si se tiene en cuenta que el plan de escape comenzó a gestarse desde fines del año pasado cuando el condenado consiguió un permiso, concedido por la Cámara en lo Criminal de Paso de los Libres, para realizarse un tratamiento bucal en un consultorio privado, es decir, fuera de la Cárcel de San Cayetano.
Allí permanecía alojado purgando una pena de 16 años de prisión por el delito de “robo agravado por el uso de arma de fuego y tentativa de homicidio”, ocurrido en 2006 en la localidad de Tapebicuá.
“Con tanto tiempo empleado en idear la fuga sería muy ilógico permanecer escondido en el territorio provincial”, sentenciaron las mismas fuentes.
Además, como dato nuevo, indicaron que si bien en un primer momento se informó que solamente hablaba su idioma natal y en forma muy cerrada (lo que dificultaba su comunicación), esto no es así.
“Arle era uno de los mejores alumnos de su clase dentro del Penal 6 y se expresaba bastante bien en castellano. Además tenía una conducta intachable y se llevaba bien con sus compañeros”, explicaron.
Investigación interna
Pero si bien la búsqueda del interno ha mermado en virtud de carecer de datos certeros, el mayor esfuerzo de los pesquisas ahora se centra en la investigación interna que se lleva a cabo en el seno del Servicio Penitenciario.
El miércoles 28, desde el Ministerio de Gobierno se ordenó el sumario administrativo a los funcionarios y efectivos implicados en el caso.
Al día siguiente el proceso arrojó sus primeras sanciones: el jefe de la Cárcel Nº6, alcaide mayor José María Ojeda, y el jefe de Seguridad Interna, oficial Gómez, “fueron separados de sus cargos”, confirmó el jefe del Servicio Penitenciario, comisario general (R) Miguel Ángel Domínguez.
“Por el momento fue puesto a cargo de la Unidad Penal de San Cayetano el alcaide Roque Rubén Romero, mientras que en el área de Seguridad Interna quedó el segundo jefe, oficial Portillo”, expresó Domínguez en declaraciones radiales.
En tanto, la medida de investigación también alcanza a los dos agentes involucrados: Miguel Ángel Rodríguez (27), quien resultó baleado, y Walter Orlando Alfonzo (24).
Ayer este medio pudo saber que el proceso investigativo continuará “hasta las últimas consecuencias” a fin de “determinar las causales o los posibles involucrados en la fuga”, confiaron a este matutino. Al respecto dijeron que “no tenemos la certeza de si existió complicidad desde dentro del Servicio Penitenciario pero eso lo determinará el sumario y la pesquisa que se está llevando a cabo”.
A pesar de confirmar el avance de la causa, “no se pueden brindar mayores datos por el estricto secreto de sumario”.
El escape
Arle Roselvete Guerra de Campo logró su “libertad” cerca de las 12:20 del martes 27 del mes pasado luego de ser atendido por un problema dental en un consultorio odontológico ubicado en avenida Armenia al 4800.
Tras el procedimiento, éste debía retornar a la Cárcel de San Cayetano (donde actualmente se encontraba alojado pero su traslado a la Unidad Nº1 era inminente ya que su condena quedó firme) y momentos antes de llevarlo el sujeto le pidió a su guardia que lo dejara ir al baño, para lo cual debía liberarlo de las esposas.
Cuando el recluso amagó con ingresar nuevamente al consultorio, aparecieron en escena dos motocicletas: una moto de 125 cilindradas y otra de 110, ambas de color negro, en las cuales se movilizaban tres sujetos.
Aprovechando que el otro agente se hallaba hablando por teléfono y que el brasileño no tenía sus esposas, uno de los motociclistas extrajo un arma de entre sus ropas y sin mediar mayores palabras disparó en varias oportunidades contra uno de los uniformados.
Uno de los disparos impactó en uno de sus tobillos y allí recién su camarada advirtió lo que sucedía. Por esta razón intentó perseguir a las dos motocicletas, en las que los tres sujetos y Guerra de Campo fugaron raudamente.
Según testigos, los dos motociclos aceleraron hasta tomar calle José Ingenieros y se internaron en la citada barriada capitalina para luego desaparecer.
Fuente: época -
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