Fondos bajo sospecha
La denuncia de Schoklender
Dijo que el Gobierno quiso silenciarlo, que un funcionario de la SIDE le prometió que, si no hablaba más, la causa se iba a paralizar. El ex apoderado de Madres de Plaza de Mayo, en el Congreso. Sergio Schoklender dejó impactados a los legisladores de la oposición con las revelaciones que brindó ayer, con lujo de detalles, en la Cámara de Diputados.
El ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo confesó que el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, le transmitió, por medio de un funcionario de la Secretaría de Inteligencia (SI, la ex SIDE ), que después de las elecciones presidenciales de octubre, la causa en la que él está imputado por malversación de fondos públicos, se iba a paralizar y que, por esa razón, le convenía desistir de su afán de ser indagado por la Justicia.
Sin nombrarlo, Schoklender apuntó a Fernando Pocino , director de Reunión Interior de la SI, como el emisario que le transmitió el mensaje. "Quedate tranquilo, no te preocupés que Aníbal no se olvida de los amigos... No insistás en que te indaguen. Después del 23 de octubre [día de las elecciones nacionales] el caso se pincha", habrían sido las palabras de Pocino, según relató el ex apoderado de la fundación que preside Hebe de Bonafini.
El encuentro se realizó después de las primarias de agosto en un bar cercano a su domicilio, según relató Schoklender.
En la reunión con los legisladores -se hizo a estrictas puertas cerradas-, Schoklender describió a la fundación como la "caja" que utilizaba el Gobierno para hacer política, desde la confección de afiches (proselitistas, como también los que embestían contra periodistas y jueces), hasta el armado de actos y movilizaciones callejeras.
Schoklender dejó en claro, así, que los fondos que el Estado giró a la fundación -que alcanzaron los $ 800 millones- no se destinaron sólo a la construcción de viviendas sociales, como afirma el Gobierno.
"Hubo una discrecionalidad y un desparpajo total en el manejo de los fondos públicos", enfatizó Ricardo Gil Lavedra (UCR) a manera de conclusión del encuentro. El jefe del bloque radical anticipó que los legisladores llevarán la versión taquigráfica con el testimonio de Schoklender a la Justicia como también a los organismos electorales y a la Auditoría General.
La arbitrariedad, relató Schoklender, también se aplicaba al momento del reparto de las obras: según el ex apoderado, el ex presidente Néstor Kirchner era quien digitaba a qué provincias iban destinadas las viviendas sociales de la fundación, siempre guiado por la afinidad que mostraran los gobernadores e intendentes al Gobierno, según relataron los legisladores.
Schoklender precisó que a él le llegaban los pedidos de las provincias y que los derivaba a Carlos Zannini, secretario de Legal y Técnica de la Presidencia quien, a su vez, se los llevaba a Kirchner, quien tomaba la decisión final.
De esta manera, el ex apoderado desmintió que el Gobierno fuera ajeno a la fundación que preside Bonafini, como aseveraron hace un par de meses los subsecretarios de Desarrollo Urbano y de Obras Públicas, Luis Bontempo y Abel Fatala, respectivamente, ante los diputados de la Comisión de Vivienda.
"Es mentira: si incluso el Ministerio de Planificación tenía oficinas en la fundación y Fatala venía al menos dos veces por semana", disparó Schoklender, contaron a LA NACION fuentes legislativas.
Con este testimonio, los legisladores acordaron volver a citar a Bontempo y a Fatala. Así lo confirmó Hipólito Faustinelli, presidente de la Comisión de Vivienda. Asimismo se citará a Bonafini, sobre quien Schoklender cargó duro.
"Hebe decidía, al igual que Néstor, el destino de obras. Incluso autorizó que la fundación desembolsara 380 mil dólares para la compra de la vivienda de su hija", reveló.
Cinco horas de reunión
La reunión de Schoklender con los diputados opositores -el oficialismo no quiso participar- se prolongó por cinco horas en las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Vivienda. Los legisladores imaginaban que Schoklender se explayaría sobre el uso proselitista de los fondos públicos que recibía la fundación, pero jamás esperaron que su testimonio fuera tan explosivo.
"Ha quedado absolutamente acreditado el rol de la SIDE (hoy SI) en el control e injerencia en la Justicia. Los servicios de inteligencia están haciendo una tarea absolutamente ilegal", asestó la diputada Patricia Bullrich (Coalición Cívica).
Fue precisamente Bullrich quien, a fuerza de preguntas y repreguntas, logró que Schoklender confesara su reunión con Pocino.
El ex apoderado contó el encuentro con lujo de detalles. Incluso reveló que, antes de comenzar, el espía pidió que desactivara su celular. Cuando Bullrich le preguntó quién era ese agente, Schoklender dijo que no se acordaba. "¿Pero vamos, lo estaban presionando y no se acuerda quién era?", insistió Bullrich, según pudo reconstruir luego LA NACION.
"No me acuerdo, pero es público, es el que aparece en la foto del balcón [que LA NACION publicó el 24 de julio pasado], respondió el ex apoderado de las Madres.
Cuando la legisladora le preguntó si se trataba de Pocino, conocido por ser un activo operador en las sombras del kirchnerismo, Schoklender lo confirmó. Y, acto seguido, relató que el mensaje del jefe de Gabinete era "que se quedara tranquilo" porque dormirían la causa, a cargo del juez federal Norberto Oyarbide.
Los legisladores salieron azorados de la reunión. "Todas las peores prácticas de la política se escucharon en estas cinco horas de reunión", resumió Graciela Camaño (Bloque Peronista), presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales. Pero la historia promete no terminar aquí: los opositores insistieron en que llevarán toda la documentación a la Justicia y que insistirán con las citaciones de funcionarios al Congreso.
Revelaciones en capítulos El papel de la SIDE Promesas de frenar la causa
El ex apoderado relató que luego de las primarias se reunió con un enviado de la SIDE, quien le garantizó que después de las elecciones presidenciales la causa que afecta a la Fundación Madres de Plaza de Mayo se paralizaría.
Gastos de campaña La "caja" del kirchnerismo
Schoklender describió que la fundación que preside Hebe de Bonafini actuaba como una suerte de "caja" del Gobierno, desde donde se pagaban, con recursos públicos, gastos electorales y actividades políticas partidarias.
Enriquecimiento La casa de la hija de Bonafini
Schoklender eludió hablar de su presunto enriquecimiento personal. En cambio, apuntó contra Bonafini: afirmó que ella autorizó que se utilizaran fondos de la fundación para la compra de la casa de su hija por US$ 380.000
El papel de Planificación Oficinas e impresión de afiches
El ex apoderado desmintió que el Gobierno no tuviera injerencia en la fundación. Reveló que el Ministerio de Planificación tenía allí oficinas y que se utilizaba la imprenta para la confección de afiches proselitistas..
- Por Laura Serra | LA NACION - - Foto: Jorge Bosch -
|