Brutal asesinato
Un empresario de hacienda mercedeño fue muerto y descuartizado en Goya
El empresario y consignatario de hacienda Horacio Rodrigues Videla había desaparecido en horas de la tarde del Martes, después de haber viajado para realizar una importante y significativa transacción comercial en la ciudad de Goya. Su cuerpo fue encontrado totalmente mutilado y cortado en varias partes. Mató y mutiló a un comisionista de hacienda para no pagar una deuda. Un carnicero citó al representante de una comercializadora de ganado de Mercedes. Lo llevó a su casa con la excusa de abonarle más de 160 mil pesos. Pero lo asesinó a golpes con un hierro, lo apuñaló y cortó en seis partes. Fue el martes, pero lo descubrieron ayer.
Un comisionista de hacienda fue asesinado a golpes y puñaladas y después descuartizado por un carnicero que cometió el delito con el fin de no pagar más de 160 mil pesos que debía de una operación comercial.
El crimen ocurrió el martes en la ciudad correntina de Goya, pero fue descubierto ayer cuando el autor no pudo mantener en pie la mentira que había inventado ante la Policía y los familiares de la víctima.
De acuerdo a fuentes cercanas a la investigación, el cadáver mutilado de Horacio Rodríguez Videla (66) estaba adentro de seis bolsas de residuos negras. Una de ellas, ubicada en un baño de la casa del asesino, contenía el torso. Las cinco restantes estaban en un galpón utilizado como depósito y estacionamiento, cargadas con las piernas, la cabeza y los brazos.
Los primeros exámenes forenses indican que la muerte se habría producido por una serie de fuertes golpes en la cabeza, con un elemento contundente, que causaron múltiples fracturas. “El cráneo lo tenía totalmente despedazado”, explicó una de las fuentes consultadas por “época”. Pero también tenía cinco puntazos en el tórax hechos con un arma blanca de gran tamaño.
El crimen fue descubierto a las 8 de ayer, cuando la Policía allanó la casa de Carlos Lerena (52), en Agustín P. Justo al 300, en el centro de la ciudad situada a 200 kilómetros al Sur de la capital provincial.
El procedimiento fue el final de una serie de sospechas tejidas entorno del principal y único sospechoso, a quien mantenían en calidad de demorado desde la madrugada, transcurso en el cual negó conocer el paradero del comisionista.
Los detectives solicitaron una orden judicial a partir de una pequeña contradicción del entonces sospechoso, después de que le repitieran una y otra vez iguales preguntas. Por lo demás, nunca pareció inmutarse. Su postura no varió. No evidenció nerviosismo y sí una calma asombrosa. “No tengo la menor idea de él, estuvo conmigo pero después de charlar no lo vi más”, recalcó en más de una ocasión ante un grupo de efectivos dependientes de la Unidad Regional II.
Apenas la comisión policial ingresó con él a su vivienda se “quebró” y dijo “está bien, acá está”. A los pocos segundos llevó a los pesquisas hacia un quincho del fondo de la propiedad y señaló una de las bolsas, precisamente en la que ocultaba el torso. Después bastaron apenas unos minutos para que los policías encontraran el resto del cadáver descuartizado, en el predio ubicado a 35 metros de distancia, en la misma cuadra, cruzando la calle en diagonal.
En el fondo de ese predio, en una esquina, aparecieron los bultos acopiados alrededor de charcos de sangre. Lerena fue detenido de inmediato por agentes de la División Investigaciones y llevado en un automóvil a su lugar de detención.
En la casa del homicida fueron secuestrados cuchillos, prendas de vestir con manchas de sangre, armas de fuego y un hierro utilizado para la marcación de hacienda, envuelto en papeles y con evidencia de restos humanos. Para los pesquisas ese sería el objeto empleado para dar muerte a Rodríguez Videla.
Adentro del domicilio también encontraron varios fajos de billetes por un monto total de 167 mil pesos. Ese dinero es el que la víctima fue a buscar. Y del que Lerena no quiso desprenderse.
Los familiares del comisionista, cuando hicieron la exposición por desaparición, habían mencionado que el hombre iba a buscar una abultada suma en efectivo. Por eso temían que algo pudiera ocurrirle, como ser un robo.
Los policías que trabajan en el caso mencionaron que el último contacto de la víctima con un familiar fue alrededor de las 12:30 del martes. Luego, como no volvió a comunicarse, volvieron a llamarlo, pero su teléfono daba apagado.
