Griselda Siciliani
"Soy una bailarina que no ejerce"
Copada por la televisión, este año brilló en la novela "Para vestir Santos" y ahora comienza a grabar una nueva comedia. "Justo me propusieron lo que más me gusta hacer: actuar. Y encima como protagonista junto a Mariano Martínez y Nicolás Cabré, para mí los mejores comediantes de nuestra generación, estoy más que entusiasmada". Había una vez una nena, la segunda de seis hermanos, que quería bailar. Con ocho años cumplidos, de tanto soñar con Maia Plisétskaia y Mikhail Baryshnikov, la pequeña Griselda Siciliani se despertó un día en la Escuela Nacional de Danza con el tutú y las zapatillas de danza listas para aprender los primeros pasos de ballet. Que luego devendrían en los movimientos menos clásicos, pero igual de complejos de la danza contemporánea. Pero después algo pasó.
Algo tiene que haber pasado para que las imágenes de Julio Bocca y Pina Bausch quedaran al costado del camino y la nena de los sueños con piruetas hoy, puesta a elegir, decida que es más actriz que bailarina. Y la pantalla chica le da la razón.
Después de un año de brillar en Para vestir santos -que termina el miércoles-, pasado mañana empezará a grabar Los únicos , la nueva comedia de Pol-ka que protagonizará junto a Mariano Martínez y Nicolás Cabré.
"Creo que a esta altura tengo que decir que soy primero actriz y después bailarina, sobre todo por respeto a la danza porque la tengo bastante abandonada. Ahora dedico 20 de las 24 horas del día a actuar. De las horas que estoy despierta casi todas son para actuar", dice y parece ser la primera sorprendida con la carrera que tiene, una que ama pero que nunca imaginó.
"Pensé que el trabajo en televisión iba a ser esporádico, algo para hacer cuando tuviera ganas o pintara algo para mí. No imaginé que iba a manejar tanta versatilidad en la TV. Ni en el teatro tampoco. Pero la televisión me sorprende aún más. Se ve que me divierte a mí y les divierte a los demás que haga cosas diferentes, que dé el volantazo", reflexiona Siciliani. Y de volantazos y cambios de dirección algo debe haber intuido aquella adolescente que estudiaba teatro musical con Hugo Midón cuando empezó a engancharse con la actuación de a poco, despacito, como se inyecta una vacuna, dice.
Así, la danza y la actuación, expresiones artísticas familiares aunque no siempre cercanas, se volvieron una y la misma cosa. Y transformaron a Griselda Siciliani en aquel aire fresco, repleto de gracia, que ingresó en la televisión por la puerta grande con un personaje chiquito: la torpe secretaria del personaje de Adrian Suar en Sin código .
Que años después el dueño de Pol-ka y gerente de programación de El Trece se convirtiera en su pareja en la vida real es una historia para más adelante.
Es que cuando todos se preguntaban quién era esa chica que hacía reír tanto con apenas un puñado de escenas y le auguraban un gran futuro en la pantalla chica -especialmente cuando le dio vida a Debi, aquella niña rica con el sí fácil en Sos mi vida -, ella seguía pensando como bailarina. Pero ya no. "Hoy soy una bailarina que no ejerce", dice convencida y hay que creerle aunque su postura, algo en la manera en que camina, se mueve y hasta posa para las fotos conserva la huella de la danza.
Un poco de ese andar, inconscientemente contenido, le prestó Siciliani a Virgi San Juan, la hermana del medio en Para vestir santos . Una mujer de mecha tan corta como sus polleras, seductora serial con el insulto siempre a flor de boca y una vulnerabilidad escondida hasta las últimas consecuencias. Y que cada tanto, por puro impulso de vivir en carne viva, se largaba a cantar y bailar unos números musicales memorables.
"El drama en la TV no lo había experimentado tanto porque siempre hice personajes de comedia, más livianos. Y estas chicas tenían de todo, pero lo que seguro no eran era livianas. Hubo varios capítulos en los que Virgi se quebró y para mí fue hermoso de actuar. Por suerte estaba Daniel Barone en la dirección, que me ayudó a soltarme", recuerda Siciliani que a fines de noviembre se despidió "para siempre" de Corazón idiota , la obra que ideó junto a su amiga Carla Peterson, Carlos Casella y Ana Frenkel.
La ficción ideal
La decisión estaba tomada. En 2011, Griselda se iba a mantener alejada de la pantalla chica. Pero el plan quedó en la nada cuando la actriz recibió una oferta imposible de rechazar. "Justo me propusieron lo que más me gusta hacer: una comedia alocada. Y encima como protagonista junto a Mariano Martínez y Nicolás Cabré, para mí los mejores comediantes de nuestra generación. Me resultó tan atractivo el proyecto que me quería obligar a decir que no, pero no pude. No me la podía perder", dice con respecto a Los únicos en dónde interpretará a María Soledad Marini, una chica de pueblo con una fuerza física inusual que formará parte de la brigada justiciera en el centro del relato de la nueva tira de Pol-ka.
Como otras actrices de su camada, Griselda no se siente cómoda en el universo farandulero. Pero a diferencia de sus colegas, ella está de novia con uno de los hombres más conocidos del mundo del espectáculo. Y encima, que ella trabaje en su productora hace salivar a los chismosos que siempre detectan a quienes prefieren no formar parte de su juego. Claro que elegir no exponerse no implica ocultarse, sino otra cosa.
"Se trata de proteger mi individualidad. Porque al estar con una persona muy visible y muy querida por la gente a veces es necesario dejar aclarado que él es mi novio, pero yo no soy él ni tengo el caracter de él ni la carrera de él. Tal vez parece una pavada lo que estoy diciendo pero hay parejas que se mezclan, que son una cosa toda junta.
Tengo un poquito de fobia a eso pero además prefiero disfrutar de mi novio, de la persona que es. De su trabajo, de su persona pública está bueno que lo disfrutemos todos y en ese aspecto es igual para mí que para Gabriela Toscano o para cualquiera del elenco. El es el productor y está ahí para todos, es de todos. Pero en mi casa es mío", cierra con una sonrisa amable pero firme.
Y ahí está otra vez la bailarina, con la espalda derecha, lista para la siguiente pirueta que ahora la llevará hasta el lugar menos soñado pero más merecido: protagonista de una ficción televisiva.
EL CAMINO
Idiotas de corazón. Cuando trabajaban juntas en Sos mi vida Siciliani y Carla Peterson soñaban con hacer juntas un espectáculo que combinara la música, la danza y el teatro.
Junto a Carlos Casella y Ana Frenkel crearon el espectáculo Corazón idiota, del que se despidieron definitivamente a fines de noviembre.
Pequeños grandes papeles. En su primera aparición en la TV interpretó a Flor, la secretaria muerta de amor por su jefe en Sin código. En unas pocas escenas demostró que allí había una gran comediante en ciernes que la pantalla chica no podía perderse. Algo que se confirmó con Debi, la tonta enamoradiza que se robaba todas las escenas en las que participaba en Sos mi vida.
UN CIERRE MUSICAL
Además del final tradicional de la historia de Para vestir santos, que llegará este miércoles, el 29 de diciembre se verá un especial que reunirá todos los números musicales que interpretaron durante el programa las hermanas Susi, Virgi y Male que creó Javier Daulte
Por Natalia Trzenko LA NACION
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