A los 79 años
Murió Elizabeth Taylor
La última diva de Hollywood, cuyos ojos color violeta permanecen en la memoria a través de películas como "Cleopatra", "Gigante" y "¿Quién le teme a Virginia Woolf?", falleció en Los Angeles (Estados Unidos). Una de las estrellas femeninas más rutilantes del cine en toda su historia. Elizabeth Rosemond Taylor nació el 27 de febrero de 1932 en Londres (Inglaterra). Sus padres eran estadounidenses de clase media alta dedicados al comercio del arte, negocio que les ocupaba en la capital inglesa.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, la familia Taylor decidió regresar a los Estados Unidos para establecerse en la ciudad de Los Angeles.
Después de presentarse a unos casting, Liz consiguió un contrato con la Universal a la edad de diez años, debutando en "There's One Born Every Minute" (1942), una comedia dirigida por Harold Young.
Tras esta película la Universal prescindió de la niña, siendo poco después contratada por la Metro Goldwyn Mayer. En este estudio Elizabeth se convirtió en una de las niñas prodigio más importantes de la época.
"Liz" Taylor no solo trascendió por sus papeles en la pantalla, donde ganó dos premios Oscar (en 1960 y 1966), sino también por los datos de su vida privada, en la que contabilizó siete matrimonios -dos de ellos con Richard Burton- rubro en el que fue superada por Zsa Zsa Gabor con nueve.
Nacida en Londres en febrero de 1932, hija de inmigrantes estadounidenses, y condecorada por la reina Isabel II como Dama Comandante del Imperio Romano, su mayor relación con Gran Bretaña resultó la tumultuosa relación amorosa que mantuvo con el galés Burton.
Luego de la Segunda Guerra Mundial la familia volvió a Estados Unidos y su madre la acompañó a diversas pruebas para comerciales en la naciente TV, al mejor estilo del personaje de Anna Magnani en "Bellísima", de Luchino Visconti.
La chica era muy bella, por cierto, y sus ojos color violeta daban muy bien en Technicolor, por lo que en 1942 apareció por primera vez en los pantalla grande en "There`s One Born Every Minute" y dos años después descolló en "Fuego de juventud", junto a Mickey Rooney.
Filmó un par de película con Lassie de coestrella -"La cadena invisible", "El valor de Lassie"-, entre otras comedias menores, hasta que en 1950 Vincente Minnelli la puso en un lugar de privilegio con "El padre de la novia", junto a Spencer Tracy y Joan Bennett, por entonces estrellas de magnitud.
Ese mismo año, a los 17 años, se casó con Conrad Hilton Jr., heredero de un poderoso grupo hotelero, y aunque la unión duró sólo un año, dio comienzo a una seguidilla de esposos que incluye al actor Michael Wilding y al productor Michael Todd.
Posiblemente Liz confundiera al segundo con el primero al llamarlo por su nombre de pila, pero al año de la boda Todd se estrelló con su avión particular en una gira publicitaria de su megaproducción "La vuelta al mundo en 80 días".
Como consuelo para su viudez, en 1959 le robó su marido Eddie Fischer a su íntima amiga Debbie Reynolds y, cuando parecía que el escándalo se apagaba, aún casada con Fischer comenzó su relación con Burton durante la filmación de "Cleopatra", en Italia.
Ella era la reina del título y él Marco Antonio, protagonistas de una historia paralela que le agregó publicidad extra a la película, con tórridos encuentros, peleas, desencuentros y un casamiento inevitable en 1964.
En esa historia paralela Taylor sufrió toda clase de males físicos que abarcaron fiebres supuestamente adquiridas en el desierto egipcio, problemas dentales y respiratorios que obligaron a los médicos a practicarle una traqueotomía, cuya cicatriz el maquillaje no pudo tapar y fue notoria en algunos planos del filme.
Burton le obsequiaba joyas cargadas de diamantes y no se cansaba de ponderar públicamente los senos de su esposa, pero tenía otra adicción llamada whisky que deterioró la relación y alteraba su propia carrera artística.
Todo eso no impidió que Liz pasara de ser un rostro bello a demostrar sus calidades en películas como "Ambiciones que matan" (1951), con Montgomery Clift, "Gigante" (1956), con James Dean, "Un gato sobre el tejado caliente" (1958), con Paul Newman, y "De repente en el verano" (1962), con Katharine Hepburn y otra vez con Clift.
Tuvo su primer Oscar como mejor actriz por "Una venus en visón" (1960) y el segundo por "¿Quién le teme a Virginia Woolf?" (1966), que la situaron en un pedestal difícil de alcanzar, porque a esas alturas no era sólo una actriz sino ya un mito.
Luego siguió filmando: con Franco Zeffirelli ("La fierecilla domada"), John Huston ("Reflejos en tus ojos dorados"), Joseph Losey ("Boom, el ángel de la muerte" y "Ceremonia secreta"), George Cukor ("El pájaro azul"), de nuevo Zeffirelli ("El joven Toscanini", de 1988) y Brian Levant ("Los Picapiedras", en 1994).
Alejada del cine, fue siempre noticia por su delicada salud y sus internaciones, por su amistad con Michael Jackson, su militancia por la preservación del sida y por sus otros matrimonios; el último, en 1991, con el camionero Larry Fortensky.
|