La fuerza de la naturaleza
Sin pasarela en Cataratas
La última crecida del río Iguazú se llevó dos tramos, unos 100 metros, de la pasarela a Garganta del Diablo. La fuerza de más de 14 mil metros cúbicos por segundo en algunos días arrastró parte de la infraestructura a pesar de haber rebatido las barandas. Dos tramos, unos 100 metros, de la pasarela a Garganta del Diablo fueron arrastrados por la impresionante crecida del río Iguazú en los últimos días, según confirmaron desde el Parque Nacional Iguazú.
Aun cuando se tomaron todas las medidas de precaución, con el sistema de monitoreo constante del caudal del río, que permite el rebatimiento previo de las barandas de las pasarelas, el impresionante caudal que llegó a picos de más de 14 mil metros cúbicos por segundo, arrastró dos tramos del circuito a Garganta del Diablo.
Este desprendimiento de los segmentos, hechos de perfiles de acero paralelos de 1 tonelada cada uno, y paneles de grating metálico ahuecados cruzados, se considera normal en los casos que el río supere cierta cantidad de volumen de agua en las crecidas.
El sistema de construcción utilizado permite que los sedimentos arrastrados por la corriente se desplacen con cierta facilidad al rebatir las barandas de las pasarelas, y en el caso que la corriente sea intensa y supere la capacidad de soporte de los perfiles de acero, apoyados en las columnas de hormigón, los segmentos entre columnas puedan ser desplazados hasta el fondo del río.
Esto facilita la recuperación y reubicación rápida de los tramos arrastrados, y evita que toda la pasarela se vea afectada, por estar divida en segmentos de aproximadamente 50 metros cada uno.
Años antes de la construcción de las nuevas pasarelas ocurría que la corriente de las inundaciones arrastraba la mayor parte del "puente", por estar construido de paneles de hormigón armado, unidos unos a otros. El nuevo sistema permite que, en casos extremos, la corriente solamente se lleve parte de las pasarelas que son recuperados rápidamente, una vez descienda el volumen de agua, y sean colocados en un tiempo mucho menor al utilizado, décadas atrás.
Así ocurrió en la impresionante crecida del año 2007 cuando se pudieron recuperar más de cinco tramos de pasarelas, arrastrados por la corriente, y ubicarlos en su posición en menos de 45 días, cuando antes demandaba años hacerlo.
Fuente: Prensa de Cataratas -
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