Néstor Kirchner no viajó
Expectativa por la reunión entre la Presidenta y el Papa en el Vaticano
Cómo impactará el encuentro de la mandataria argentina y el Papa en el vínculo con la Santa Sede. Horas antes de la audiencia que tendrán Cristina Kirchner y Benedicto XVI, especialistas indicaron que la visita de la Presidenta puede mejorar el diálogo, aunque persistirán las críticas de la Iglesia. Consideraron acertado que no haya viajado el ex presidente. Sus palabras fueron tan simples como categóricas. Benedicto XVI pidió "reducir el escándalo de la pobreza y la inequidad social" en la Argentina. Tras varios meses de ese pronunciamiento, el Papa recibirá a Cristina Kirchner en el Vaticano en el marco de la celebración del 25° aniversario de la firma del Tratado de Paz y Amistad entre la Argentina y Chile.
La Presidenta arribó esta mañana a Roma junto con una amplia comitiva que integran el canciller Jorge Taiana; el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti; la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto; el diputado electo Ricardo Alfonsín, y los gobernadores de Santa Cruz, Daniel Peralta, y de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos. Completa el grupo el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, que en los últimos días protagonizó una dura disputa con el máximo tribunal y que recibió un nuevo gesto de apoyo de Cristina Kirchner, que no dudó en subirlo al Tango 01. En el aeropuerto, la jefa del Estado y el nutrido grupo de acompañantes fueron recibidos por el embajador ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero.
La primera audiencia oficial entre la Presidenta y el Sumo Pontífice, que se realizará mañana, genera expectativa sobre cómo influirá este encuentro en la relación del Gobierno con la Iglesia. Especialistas consultados por lanacion.com aseguraron que si bien la reunión no modificará la postura crítica de la Iglesia, puede contribuir a mejorar el diálogo.
La relación entre el oficialismo y la Santa Sede atravesó momentos de tensión desde la llegada de los Kirchner a la Casa Rosada.
La primera gran rispidez entre el kichnerismo y la Iglesia Católica sobrevino al poco tiempo de la asunción de Néstor Kirchner como presidente. En ese momento, el obispo castrense monseñor Antonio Baseotto le envío una carta con críticas al entonces ministro de Salud, Ginés González García, por su postura favorable a la despenalización del aborto.
El prelado utilizó en la misiva una cita bíblica en la Cristo dice que "a los escandalizan a los pequeños es mejor atarles una piedra de molino y titarlos al mar". El Gobierno entendió la referencia era una reivindicación de los vuelos de la muerte de la última dictadura y decidió desplazarlo del cargo.
A partir de allí, comenzó una serie de tironeos entre la Iglesia y el oficialismo, que se saldó parcialmente con la renuncia de Baseotto por cuestiones de edad. Sin embargo, aún no se nombró un sucesor y el Gobierno busca disolver el obispado castrense, algo que el Vaticano no está, por el momento, dispuesto a aceptar.
Tras este episodio y sin que se hubiera recompuesto del todo la relación, se vivió un nuevo momento de tensión cuando el Gobierno decidió nombrar embajador ante la Santa Sede al ex ministro de Justicia Alberto Iribarne. El Vaticano nunca le otorgó el plácet por su condición de divorciado vuelto a casar. Tras varios meses de negociaciones, el Ejecutivo dio marcha atrás al nombramiento y en su lugar propuso al actual representante, Juan Pablo Cafiero .
"Los encuentros siempre generan acercamientos. Es buena esta visita", aseguró el padre Guillermo Marcó, director de la Pastoral Universitaria y ex vocero del arzobispo porteño, Jorge Bergoglio.
En la misma línea, el ex secretario de Culto Norberto Padilla ratificó la utilidad de la audiencia: "Estas visitas siempre abren puertas". Y explicó: "Si bien la Iglesia argentina ha tenido posiciones críticas, este encuentro ayuda a escuchar al otro, a fortalecer el diálogo".
Sin embargo, Padilla aclaró que la Iglesia no modificará su postura crítica. "No creo que las declaraciones de la Iglesia vayan a cambiar de ahora en más. Esta reunión puede ayudar a acercar posiciones en una relación que todavía tiene muchos temas pendientes, como el ordinariato castrense", dijo, en referencia al puesto que quedó vacante tras la renuncia del obispo Baseotto.
Por Iván Ruiz
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