Todo volvió la normalidad en la Alcaidía libreña
Motín en Libres: “Se priorizó la vida de los internos y los policías”
El jefe de la Unidad Regional IV de esa ciudad fronteriza, Claudio Sussini, no ocultó su satisfacción por el proceder de los agentes de la fuerza. Destacó que sólo hubo “heridos leves” y descartó un caso de presuntos apremios ilegales contra uno de los internos. Luego del motín ocurrido el fin de semana en la Alcaidía de la Unidad Regional IV de la Policía de Corrientes, en la ciudad de Paso de los Libres, donde quemaron colchones y atacaron a siete guardias que resultaron lastimados, desde la fuerza manifestaron su conformidad con el operativo y resaltaron que la situación no dejó como saldo a víctimas fatales ni heridos de gravedad.
El titular de la citada dependencia policial, Claudio Tomás Sussini, emitió declaraciones radiales respecto del suceso y resaltó que en el accionar oficial “se priorizó la vida de los internos y de los policías”. “Tenemos antecedentes (en la Alcaidía) del fallecimiento de dos internos a causa de la quema de colchones, entonces se agotó el diálogo con los detenidos antes de actuar”, indicó.
Entrando en detalles en cuanto al procedimiento, el jefe policial explicó que “en un principio se sacó a tres internos que tenían problemas con dos policías que fueron lastimados, aunque los restantes continuaron haciendo pedidos que nada tenían que ver con su internación en la Alcaidía. Eran cosas inconcebibles”.
Por este motivo “comenzaron de nuevo a quemar colchones y a amenazar a los policías con agredirlos, por lo que nos comunicamos con el comando superior de Corrientes y se ordenó el envío de la Policía de Alto Riesgo (PAR)”, prosiguió.
En ese momento “lo que urgía era salvar la vida de cualquiera de los involucrados por la inhalación de los gases tóxicos producto de la quema de colchones”, contó Sussini.
Con ese grupo de apoyo se ingresó al patio central y se desbarató la escaramuza, para luego trasladar a los siete internos más “revoltosos” a la unidad carcelaria ubicada en la localidad de San Cayetano.
El saldo fueron algunos reclusos y policías “heridos pero ninguno de gravedad, lesiones propias del forcejeo y la resistencia que opusieron los internos”, precisó el funcionario de la fuerza.
Ayer el clima dentro de la alcaidía era mucho más tranquilo tras el traslado de quienes incitaron a la violencia. “Cuando ocurren estos hechos, (los demás reos) no se quieren poner en su contra porque temen las represalias, apoyan aunque no les guste. Al carecer de gente que ejercía el mando, están mejor y más tranquilos”, describió el comisario.
El hecho
La rebelión se produjo el fin de semana, adentro del pabellón central del centro de detención, ubicado en calle Los Ciento Ocho al 1000 de la localidad fronteriza con la República de Brasil.
A raíz del incendio de colchones fue solicitada la presencia de una dotación de bomberos que sofocaron las llamas, mientras los detenidos agredieron con objetos contundentes a los policías, a quienes además mojaron con orina.
En medio de una tensa situación tres de los internos fueron sacados de ese pabellón, pero el resto continuó la protesta ahora con dos motivos: que regresaran sus compañeros de celda y que mejoren la calidad de detención.
Tras largas horas de idas y vueltas las autoridades adoptaron la decisión de trasladar a los presos, quienes estaban provistos de armas de fabricación casera, denominadas como “chuzas” o “facas”.
Todos los efectivos evidenciaron lesiones leves, como ser contusiones y excoriaciones.
Con el despliegue de la División de Policía de Alto Riesgo (PAR) siete de los detenidos fueron conducidos al Penal 6. Trascendió que en la Alcaidía, al momento de los disturbios, había alrededor de 60 presos, cuando su capacidad recomendada sería para una cifra bastante inferior.
El presunto origen del conflicto
Un trascendido que surgió en la ciudad fronteriza es que el origen del conflicto fueron los supuestos apremios ilegales que sufrió uno de los internos de la alcaidía.
Se trata de Walter Fabián González, de 33 años y conocido con el apodo de “Púa”, quien el pasado 31 de octubre fue aprehendido en el barrio conocido como “La cancha de Ferro”, más precisamente en la intersección de calles Alem y Velazco.
Sobre este sujeto pesaban pedidos de captura por supuesto robo calificado, lesiones con arma de fuego y resistencia a la autoridad.
Consultado al respecto, el comisario Sussini explicó que este hombre “nada tiene que ver con la alcaidía”. Y prosiguió: “Cuando fue apresado hubo una persecución de cinco cuadras y se lo buscaba desde hacía cinco años porque estaba prófugo por causas graves”.
Durante su aprehensión “se resistió y fue perseguido por agentes de la Brigada y de la comisaría Primera y su escape incluyó saltar muros de casa en casa”, se explayó.
Producto de esta acción “sufrió contusiones propias del escape, al igual que los policías que también terminaron con lesiones”. Y fue contundente al afirmar: “Certifico que en la alcaidía no se lo tocó, ya estaba detenido”.
De esta manera Sussini descartó que uno de los motivos por los cuales se produjo la escaramuza sean los presuntos abusos sobre González, quien también fue llevado a San Cayetano.
Fuente: época -
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