La epopeya de los mineros
El éxito del operativo desató festejos en todas las localidades chilenas
Desde abrazos y lágrimas a papel picado y bocinazos proliferaron todo el miércoles y se prolongaban hoy en las calles a lo largo de Chile para celebrar la salida sanos y salvos de los 33 mineros desde el yacimiento San José, donde estuvieron en un encierro obligado desde el 5 de agosto pasado a 700 metros de profundidad. La celebración comenzó en el campamento instalado fuera de la mina, donde los familiares se fundieron en abrazos en los que liberaron 70 días de angustia y ansiedad por ver a sus seres queridos, según reportó la agencia alemana DPA.
"Son muchas las emociones juntas, desde el dolor a la esperanza", dijo Gladys, una prima del líder de los mineros, Luis Urzúa.
Tal como el pasado 22 de agosto, cuando se supo que los mineros estaban vivos en el refugio, los familiares que permanecían en el campamento subieron al cerro de la mina a tomar las 33 banderas que representan a los trabajadores.
La expectativa había comenzado temprano en Santiago, la capital de Chile, ya que cientos de personas se instalaron después de la jornada laboral en la pantalla gigante ubicada en el centro de la ciudad, donde comúnmente hay publicidad, para ver la transmisión de la televisión chilena del inédito rescate que llamó la atención del mundo entero.
Apenas salió la cápsula desde el ducto, con la certeza de que el jefe de turno Urzúa estaba a salvo, las lágrimas corrieron por los rostros de las personas entre saltos, abrazos y banderas chilenas, desatando un espontáneo carnaval.
"Estamos orgullosos por partida doble, de los mineros y de los rescatistas", dijo una de las personas que festejaron.
Minutos después comenzaron a sonar las bocinas de los autos y las plazas de las principales ciudades de Chile se llenaron de personas admiradas con una hazaña considerada histórica.
En la norteña ciudad de Copiapó, los festejos estaban listos con anticipación. Las autoridades habían instalado una pantalla gigante para seguir las labores de los socorristas en una transmisión que fue ininterrumpida.
El fin del rescate fue la señal para que la gente de la ciudad con tradición minera saliera a festejar por sus "hermanos" fuera del Hospital Regional, para que los mineros dentro del recinto escucharan el apoyo ciudadano.
Pero el carnaval se extendió por gran parte de Chile.
Incluso, en la sureña ciudad de Concepción, una de las más afectadas por el terremoto de febrero pasado, una caravana de vehículos rodeó la plaza principal como ocurre en los festejos deportivos.
"Estamos felices desde el sur de Chile, donde hemos sufrido harto, por tener una historia que termina con un final feliz", dijo una habitante de la zona.
Con las expresiones de júbilo, los chilenos demostraron la atención que captó una noticia que fue transmitida por más de 1.600 periodistas a los cinco continentes.
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