Estilos / Moda - Reportaje -
Vestida para brillar
Una producción en dorado puro, con toques navideños, de la mano de Milagros Schmoll, la modelo que la Argentina exporta al mundo. Su metro 77 y su delgadez sin esfuerzos, sus ojos y pelo claros y esa piel tan blanca, le dan un aspecto nórdico, tan en boga en las pasarelas del mundo, donde las curvas de los 90 son historia. "Las rusas trabajan mucho y hay hasta brasileñas con estos cuerpos, bien alejados de la imagen latina que uno tiene", describe Milagros Schmoll, la argentina de ascendencia alemana que, con sólo veinte años, hace ya seis que recorre el mundo con su imagen, en una vertiginosa carrera que la encumbró en el universo de las más o menos cien top models que hoy reinan en las pasarelas y campañas publicitarias internacionales. Es que los diseñadores más famosos del mundo no se casan más con cinco o seis modelos, como en la era de Claudia Schiffer, Eva Herzigova y Naomi Campbell: la constelación de estrellas del modelaje hoy alcanza el centenar. Y allí brilla Milagros, la elegida de Jean-Paul Gaultier, Tommy Hilfiger, Hermès, Calvin Klein, Missoni, Cavalli, Dolce & Gabbana, Lacroix, Chanel, y Lanvin.
De familia numerosa (con ella son diez hermanos), nunca deja de venir a Buenos Aires, donde siempre tiene alguna obligación que cumplir. Este año fue la imagen de invierno de Cerini, y durante el verano se la verá en la campaña de Ricky Sarkany, su zapatero preferido de este lado del mundo.
-¿Cómo fueron tus comienzos?
-Tenía catorce años cuando me descubrieron representantes de la agencia Pink Models Management: salía del cine en Recoleta con una amiga; nunca más paré.
-¿Habías pensado antes en ser modelo?
-No, la verdad es que era muy chica, estaba en el colegio. A los 16 me fui a París y me quedé a vivir por dos años.
-¿Hoy pasás más tiempo acá o afuera?
-Mi casa está en Nueva York. Crecí mucho afuera: vuelvo acá siendo una mujer, cuando me fui siendo una niña. Es fuerte el cambio, y lo siento. Pero en realidad estoy supercómoda en cualquier lugar donde estoy.
-Afuera ¿qué es más importante para una top?, ¿abrir y cerrar un gran desfile o hacer una fuerte campaña publicitaria?
-A mí me gusta todo. La misma satisfacción que me da abrir o cerrar un desfile me la da trabajar con los mejores fotógrafos, como Mario Testino, Steven Klein. Afuera los diseñadores hacen las colecciones con muchísimo esfuerzo, con muchísima gente; cada desfile tiene un porqué, cada luz indica algo; nada es casualidad.
-¿Con quién te gustaría trabajar y todavía no lo hiciste?
-Con Yves Saint Laurent me encantaría.
-¿Qué se usa hoy afuera en la puesta de un desfile?
-Hay de todo. Chanel hizo el último desfile en el pasto, con todas las modelos acostadas como tomando sol, como si estuvieras en un camping. Todos son muy especiales y quieren resaltar a su manera lo diferentes que son.
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