Un estilo de vida
Mónaco siempre está de moda
En el principado se puede alquilar un yate por 260.000 euros semanales o cenar sin vino por 200. El lujo vive en los edificios, los autos y los yates de Mónaco, donde hace pocos días se corrió la Fórmula 1. MONACO.- El Grand Prix de Mónaco terminó hace una semana, pero con las tribunas metálicas que aún escoltan las calles de la ciudad, el rugido de los autos todavía parece oírse.
Los tres días de la carrera de Fórmula 1 son, después de todo, los de mayor movimiento de este pequeño y lujosísimo principado, que vive del turismo y del juego. El pequeño y exclusivo lugar aloja, además, a algunos de los hombres más ricos del planeta, que se ven atraídos por el clima mediterráneo, por el paisaje, pero, por sobre todo, por los beneficios impositivos de los que gozan sus habitantes.
En una superficie de menos de 2 kilómetros cuadrados, el principado de Mónaco ofrece todos los servicios que un millonario podría desear: hoteles cinco estrellas, restaurantes exclusivos, alquileres de helicópteros. Por ejemplo, si un viajero quiere unir el trayecto del aeropuerto de Niza a Montecarlo sale desde 120 euros.
Hasta yates se pueden alquilar. Sin ir más lejos, los conserjes de los hoteles cinco estrellas cuentan con catálogos de barcos, cuyo alquiler puede ir desde los 90.000 hasta los 260.000 euros semanales, como es el caso del Leo Fun, una nave de alrededor de 100 metros de largo, y tal vez, uno de las más esplendorosos que se puede apreciar en la lista.
Todo en Mónaco es ostentación. Las Ferrari, los Porsche y los yates son postales habituales de esta ciudad estado, la segunda del mundo, en tamaño, sólo después de la del Vaticano. Basta con entrar al lobby del Monte-Carlo Bay Hotel & Resort, un palacete que tiene 334 habitaciones todas ellas con balcones. Desde allí se puede apreciar una laguna artificial y un jardín que imita al de una villa de la ciudad aledaña de St. Jean Cap Ferrat para saborear un poco lo que puede llegar a ser el lujo llevado al extremo.
Degustación, pero sin vino. El restaurante Le Louis XV, de Alain Ducasse, en el Hotel de París, y uno de los pocos en el mundo calificados con tres estrellas Michelin. Los comensales que se sienten y quieran comer algo deberán contar con al menos 200 euros por persona para acceder al menú degustación, el más económico de la carta en el que no está incluido el vino
En los días del Grand Prix, sin embargo, la suntuosidad adquiere proporciones monumentales. Mónaco pasa de apenas 30.000 habitantes a casi 300.000, y los precios se multiplican entre tres y cuatro veces.
Alojarse en un hotel como el Hermitage -que en la última semana fue el marco que eligió la empresa Ernst & Young para su concurso World Entrepreneur of The Year, del que participó el argentino Gustavo Grobocopatel- puede salir las tres noches de la carrera desde 8000 y hasta más de 15.000 euros.
En el Hotel de París, ubicado en la Place du Casino, donde se encuentran las grandes marcas europeas de moda, las tarifas pueden superar tranquilamente en unos cinco o seis mil euros esa cifra.
No hay precio que sorprenda a los monegascos. Pero la inminente boda del príncipe Alberto, de la familia Grimaldi, con la nadadora sudafricana Charlene Wittstock puede poner a prueba su capacidad de asombro.
Florencia Donovan Enviada especial
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