Con las sospechas de sus seres queridos, la Policía de Mercedes emitió una circular solicitando a todas las dependencias de la región saber acerca del desaparecido. Ya era la noche del martes.
El principio del fin para Lerena fue cuando él llamó (a las 23) a la comisaría Cuarta y dijo que encontró el automóvil de Rodríguez Videla.
El vehículo del empresario, un Toyota Corolla, se encontraba estacionado en la estación de servicios “La Rutera”, en avenida Mazzanti y Mendoza, casi Ruta Nacional 12. “Dijo que colaboraba en la búsqueda porque lo habían llamado familiares de la víctima preguntándole si sabía algo de él”, explicó uno de los investigadores.
Tras el “hallazgo”, la Policía realizó pericias en el auto y no encontró rastros de violencia. Los trabajadores de la estación dijeron que el vehículo no fue tocado en varias horas. Y tampoco dónde había ido el dueño.
Una hija, el yerno y la mujer del comisionista viajaron desde Mercedes a Goya. El temor a un desenlace trágico empezó a hacerse grande con el correr de las horas.
Amparándose en una versión inocente, Lerena se reunió con los familiares de su víctima en la cafetería de la estación, a esperar si surgía “alguna novedad”. Sin saber que el asesino estaba frente a ellos tomaron café e intercambiaron charlas. Todo eso pasó hasta que a las 5 los policías que iban de un lado a otro buscando información decidieron demorarlo.
“Lo que desconcertó fue que primero dijo que estuvo con la víctima hasta las 14, pero después quiso acomodarse a la versión de los familiares de Videla y dijo que fue hasta las 12:30”, precisó la fuente.
El crimen habría ocurrido alrededor de las 12 y se presume que ocurrió en el living de la casa del carnicero. Durante el allanamiento los policías hallaron un recibo de pago. El papel decía que Lerena había cumplido con el pago de la deuda.
Datos reveladores obtenidos por este diario dicen que la agresión se produjo cuando el comisionista se aprestaba a salir de la vivienda del homicida. Fue atacado por la espalda. El cuerpo de la víctima no habría sido descuartizado apenas murió sino algunas horas más tarde cuando, como se sospecha, Lerena tomó la decisión de ocultarlo. Pero la búsqueda del desaparecido truncó sus planes y no tuvo tiempo de llevar los bultos a otra parte.
El descuartizamiento habría ocurrido en el baño, con el uso de un cuchillo, y posiblemente de una sierra, le cortó la cabeza, los miembros inferiores y superiores. Después los colocó en las bolsas de polietileno y trasladó a la mayoría hacia el estacionamiento.
Todo “normal”
Un vecino del confeso asesino dijo que a las 17 del martes notó que el hombre hacía trabajos en el patio de su casa, cortando el césped y podando las plantas, como si nada malo hubiera ocurrido.
Ayer el procedimiento de la Policía generó amplia repercusión en Goya. Y como no registran antecedentes de un caso tan espeluznante para trabajar sin que se les “escapen detalles” (como graficó uno de los investigadores) toda la cuadra quedó cerrada para el tránsito vehicular y de peatones, además de los medios de prensa que debieron realizar sus coberturas desde más de 50 metros.
En las esquinas decenas de personas se juntaron a mirar todo y cada uno de los movimientos de la Policía. “Lo conozco a Lerena, fue director de Defensa Civil acá en Goya. Ahora andaba en la compra y venta de animales y tiene o tenía carnicerías”, dijo un vecino.
La causa está en manos del fiscal Guillermo Barry y el juez Carlos Balestra.
Conocido y respetado
Rodríguez Videla “trabajó toda su vida” en el mundo ganadero, tal como lo confirmó Martín, uno de sus hijos, en breve diálogo con este medio, mientras aguardaba frente al escenario del crimen por el traslado del cadáver de Goya a Corrientes para la autopsia en el Instituto Médico Forense.
“Ayer (por el martes) dijo que tenía que venir e irse en el día y ahora estamos acá en esta situación terrible; mucho no tengo para decir”, agregó sumido en la congoja.
Radicado en Mercedes, el comisionista supo ganarse un lugar de respeto entre productores y ganaderos de la región. Su muerte causó conmoción y el pesar desde el ámbito rural se hizo sentir durante toda la jornada de ayer.
Fuente: época -
Texto: Gustavo Figueroa Fotos: Horacio Romero Enviados Especiales |