Los cables de wikileaks
De Vido, eje de las sospechas de EE.UU.
En decenas de cables lo vinculan con supuestos casos de corrupción. Los diplomáticos norteamericanos alertaron a sus superiores en Washington que De Vido tiene "mugre en sus manos" y que las sospechas que lo rodean resultan "creíbles". Hablar de corrupción en la Argentina kirchnerista equivale, según el gobierno de los Estados Unidos, a invocar el nombre del poderoso ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, según surge de una docena de cables reservados, confidenciales y secretos de su embajada en Buenos Aires, que obtuvo el sitio WikiLeaks y que cedió a La Nacion.
De esos despachos surge que De Vido está sospechado de cosechar "ganancias personales" y de realizar acciones "menos que transparentes". El ministro tiene a su cargo la negociación de las tarifas de los servicios públicos, los subsidios al transporte, el financiamiento y la construcción de obras públicas, y las relaciones comerciales con Venezuela, Bolivia y Ecuador, entre otras tareas que mueven miles de millones de pesos.
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Los diplomáticos norteamericanos también alertaron a sus superiores en Washington que De Vido tiene "mugre en sus manos" y que las sospechas que lo rodean resultan "creíbles". Más aún, sostienen que se "apropió de dineros de la obra pública" y que dos casos escandalosos en particular fueron -o pudieron ser- los más incómodos para su estabilidad: Eton Park y Skanska.
Las sospechas estadounidenses abarcan más de cinco años -entre 2005 y 2010- e incluyen a otros funcionarios. Entre ellos, al matrimonio presidencial de Néstor y Cristina Kirchner, aunque con alusiones superficiales.
También alcanzan a la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime. Pero es De Vido quien concentra las quejas y denuncias más concretas de las empresas norteamericanas.
Una de las alertas más tempranas que emitió la embajada en Buenos Aires sobre el ministro se retrotrae a enero de 2005, cuando el entonces embajador Lino Gutiérrez trazó un análisis sobre el núcleo más cercano de colaboradores de los Kirchner.
Al aludir a De Vido, Gutiérrez expuso que es quien más brega "para que el Estado expanda su rol en la economía, lo que ve como que provee las mayores oportunidades para la ganancia del país y personal".
Según Gutiérrez, Kirchner mantenía una relación ambivalente con De Vido. Lo respetaba por su inteligencia y su capacidad de gestión, pero sabía "que De Vido es el que tiene más suciedad" en sus manos. Y como para reforzar esa impresión, luego recordó que arrastra "acusaciones de corrupción" desde los tiempos en Santa Cruz, con el programa "cuatrienal" de obras públicas, la renegociación del contrato con Aguas Argentinas, la compra de locomotoras a España o la construcción de un gasoducto en el Norte, aunque aclaró que nunca le probaron nada.
Los recelos norteamericanos también alcanzaron a dos de sus hijos. Uno de ellos, Facundo, según redactó Gutiérrez en 2005, "sirvió como su secretario privado hasta que una fuente del área de seguridad interna del Gobierno le informó a Kirchner que estaba recibiendo coimas de empresas privadas a cambio de arreglar encuentros con su padre", reportó el embajador. "Kirchner le dijo a De Vido que removiera a Facundo, que ahora es guía turístico en Santa Cruz."
Otro hijo de De Vido, Juan Manuel, aparece en un cable que el segundo de la embajada, Tom Kelly, envió en junio de 2009, y en el que marcó varias veces sospechas alrededor de Electroingeniería, que reportó que mantiene "estrechos lazos con los Kirchner, [y] emplea al hijo del ministro", algo que siempre negó la empresa.
Otro ex segundo de la embajada, Hugo Llorens, también aludió a De Vido en un cable de marzo de 2006. Lo hizo cuando renunció Sergio Acevedo como gobernador de Santa Cruz, lo que el diplomático adjudicó al rol del ministro y de Alicia Kirchner "en la apropiación del dinero para obras públicas".
Las sombras
También el sucesor de Gutiérrez al frente de la embajada, Earl Anthony Wayne, reportó al Departamento de Estado en febrero de 2008 sobre las sombras que rodean a De Vido. Pero en su caso informó sobre su reunión con el entonces embajador alemán en Buenos Aires, Wolf Rolf Schumacher, quien le relató que un CEO germano se quejó ante De Vido de la coima pedida por uno de sus colaboradores.
Lejos de preocuparse, buscar más datos y denunciar o investigar lo ocurrido, el ministro sólo le dijo al empresario que filmara o grabara el próximo encuentro, tal como publicó ayer La Nacion.
De Vido y Electroingeniería protagonizaron, también, un cable previo de Wayne, de julio de 2007, en el que informó a Washington sobre las quejas de los ejecutivos del fondo de inversiones Eton Park y los "menos que transparentes mecanismos" que el Ministerio de Planificación Federal aplicó para "premiar a amigos y aliados de la administración Kirchner" en la polémica venta de Transener.
Según surge del cable, Wayne abogó por Eton y otras empresas norteamericanas durante una reunión que mantuvo con De Vido el 15 de enero de 2007, lo que combinó con una carta que poco después se filtró a la prensa y generó una reacción furibunda de Kirchner.
A partir de entonces, el caso desapareció de la escena pública, pero corrió con fuerza en reuniones con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el secretario legal y técnico, Carlos Zannini; en la Justicia y en la esfera internacional, donde según Eton Park, el presidente venezolano, Hugo Chávez, presionó al banco internacional ABN Amro para que financiara la compra de Transener por Electroingeniería.
Sin convalidar las acusaciones de los ejecutivos de Eton Park, Wayne estimó que la decisión del Gobierno de favorecer a Electroingeniería iba en línea con su prédica de favorecer una "burguesía nacional" -como recordó que pasó con la familia Eskenazi e YPF, SanCor o Coto- y su retórica populista.
Pero también alertó a los departamentos de Estado, Tesoro, Comercio, Trabajo y Energía, al Consejo de Seguridad Nacional y a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) sobre que la actuación del Gobierno o la forma en que otorga los proyectos y distribuye subsidios alimentan la percepción de que "algunos" altos funcionarios "son corruptos".
Tráfico de influencias
Embajador Gutiérrez, enero de 2005: "Facundo [De Vido] sirvió como su secretario privado hasta que una fuente del Gobierno le informó a Kirchner que estaba recibiendo coimas".
Obras públicas
Embajador Gutiérrez, julio de 2006: "Ha habido acusaciones creíbles de que De Vido ha estado involucrado en cuestionables contratos de obras públicas durante la presidencia Kirchner".
Operación sospechosa
Embajador Wayne, julio de 2007: "[La compra de Transener] ofrece un vistazo de los menos que transparentes mecanismos que ha usado el Ministerio de Planificación para premiar a amigos".
Hugo Alconada Mon LA NACION
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