Misión 39
El inicio del fin: el Discovery completó su último viaje
Con este vuelo comenzó el cierre del programa de transbordadores espaciales de la NASA. El Museo Nacional del Aire y el Espacio, con sede en Washington, quiere que el Discovery sea expuesto en sus instalaciones. Como en cada una de sus 38 misiones previas, el Discovery funcionó a la perfección. Después de desacoplarse de la Estación Espacial Internacional, el comandante de a bordo, Steve Lindsey, accionó durante dos minutos y 31 segundos los pequeños motores orbitales del transbordador, a fin de desacelerar la nave que viajaba junto al laboratorio orbital a una velocidad de 28.000 km por hora.
Este pequeño golpe de freno fue suficiente para salir de la órbita terrestre e iniciar su caída de 65 minutos, como un planeador gigante, hacia Florida, en Estados Unidos donde ayer aterrizó en la pista 15 del Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral.
Estas maniobras marcaron el último viaje del transbordador más emblemático de la NASA y el comienzo del fin de la era de los taxis espaciales después de 30 años, tras el primer vuelo del desaparecido Columbia, en 1981.
El Discovery, el más antiguo y venerado de los tres transbordadores estadounidenses (junto con el Endeavour y el Atlantis), tras la explosión del Challenger en 1986 y el Columbia en 2003, puso fin a una larga carrera orbital en la que rompió varios récords y permitió expandir el conocimiento del hombre sobre el espacio.
"Es una sensación agridulce ver el último vuelo de un módulo orbital -dijo Michael Coats, director del Centro Espacial Johnson y un ex astronauta que fue el piloto de la primera misión del Discovery, en 1984-. Uno se siente triste de saber que terminará en un museo. Pero también se siente orgulloso del equipo y de lo que ha logrado en los últimos 30 años", agregó.
La nave partió el pasado 24 de febrero para llevar a la Estación Espacial Internacional piezas de repuesto, el Módulo Permanente Multiuso Leonardo y una plataforma externa para almacenar carga. En sus bodegas llevó, además, un tripulante extra: el androide Robonaut 2, R2, el primer robot de la historia espacial, que se quedó con la tripulación permanente de la estación.
Una nave de elite
Concebido dentro del programa de los transbordadores espaciales o shuttles , el Discovery forma parte de un selecto grupo de naves que por primera vez fueron reutilizables, capaces de poner en órbita satélites y traerlos de vuelta a tierra utilizando un brazo robótico. Ideado en la década del 70 originalmente para ser utilizado unas 100 veces, el transbordador pudo hacer realidad el sueño del hombre de poder construir y mantener una estación espacial orbitando la Tierra.
La misión STS-133 fue la última del transbordador más veterano de la NASA, que tiene en su haber varios récords difíciles de superar. Realizó su primer vuelo el 30 de agosto de 1984 y desde entonces llevó adelante 39 misiones espaciales, que sumaron 365 días en órbita. Recorrió más de 238 millones de kilómetros, lo que equivale a viajar ida y vuelta de la Tierra a la Luna unas 300 veces.
También dio vuelta a la Tierra 5830 veces, a 28.000 km por hora, y transportó al astronauta John Glenn, del Proyecto Mercury, que en ese momento tenía 77 años, y se convirtió en la persona de mayor edad en el espacio.
La puesta en órbita del Hubble en 1990, el primer telescopio espacial y un dispositivo que revolucionó la astronomía, fue uno de los momentos históricos más importantes para el Discovery, que también fue el primer transbordador espacial que capturó un satélite para traerlo de regreso a la Tierra.
Además, fue el único que visitó dos estaciones espaciales. Primero viajó a la estación MIR, que había sido colocada en órbita por la ex Unión Soviética en 1986 y que fue desmantelada y precipitada en el océano en 2001, y luego la Estación Espacial Internacional, para cuya construcción fue una pieza insustituible.
Pero si hay que mencionar un hito del Discovery hay que remontarse a las tragedias que marcaron dos de las más grandes páginas negras de la NASA. Tras las explosiones del Challenger y el Columbia, siempre el Discovery fue el encargado de reabrir la vuelta de la flota al espacio. Primero en 1988 y luego en 2005.
El programa de los transbordadores se inició en 1981 con el lanzamiento del Columbia, al que le siguieron el Challenger (1982), el Discovery (1983), más tarde el Atlantis (1985) y el Endeavour (1991).
La NASA tiene previstos dos viajes más al complejo espacial antes de concluir este programa. El Endeavour partirá el 19 de abril con el Espectrómetro Magnético Alpha (AMS), que tendrá un costo de 2000 millones de dólares y permitirá realizar varios experimentos científicos, y el Atlantis, el 28 de junio. Entonces, sí, será el fin de una era.
El Museo Nacional del Aire y el Espacio, con sede en Washington, negocia ahora con la NASA para que el Discovery y otros objetos del programa de transbordadores espaciales sean expuestos en sus instalaciones.
Victor Ingrassia LA NACION
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