Bochorno, indignación, pánico .....
El descenso amenaza: un papelón de River lo dejó al borde del abismo
Belgrano de Córdoba le ganó a River 2 a 0 y ahora espera el partido del próximo Domingo más tranquilo. Un equipo millonario aturdido, casi sin signos futbolísticos vitales, se debate en una pesadilla al haber quedado a un paso de perder la categoría; los hinchas se metieron en el campo e increparon a varios jugadores. CORDOBA.- El primer capítulo de esta Promoción que le toca padecer a River sacó al fútbol fuera de foco y devolvió a la primera plana los grotescos. Derrota, confusión, tumultos, rotura de alambres, insultos, protestas, encapuchados, empujones de los hinchas a los propios jugadores millonarios... Mucho descontrol en medio de una gran histeria.
River, máximo campeón del fútbol argentino con 33 títulos, está condenado a sufrir esta Promoción para evitar el descenso a la B Nacional, todo por culminar con el 17mo peor promedio de la temporada 2010-2011.
Más allá de las interpretaciones que se les asignen a los incidentes y a los reproches de los hinchas millonarios, la pobreza futbolística del equipo es tan evidente como la responsabilidad de una conducción caracterizada por el desconcierto.
El prestigio y la historia del club no merecen este desenlace. Lo que tanto lo atemorizó durante más de un año se materializa porque los jugadores volvieron a fallar en un momento decisivo.
Perdieron 2-0 frente a Belgrano y la condena se hace presente con la amenaza de perder la categoría si no da vuelta el marcador en el desquite del domingo que viene en el Monumental. El sufrimiento, la agonía y el dolor se instalaron en el corazón de todos los hinchas de River.
El mensaje de Juan José López volvió a poner a River en una situación comprometida desde entrada, principalmente porque puso en la cancha a cinco juveniles, de los cuales, por ejemplo, Mauro Díaz fue utilizado poco en su ciclo y apenas le dio 45 minutos anoche en la cancha.
La derrota ante Belgrano no hizo más que confirmar que el equipo está conducido por un cuerpo técnico confundido por una situación límite y aturdido por los últimos resultados que tanto lo condenan.
Pasa el tiempo y no logra la reacción de sus dirigidos. Permanece fiel a las intuiciones más que a las convicciones y brinda la sensación de que nunca encontrará la solución para los problemas futbolísticos que se agigantan cada vez más.
La desazón deportiva va de la mano de un irregular desempeño institucional. River pena por una conducción que se desentiende de las equivocaciones y que no revierte la avalancha de sinsabores que se suceden partido tras partido.
En el último choque con Lanús, el presidente del club, Daniel Passarella, se marchó del Monumental diez minutos antes de la finalización. ¿Qué más? Anoche ni siquiera estuvo en esta ciudad para acompañar al plantel en el momento más trascendental de la historia del club.
River tiene a casi todos sus eslabones principales oxidados. Abarca tanto a los despachos como a la cancha y al foco infeccioso de su tribuna. Desde hace tiempo que el club vive, con frecuencia, abrumado por los acontecimientos violentos de la barra brava y sus derivados.
Es cierto que el fútbol chatarra que practica River está agotando la paciencia de los más tolerantes, pero situaciones embarazosas como las de anoche, en la que se detuvo el partido durante 21 minutos para increpar cara a cara a Román, Arano y Almeyda, no es obra de hinchas comunes, más bien todo lo contrario.
Una vez más, los denominados "Borrachos del Tablón" golpean y avergüenzan a los que genuinamente sienten el orgullo de llevar la banda roja en el corazón.
La inconducta fuera la cancha se trasladó a los jugadores. La escena que mejor ejemplifica la impotencia es el golpe de puño de Erik Lamela a Ribair Rodríguez que le pudo costar la expulsión.
Un débil River, casi sin signos futbolísticos vitales, se debate en una pesadilla al haber quedado a un paso del descenso. Y deberá encarar la revancha del domingo sin varias piezas importantes (Almeyda, Ferrari y Román).
En este momento de River está instalada la creencia de que el triunfo es la salvación y la derrota equivale al drama. Ambos extremos son peligrosos, y en el medio sólo perdura el papelón, al que contribuyó la deplorable muestra anímica y futbolística del conjunto millonario.
8 son los partidos sin ganar que acumula River: cuatro derrotas y cuatro empates. El último triunfo de River fue el 30 de abril, en el 1-0 sobre Racing con el tanto de Pavone, de penal.
Sin Almeyda, Ferrari ni Román para la revancha Juan José López no podrá contar con el capitán Matías Almeyda (foto), Paulo Ferrari ni el paraguayo Adalberto Román.
Los tres futbolistas llegaron a la quinta amarilla y quedaron suspendidos. Pese a que Erik Lamela también fue amonestado, seguirá jugando gracias al artículo 225 por el peruano Josepmir Ballón.
Fue la quinta derrota de los Millonarios con Pitana El árbitro Néstor Pitana dirigió a River en 12 ocasiones. Los de Núñez ganaron tres partidos, empataron cuatro y perdieron cinco.
Se agotó la primera tanda de entradas para el desquite Las entradas generales y plateas que ayer se pusieron a la venta para el desquite entre River y Belgrano, el domingo próximo, en el Monumental, se agotaron en cincuenta minutos en el sitio de Internet.
Mañana, de 10 a 18, por ventanilla en el estadio, se expenderán las plateas media y baja Belgrano y San Martín.
Con un único antecedente en eliminación directa Fue el 18 de abril de 1984, por el Nacional de ese año. Los millonarios eliminaron a los cordobeses en cuartos de final. ¿Los marcadores? 4-0 para River y 2-0 para Belgrano.
Sólo Maidana y Ferrero jugaron en la B Nacional Jonatan Maidana y Alexis Ferrero son los únicos jugadores de River que participaron en la B Nacional. Maidana disputó nueve partidos en Los Andes y Ferrero, 108 en Tigre. En Belgrano, Lollo, Farré y Franco Vázquez nunca jugaron en la máxima categoría de la Argentina.
Por Alberto Cantore Enviado especial
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