Muerte en Curuzú
Siguen prófugos los asesinos del chacarero y crece el misterio
Sigue la investigación del brutal asesinato de Francisco Argüello, muerto de un disparo en la cara durante un asalto en su finca. Sólo se conocieron detalles del ataque, pero no de los móviles. La viuda aportó datos para confeccionar identikits. Los asesinos de Francisco Argüello siguen prófugos pese al gran despliegue policial que existe en Curuzú Cuatiá. El misterio en el sur de la provincia sigue creciendo.
El hecho se produjo el domingo, durante un asalto a la finca del conocido chacarero. Tres jóvenes ingresaron al lugar y los maniataron a él, a su mujer y a los empleados. Le reclamaban algo al hombre de 55 años. Sin conseguir que se les entregara eso que buscaban, lo mataron de un disparo en el rostro y escaparon dejando a la viuda junto al cadáver de su marido.
Tras recuperarse del trauma de ver cómo mataban a su marido, la mujer aportó datos físicos de los asaltantes para que la Policía Científica confeccionara identikits de los delincuentes, quienes actuaron a cara descubierta y con gran tranquilidad.
El móvil del robo no termina de convencer a los investigadores, porque los delincuentes no se llevaron nada de la finca de Argüello y ni siquiera revolvieron el lugar en busca de dinero.
El crimen tuvo lugar mientras en la vecina provincia de Chaco se investiga la muerte de Manuel Roseo, un hombre de campo al que intentaron quitarle una fortuna que tenía en tierras. En ese hecho el principal acusado es el empresario de Corrientes, Raúl Gusano Menocchio.
Aunque las comparaciones son inevitables, el hermetismo entre los investigadores del caso de Curuzú Cuatiá es total y hasta el momento sólo se informó de forma oficial cómo fue el asalto a la finca de Argüello. Pero no trascendió nada sobre los móviles o los sospechosos del crimen.
Crónica del asesinato
Todo empezó el domingo por la mañana. Se cree que por tener los movimientos del chacarero bien estudiados, los asaltantes llegaron cuando este no estaba en la finca y tampoco su mujer.
Al primero que abordaron fue a un puestero de la chacra, que tenía su vivienda ubicada a pocos metros de la de los propietarios. Armados, lo redujeron y maniataron.
De ahí se dirigieron a la vivienda principal y continuaron con los demás empleados. Todos fueron amenazados, atados y amordazados.
Los delincuentes, que eran tres y estaban fuertemente armados, esperaron que llegada de Argüello y su mujer. Estos arribaron pasado el mediodía.
En ese momento comenzó la parte más violenta del asalto. Los delincuentes sorprendieron a los propietarios, los ataron de rodillas sobre el piso y comenzaron a reclamarles algo.
Este es uno de los misterios que rodean al hecho. No se sabe con claridad qué buscaban estos tres hombres, ya que en ningún momento revolvieron el lugar en busca de dinero o bienes de valor.
Argüello discutió con los delincuentes. Por uno u otro motivo, no entregó lo que estos buscaban y la discusión terminó con el brutal asesinato: uno de los hombres tomó un arma de fuego, apuntó al rostro del chacarero y le quitó la vida de un disparo a quemarropa y sangre fría.
Tras esta cruel escena, los hombres salieron del lugar sin apuros, dejando atados a todos y con la viuda de Argüello al lado del cadáver.
Despliegue policial
Recién después de las 16, uno de los empleados pudo librarse de sus ataduras, liberar al resto de los empleados y a la patrona, para dar aviso a la policía del terrible hecho, lo que generó un enorme despliegue policial en la zona.
La Policía Rural de Curuzú desplegó agentes a caballo y a pie por el monte, organizó puestos de control en caminos vecinales y coordinó con los puestos camineros de la ruta y con la Gendarmería la búsqueda de los asesinos.
La única novedad que se tiene en la causa es que, como estos hombres actuaron a cara descubierta, la viuda de Argüello y sus empleados ayudarían a la Policía Científica a confeccionar identikits de los prófugos.
Extraoficialmente, se cree que los autores del crimen podrían ser sicarios que actuaron por encargo e intentaron simular un robo. Pero por ahora el misterio envuelve al caso. Fuente: La República
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