La primera visita de la sucesora de Lula
Brasil prometió abrir más sus mercados a la Argentina
Gesto de acercamiento. En el primer encuentro entre ambas presidentas, Dilma Rousseff aseguró a Cristina Kirchner que privilegiará la relación bilateral; dijo que ambos países deben "resolver por adelantado los conflictos". Fueron casi dos horas de reunión en las que estuvieron absolutamente a solas. Así fue el comienzo de una nueva relación entre Cristina Kirchner y su par de Brasil, Dilma Rousseff, la mujer que asumió el mando del país vecino hace apenas un mes y que ayer prometió darle privilegios a la relación bilateral con la Argentina.
Ambas mandatarias mostraron gestos amistosos y de sintonía política y plantearon profundizar la relación para integrar más ambas economías. Pero el gesto de mayor compromiso lo asumió Brasil, que explicitó en la discusión ministerial privada que mantuvieron ambas comitivas en la Casa Rosada, en paralelo a la reunión de las jefas de Estado, su intención de aumentar las compras de productos argentinos ante el histórico reclamo para equilibrar la balanza comercial deficitaria.
La presidenta brasileña lo tradujo en un acuerdo de promoción comercial conjunto que firmó con Cristina Kirchner; éste busca una asociación estratégica para que los dos países vendan sus productos al extranjero, y en él Brasil se compromete a "incrementar las compras de bienes y servicios argentinos", tal como quedó plasmado en el convenio firmado ayer.
Más allá del explícito compromiso presidencial, el gobierno del Planalto aprovechó la visita para dejar sentada la necesidad de anticiparse a los conflictos comerciales que históricamente mantuvieron ambas administraciones, acrecentados en los últimos años por las trabas a las importaciones que aplica la Argentina, impulsadas por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Ayer, Moreno compartió el almuerzo en honor de la mandataria brasileña, realizado en el Palacio San Martín, y fue uno de los últimos en irse, cuando ya Rousseff y su comitiva brasileña que se realizó en el Palacio San Martín y fue uno de los últimos en irse, cuando ya Rousseff y su comitiva estaban en vuelo nuevamente rumbo a Brasil.
A propuesta del país vecino, ayer se acordó la creación de un foro de empresarios para que desde el sector privado y con asistencia estatal se coordine la relación y se eviten los conflictos sorpresivos que han tensado el vínculo bilateral.
"Esta comisión tendrá que resolver anticipadamente muchos de los problemas comerciales y le ahorraremos trabajo a la diplomacia", planteó el ministro de Comercio e Industria, Fernando Pimentel, en la reunión que mantuvo la comitiva brasileña con los ministros argentinos, que presenció La Nacion.
En ese encuentro se cerraron los 14 acuerdos (entre ellos, convenios sobre energía nuclear, bioenergía, viviendas, agricultura, medicamentos, tecnología y promoción de igualdad de género), que firmaron ambas presidentas una vez que terminaron la reunión a solas mantenida en el despacho presidencial.
"El objetivo de este gobierno es aumentar la agenda de compras argentinas para equilibrar la balanza", avanzó Pimentel en la discusión de los acuerdos. El año pasado, a pesar del crecimiento en el intercambio comercial, el déficit fue de 4095 millones de dólares.
Mariana Verón LA NACION
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