Eliminatorias 2.014
La Argentina está viva
La Selección le ganó 2 a 1 a Colombia de visitante. Está vez, Sabella no se demoró con los cambios. Entró Agüero por el intrascendente Guiñazú, Sosa pasó a la izquierda, Messi ejerció de enganche y empezó otra historia. BARRANQUILLA.- En el peor escenario posible, en desventaja por un gol en el que la fatalidad se metió en el medio con el desvío en Mascherano, con el ácido láctico que empezaba a subir por los músculos por la primera cocción de 45 minutos en el horno que era la cancha, con Burdisso afuera hecho un grito de dolor, la Argentina se dió un golpe en el pecho.
Alto y fuerte. Me buscaban, pareció preguntarse. Aquí estoy, respondió, quizá cuando menos se la esperaba, tras una primera etapa que venía a corroborar varias de las malas señales que arrastraba: poco juego, lentitud, falta de cambio de ritmo, poca chispa. En esos 45 minutos no hubo ni un tiro entre los tres palos de Ospina. Desolador.
La Argentina resucitó a medida que a Colombia la empezó a embargar un susto grande, de equipo chico, a pesar de que detrás tenía a una multitud haciéndole creer que todavía está en la época de Valderrama, Rincón, Asprilla y el Tren Valencia.
Está vez, Sabella no se demoró con los cambios. Entró Agüero por el intrascendente Guiñazú, Sosa pasó a la izquierda, Messi ejerció de enganche y empezó otra historia.
Increíblemente, Colombia se fue desinflando y el seleccionado se agrandó, sacó el orgullo a relucir. Infló los pulmones a pesar de que el aire aquí escasea.
Sosa, Messi y el Kun se empezaron a encontrar. Faltaba movilidad. Fue la que entregó Sosa, que terminó exhausto, porque corrió para recuperar la pelota (de un robo de él a James Rodríguez surgió el empate) y también para profundizar, como en el centro que Ospina, tras chocar con Yepes, dejó en los pies de Messi para el empate.
La Argentina no pasaba apuros atrás (se acomodó bien Desábato) ante los pocos y atolondrados ataques de Colombia. El empate no era mal visto, pero flotaba la sensación de que algo más podía rescatar el seleccionado, aunque Romero había evitado la derrota ante Zúñiga.
El tridente ofensivo se encargó del resto. Jugada entre Messi, Higuaín y Agüero para el toque al gol del Kun. El Metropolitano había enmudecido y sólo reaccionó para gritar contra el técnico Álvarez.
La Argentina había venido a aguantar y Colombia le facilitaba un poco la tarea con una actitud respetuosa desde el comienzo. Aunque el seleccionado está en horas bajas, algunos de sus integrantes despiertan recaudo y cautela en los rivales.
El equipo de Alvarez, salvo por el ímpetu y la gambeta de James Rodríguez, no se contagiaba de la efusividad que bajaba de las tribunas de un público entregado a una fiesta que no se correspondía con lo que sucedía en el campo, ya que el encuentro se planteó muy táctico y cerrado, disputado lejos de las áreas y muy friccionado en el medio.
Colombia redoblaba la marca sobre Messi cuando retrocedía; la Pulga tropezaba, se enredaba y alrededor de los 30 minutos ya mostraba su habitual fastidio cuando las cosas no le salen a él ni al equipo.
El panorama era más que preocupante. Se tocaba fondo y la emergencia que arrastraba el equipo lo transformaba en un paciente delicado. Descansó 15 minutos, se tomó el pulso, se golpeó el pecho y con el coraje del que sabe que ya no tenía nada que perder, dijo "allá vamos". Sus signos vitales responden. La Argentina está viva.
Agüero, el gol y una agresión
Con el tanto en Barranquilla, Sergio Agüero llegó a 13 goles con la camiseta de la Argentina, en 33 partidos. Cuando el Kun marcó, la selección obtuvo ocho triunfos, dos empates y dos derrotas. El delantero de Manchester City también fue blanco de una agresión de los hinchas cafeteros, quienes lo golpearon en la cabeza con un envase de gaseosa.
Ahora se afirma en el historial
Por las eliminatorias, la Argentina venció a Colombia en cuatro de los siete partidos disputados. Es la segunda vez que lo hace en Barranquilla, donde en 1997 se impuso 1-0 con gol de Claudio López. También hubo un empate y dos éxitos de Colombia. El último, en Bogotá, en 2007, por 2 a 1.
Por tercera vez empezó perdiendo
Es la tercera oportunidad, y en forma consecutiva, que la selección comienza perdiendo un encuentro de las eliminatorias para el Mundial de Brasil, en 2014.
Con Venezuela no logró revertir el marcador y cayó 1-0; el viernes pasado, logró empatar 1-1 con Bolivia, en el Monumental; ayer, finalmente, pudo festejar, con el éxito 2-1 sobre Colombia..
- Por Claudio Mauri | LA NACION -
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