Solidaridad
Decidieron usar sus vacaciones para trabajar y ayudar al prójimo
Son 1100 voluntarios de Un Techo para mi País, que construirán 287 viviendas de emergencia junto a familias de Santiago del Estero, Chaco y Entre Ríos. Sentada sobre su mochila en la esquina de Libertador y Juncal, mientras comparte unos mates con otras dos chicas, Salomé Linares, de 20 años, espera con ansiedad la salida de los ómnibus. Tiene por delante unas vacaciones de invierno distintas: por primera vez, se va con la ONG Un Techo para mi País (Utpmpa) a construir casas al Chaco para quienes más lo necesitan.
"Me fui muchas veces de vacaciones de invierno, pero creo que, con este viaje, además de poder ayudar a otros tengo la oportunidad de sumar una experiencia importante. Una se acostumbra a la vida de todos los días, y esto ayuda también a poder escaparse de la ciudad. Igualmente, todavía no sé bien cómo es todo esto", cuenta Salomé, que vive en Caballito y estudia Relaciones Públicas en una universidad privada.
Como ella, fueron unos 120 jóvenes de entre 18 y 30 años los que salieron desde la Capital. Con los otros cientos que viajaron desde el interior y más de 500 que llegaron desde Chile, sumaron un total de 1100 voluntarios que, hasta el domingo próximo, construirán 287 viviendas de emergencia junto a familias de Santiago del Estero, Chaco y Entre Ríos.
Eugenia Guareschi es una médica de 30 años que ya viajó el año pasado con Utpmpa al Chaco para dar una mano a una comunidad de aborígenes mocovíes. "Lo de ella -dice en referencia a Salomé- es doblemente valiente, porque es la primera vez que va a construir y lo va a hacer en un viaje a una comunidad rural, lo que implica un mayor esfuerzo físico."
De su propia experiencia, que repetirá por segundo año consecutivo, destaca la oportunidad que tuvo para crear un vínculo de confianza con otra cultura diferente. "El chamán de la comunidad me decía que él era médico como yo, pero que podía curar otras enfermedades que yo no puedo, como las del alma o el mal de amores", dice.
Por allí cerca, con más experiencia en la organización, está Guillermina Conqueira, una platense de 22 años que estudia arquitectura y que ya participó en ocho construcciones en los dos años que lleva trabajando con la ONG.
Cuenta que, a diferencia de los trabajos que hacen en el conurbano, donde las casas suelen ser de chapa, en el Chaco, donde son de adobe, tienen que evitar las grietas para que no anide la vinchuca. Por eso, a los paneles de madera con que arman las viviendas de 18 m2 les sumarán un revestimiento interior para evitar la presencia de esa plaga.
Respecto de irse con la ONG en pleno receso invernal, dice: "No es un sacrificio esto, es conocer gente nueva con otras ideas, otras culturas. Además, ya estás involucrado en el proyecto, por lo que irse ahora no es una pérdida de tiempo, sino una posibilidad de devolver un poco todo lo que yo puedo tener".
Desde el exterior
Según cuentan en la ONG, de Chile llegarán unos 500 voluntarios, pero además se sumarán jóvenes brasileños y de otros países. De hecho, Agathe Gouot y Benjamin Medam, ambos de 21 años, son una pareja de canadienses oriundos de Québec que están en Buenos Aires trabajando con pasantías en varias ONG que también viajan al Chaco. "En la Argentina, la cultura del voluntariado es muy fuerte en los jóvenes. También lo es el sentido de lo comunitario y, para un extranjero, también es más fácil involucrarse que en nuestro país", dice él.
"¿Si sabemos construir? Esa es la gran pregunta -dice ella, y se ríe-. Espero que seamos útiles." Agathe asegura que irse al Chaco es también una oportunidad diferente para conocer otra parte de la Argentina.
En Santiago del Estero el objetivo es construir 151 viviendas en los barrios La Católica, Villa Regina, Independencia, Textil y Centenario, de la capital y La Banda; en Entre Ríos, 51 casas en los barrios San Martín y Mosconi, de Paraná, y en el Chaco, serán 85 familias de los barrios Las Tolderías y Pinedo de Charata las que trabajarán junto a los voluntarios para levantar las casas.
"La casa es un incentivo para que luego, con lo que tienen, armen su hogar. Al principio desconfían, pero con el tiempo se genera un vínculo", explica Guillermina Conqueira.
En esta ocasión, en la que Utpmpa llegará a la casa 3000 en la Argentina, contarán con la colaboración de otras ONG provinciales, como Haciendo Camino, que desde 2006 trabaja en Santiago del Estero para mejorar las condiciones de vida de niños y familias en situaciones de extrema necesidad; la organización Cuerpo y Alma, que se focaliza en el desarrollo sanitario y social en el Chaco, y el aporte de la Cooperativa Estación San Telmo. Además, contarán con el apoyo de empresas como Petropack, Banco Hipotecario, Expresso Tigre Iguazú, Via Tac y Davicom.
- Por Fernando Massa - LA NACION
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