Torneo Apertura
Banfield sigue su carrera al título
Dio un paso crucial en Avellaneda: venció a Independiente por 2-1 y quedó como solitario puntero; Mareque, en contra, y Silva, los goles. La catapulta de Banfield no tiene secretos: algo de fortuna, un gol en contra de Independiente cuando parecía tambalear, y un goleador voraz en el mejor momento de su carrera: Silva.
El líder, por lo menos hasta que hoy juegue Newell’s, se adapta a la presión y se mueve con soltura. A aquellos que lo tildan de especulativo, esquemático y poco vistoso, Banfield le refriega una estadística demoledora por la cara; se mofa de ellos en una alocada carrera hacia su gran ilusión: dar la primera vuelta olímpica en su historia.
Independiente se preparó para este partido como para una final, consciente de que estaba frente a una de las últimas oportunidades.
Así lo asumió desde el discurso e intentó hacerlo desde el juego; a veces, las menos, le salió, pero nunca utilizó ese entusiasmo como principal energía para sus búsquedas.
La actitud y el equilibrio de Banfield contribuyeron para bajarles las revoluciones a los Rojos.
Ese ímpetu del principio, con las corridas de Mareque y la movilidad de Busse y de Piatti, fue perdiéndose lentamente entre las trampas defensivas que el Taladro ubicó estratégicamente en su campo. Una definición les cupo sin discusión a los visitantes: astutos.
La condición de puntero no aceleró los movimientos de Banfield ni le acarreó obligaciones extra. El conjunto de Falcioni pareció sentirse a gusto con el empate, sobre todo a sabiendas del difícil compromiso que Newell’s, el otro puntero, tendrá hoy con Rosario Central. Y, más que nada, porque el reparto de puntos dejaba casi fuera de combate a su rival.
Contrariamente a lo que puede pensarse de un conjunto inexperto en grandes definiciones, Banfield se movió con calma.
Del juego en sí mismo habrá que decir que Independiente perdió fuerza con el transcurso de los minutos.
Aquella dinámica de los volantes fue desvaneciéndose ante la estrategia de Banfield. Piatti, por la izquierda, se empecinó con la jugada individual y acertó pocos pases; por el otro costado, Busse puso empeño, aunque no tiró bien ningún centro. Lo mejor se vio con la conexión Mareque-Mancuello, pero pocas veces encontraron a los defensores mal parados y los laboriosos Gandín y Silvera estuvieron bien cubiertos por los zagueros.
Banfield se movió en bloque. No corrió grandes riesgos y, ante el jabonoso terreno, buscó con pelotazos largos para Silva, que intentó bajarles la pelota a Sebastián Fernández y a James Rodríguez. El desarrollo no levantó vuelo y dio la impresión de que, salvo por alguna equivocación, sería muy complicada la apertura. Casi no se encontraron situaciones de peligro, de no ser por algunos remates desde lejos de Silvera y de Acevedo.
El juego no se abrió por una falla, sino por la inteligencia de Gandín, que vio adelantado a Lucchetti y que anotó con una emboquillada desde unos 35 metros; habrá que acotar que el atacante tomó la pelota del aire. Impecable. Enseguida, como frente a Vélez, Banfield tuvo el guiño de la fortuna. Tras un saque de arco de Lucchetti, y luego del pique de la pelota, Mareque, de cabeza, anotó en contra ante el adelantamiento de Gabbarini; encontró la igualdad sin darse cuenta.
Gallego se la jugó con el ingreso de otro atacante, Martín Gómez, por Busse. También apostó por el refresco que pudieran darle Patito Rodríguez, por Piatti, y Núñez, por Silvera. No encontró profundidad. Banfield se refugió y buscó con los contraataques y la peligrosidad de Silva y de Fernández. Y el delirio otra vez tuvo como ejes a los uruguayos. Fernández asistió a Silva luego de un remate de Quinteros que tapó Gabbarini y lo conocido: el festejo de Silva, tras una definición esquinada, casi cayéndose. La carrera no se detiene.
Nadie vio el golpe de Mancuello a Quinteros El volante de Independiente Federico Mancuello debió haberse ido expulsado por una agresión a Marcelo Quinteros. Fue a los 24 minutos del primer tiempo: Mancuello disputó un pelota con el jugador de Banfield y, en el forcejeo, lo golpeó en el rostro. Ni el árbitro Pablo Lunati ni sus colaboradores vieron la jugada. Quinteros tuvo que ser atendido.
LO CURIOSO La cancha, repintada en medio del partido El asistente Julio Ayala le indicó al árbitro Lunati que las áreas no estaban bien marcadas y un operario ingresó para repintar la línea de gol del arco de Gabbarini... mientras el encuentro estaba en juego. Luego, completó su tarea durante el entretiempo
EL DATO Mareque, seguido por empresarios en la peor noche Lucas Mareque , el lateral izquierdo de los Rojos fue observado por emisarios de España... justo cuando hizo un gol en contra; también fue seguido Galeano, que apenas tiene 14 partidos en primera.
LA ANECDOTA Lunati obligó a una muda de ropa, y él también se cambió El árbitro no le permitió a Independiente usar pantalones y medias negras por entender que podían confundirse con la ropa de Banfield, pero se calzó una camiseta blanca que sí se veía muy similar a la indumentaria visitante. Para el segundo tiempo, Lunati utilizó una camiseta azul.
Por Alberto Cantore De la Redacción de LA NACION
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