Elecciones en Brasil
El partido Verde anunció que no respaldará a ninguno de los candidatos a balotaje
El Partido Verde de Brasil, tercero en las elecciones del 3 de octubre con el 19 por ciento de los votos, decidió ayer en su Convención nacional no respaldar a ninguno de los candidatos en la segunda vuelta que debe definir el presidente del país. La decisión del PV obliga de alguna manera a la oficialista Dilma Rousseff y al opositor José Serra a buscar voto por voto los casi 20 millones de sugrafios que logró la candidata verde, Marina Silva, en la primera vuelta.
Antes de que se adoptara la decisión plenaria, la misma Silva había adelantado su postura de neutralidad, y después una abrumadora mayoría se pronunció por la independencia, mientras apenas 4 convencionales pretendieron que el partido definiera respaldos.
"El voto es secreto y voy a mantener ese derecho que tengo. Voy a promover el debate para que el electorado brasileño elija lo que es mejor para Brasil. No es de neutralidad, es independencia, porque el partido permite que cada uno apoye a cada candidato, pero no como integrante del partido", explicó Silva en una conferencia de prensa.
El derrotado candidato del PV a la gobernación de Rio de Janeiro, Fernando Gabeira, adelantó en cambio su voto a Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y otra figura partidaria, el ex ministro de Cultura de Lula Gilberto Gil, anunció en cambio su apoyo a Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT).
"No me estoy lavando las manos. Puedo mirar a Dilma y a Serra y reconocer cualidades, comprometidas con los avances de los últimos 16 años en Brasil, comprometidas con mejorar al país", remarcó Silva en su encuentro con la prensa, según las agencias Ansa y DPA.
En la primera vuelta, el 3 de este mes, Rousseff obtuvo el 46,9 por ciento de los votos y Serra el 32,6 por ciento. La última encuesta de Datafolha mostró un 54 por ciento de intención de voto para la ex jefa de ministros de Lula contra el 46 del ex gobernador de Sao Paulo.
Según Datafolha, el 55 por ciento de los votantes de Silva está respaldando a Serra a dos semanas de las elecciones presidenciales.
Silva fue fundadora del PT en el estado amazónico de Acre en los ´80, pero abandonó el partido de Lula en 2009, un año después de haber dejado el gobierno por diferencias con el propio presidente, que le quitó el control exclusivo del Plan Amazonia Sustentable.
La ex candidata verde condenó la "dualidad destructiva" entre el PT de Lula y el PSDB del ex presidente Fernando Henrique Cardoso y la comparó con la disputa entre republicanos y monarquistas del período imperial. "No hay democracia apenas con dos opciones; sólo existe con una tercera vía", evaluó.
Desde que se supo el resultado del 3 de octubre, el apoyo de Silva es abiertamente disputado por Dilma y Serra, quienes consideran que los votos verdes serán decisivos en el balotaje y hasta mandaron cartas a la ex candidata verde para invitarla a buscar coincidencias programáticas.
Silva también dijo que defiende su fe religiosa -es evangélica-, pero no para usarla como arma electoral, en lo que pareció una respuesta también a los medios que interpretan que la cuestión del aborto fue colocado por los evangelistas que la respaldaron y ahora se inclinan por Serra.
La cuestión del aborto se mantuvo hoy en el centro de la escena, porque el comando de campaña de Serra negó que la esposa del ex gobernador de San Pablo, la ex bailarina chilena Mónica Allende, se hubiera sometido a un aborto en los ´70, como contó una ex alumna de la mujer.
"Mónica Serra nunca se hizo un aborto", afirmó un comunicado del PSDB, en réplica al diario Folha de Sao Paulo que ayer citó palabras de una ex alumna de Allende, que reveló que en 1992 la esposa de Serra contó que se hizo un aborto cuando ambos tuvieron que escapar de Chile hacia el exilio en Estados Unidos.
La ex alumna Sheila Ribeiro contó a la prensa este hecho "indignada" porque Serra y su esposa sostienen que la candidata oficialista, Rousseff, despenalizará el aborto.
No fueron los únicos capítulos del fin de semana vinculados a las cuestiones religosas en medio de la campaña: por un lado, se conoció que un obispo de Guarulhos mandó a imprimir 2 millones de panfletos que piden no votar a Rousseff; y por el otro, un cura suspendió una misa en Ceará porque dentro de la iglesia había otros volantes también contrarios a la postulante del PT.
El pedido de volantes antioficialistas fue del obispo Luiz Gonzaga Bergonzini, de Guarulhos, segunda ciudad más poblada del estado de Sao Paulo. Para el religioso, la plataforma del PT incluye la legalización del aborto, algo que la misma candidata descartó.
Los panfletos llevan la firma de la Regional Sur I de la Confederación Nacional de Obispos de Brasil (CNBB).
En Ceará, en tanto, un cura que oficiaba una misa en la que participaba el candidato opositor José Serra puso anoche abruptamente fin a la ceremonia, irritado porque había panfletos dentro de la iglesia que acusaban a Rousseff de estar a favor del aborto y tener vinculaciones con las FARC colombianas.
El hecho ocurrió en la Basílica Candindé, en el nordeste de Brasil, mientras Serra participaba del oficio religioso. Según la estatal Agencia Brasil, el religioso suspendió la misa, lo que le valió acusaciones de "petista" de parte del senador Tasso Jereissatti, dueño de la mayor cadena de shoppings de Brasil.
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