Crimen esclarecido en la provincia de Corrientes
Oriana presenció el homicidio de Rodoni, pero dijo no participar
La adolescente estuvo presente cuando el hombre fue degollado y descuartizado en Empedrado por un joven de 22 años oriundo de Paso de los Libres y que se encuentra detenido. El crimen fue de noche, aunque no supo precisar si el sábado o el domingo. El arma usada fue un cuchillo de gran tamaño. Los detalles entorno al homicidio y descuartizamiento de un hombre en la localidad de Empedrado no dejan de asombrar.
Ahora, quien brindó un relato pormenorizado fue Oriana, la adolescente de 14 años que había desaparecido de su hogar y quedó envuelta en una trama macabra.
La menor, interrogada en Cámara Gesell, frente a un grupo compuesto por profesionales de la psicología, sociología, autoridades judiciales y policiales, admitió que huyó de su hogar y también que presenció la muerte de Jorge Oscar Rodoni.
De acuerdo a la información recabada de fuentes cercanas a la investigación, la jovencita indicó que el autor material del crimen fue Jacobo Eleoned Guerra, el joven de 22 años que fue encontrado junto a ella hace tres días, en una casa del poblado distante 50 kilómetros al Sur de la capital de Corrientes.
La muchacha, ante los pesquisas, señaló que Rodoni, de 56 años, fue ultimado de noche, aunque no supo precisar si fue el sábado o el domingo.
Si bien reconoció haber visto el momento de la sangrienta agresión, la menor adujo que no participó y simplemente se limitó a mirar, incluso mientras Guerra comenzó a mutilar el cadáver de Rodoni.
Esta declaración es coincidente con los dichos del joven que había confesado la autoría del homicidio, aludiendo que el motivo fueron los malos tratos hacia Oriana por parte del hombre al que mató.
Entre otros pormenores, ambos señalaron que el arma utilizada fue un cuchillo de tamaño grande, parecido a “un machete”, el cual supuestamente fue arrojado a una zona de barrancos, próximo a la propiedad donde el jueves a la mañana hallaron enterrados en tres pozos los restos del hombre descuartizado.
En principio la Policía basaba sus sospechas, teniendo en cuenta el testimonio de algunos vecinos, que el crimen ocurrió el domingo después del mediodía, cuando en la casa cercana a la esquina de las calles La Rioja y Chile se oyeron algunos ruidos extraños.
Ahora, con los relatos de Oriana y Guerra, queda en claro que sucedió a la noche, aunque la fecha exacta (por vacilación de la menor y el joven) no pudo ser determinada con exactitud. Sin embargo, existe una posibilidad concreta: la muerte de Rodoni pudo haber ocurrido el sábado antes de medianoche y la mutilación se extendió hasta la madrugada ya del domingo.
El impensado giro en la pesquisa, iniciada como presunta fuga de hogar por parte de la adolescente, o rapto según la insistencia de sus familiares, se produjo el miércoles a la noche, horas después de que Oriana fuera hallada en aquella casa de Empedrado en compañía de Guerra y dos hermanos dueños de la propiedad, uno de 17 y el otro de 23 años, quienes no tendrían participación en el delito.
Ese día, cuando era interrogado por los policías que trataban de saber el paradero de Rodoni, a quien entonces se lo creía prófugo de la Justicia por ser quien presuntamente forzó a la menor a estar con él, Guerra se quebró y dijo haberlo matado.
Otra coincidencia entre los dichos de la muchacha y el detenido es que el hombre mutilado fue atacado después de que intentara abusar sexualmente de ella.
Oriana era buscada desde el 20 de enero, cuando no regresó a su vivienda del barrio Fray José de la Quintana después de haber concurrido a una verdulería donde trabajaba como ayudante.
Luego de 27 días, una comerciante de Empedrado brindó el dato clave, no sólo para que la Policía diera con la ubicación de la adolescente, sino para llegar al descubrimiento del homicidio.
La mujer avisó a una radio de capital que ella creía saber dónde estaba la chica, a quien solía ver con frecuencia porque iba hasta su almacén a realizar las compras.
Desde el principio existieron sospechas de que Oriana estaba con el hombre de 56 años que, curiosamente, tampoco volvió a ser visto en el barrio.
Una vez que llegaron a la localidad del interior, ambos se juntaron con Guerra (la menor no lo conocía) para vivir en la parte trasera de la casa donde al final se desencadenó el asesinato.
Fuente: Epoca
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