El triunfo más rico de su existencia. Cuando expiraba el partido, Cristian Núñez sacó provecho de una pelota parada anotando el gol con el último aliento y la parcialidad correntina explotó en un grito que salió del alma.

Por Carlos Zeniquel - Redacción de época -

Las gargantas enrojecidas por el “alarido” que provocó el gol del final y el festejo sin fin de la gente, marcaba con elocuencia el significado del triunfo (1-0) que logró Boca Unidos sobre el encumbrado River Plate, en un partido de la 17ª fecha del torneo de la B Nacional de fútbol.

Éxito que quedará grabado con letras destacadas en su historia, porque en su primer partido contra los “millonarios” se quedaron con los tres puntos, dejando con las manos vacías a un gigante, que hasta un minuto antes del final lo había superado abiertamente en el juego, sin poder concretar en la red las situaciones que generó.

Dicen que goles son amores y Boca Unidos lo consiguió con el tiro del final. Cristian Núñez, su jugador emblema, sacó provecho de una jugada que se inició con pelota detenida.

Saltaron varios en el área, Chichizola salió sin poder rechazar ante el ingresado Matías Moisés, el balón fue hacia el “Negro” quien conectó de primera en el área y la metió adentro pese al esfuerzo de Díaz por despejar.

El reloj indicaba 35 segundos adicionados a los noventa.
Fue el gol que desató la locura y que enmudeció a los simpatizantes de River en un estadio de Huracán Corrientes colmado de espectadores, con más de 13 mil personas, que se apretujaron en las tribunas local y visitante.

Enseguida el silbato final del árbitro Alejandro Toia y los lamentables incidentes finalizado el partido, no alcanzaron a empañar toda la alegría de Boca Unidos.

No era para menos. Se ganó a un rival con mucha historia. Sumó tres puntos que lo deja “ahí” de la punta (suma 29 contra 30 de Central y River y 31 de Instituto que jugaba al cierre), codeándose con clubes de predicamento, que saben de coronarse campeón en torneos de primera.

Y más allá de los merecimientos, este triunfo vale doble. Por el rival, por todo lo que implicó en los últimos días la presencia de los “millonarios” en Corrientes, y a no dudarlo es el éxito más grande en todo su historial.

Claro. Antes hubo un partido en el que River fue superior. Con mucha movilidad, pasando rápido al ataque y generando varias situaciones de gol, con el toque de distinción que le da al equipo el “Chori” Alejandro Domínguez; el ida y vuelta con fútbol de Carlos Sánchez, iniciando varias de las acciones de gol, más un movimiento compacto que inclinaron la cancha hacia el arco del “Gato” Sessa, que otra vez tuvo una actuación destacada.

A Boca Unidos le costó afirmarse en la cancha. Especialmente por las bandas donde River “lastimó” bastante, especialmente con Sánchez ganándole la espalda a Fredrich y algo similar hizo -aunque en menor medida- el juvenil Lucas Ocampos sobre Danelón, sin cobertura de Devalis.

El excelente trabajo de Oscar Gómez, cortando y jugando, respaldado por el quite de Diego Sánchez conformando un doble cinco eficaz, no fue suficiente porque al local le faltó juego y los delanteros Visconti y Núñez quedaron muy aislados arriba. Entonces se tuvo que multiplicar la defensa, donde Donatti ganó de arriba y de abajo.

Un gol increíble que se perdió Ocampos cabeceando alto un centro de Sánchez a dos metros del arco; enseguida otro desborde y centro de Sánchez que volvió a conectar Ocampos, contuvo Sessa y cuando Cavenaghi iba a definir despejó fuerte Donatti.

Con River presionando Ocampos remató desviado luego de un córner ejecutado por Domínguez y más tarde un fuerte derechazo de Aguirre pasó cerca del arco de Sessa y un cabezazo de Díaz alto, cuando detrás suyo entraba para convertir Ocampos.

Con Boca Unidos sin una opción de gol favorable se fueron los cuarenta y cinco minutos iniciales y en la reanudación se acentuó la ambición de River que cuando apenas se jugaron 3 minutos lo tuvo con un cabezazo de Cavenaghi que encontró a Sessa.

A los 15’ Domínguez habilitó de cabeza en el área a Cavenaghi quien le dio de aire y la pelota salió sobre el travesaño.

La dupla técnica de Boca Unidos intentó frenar el aluvión y para impedir las subidas de Abecasis, que empezaba a complicar, lo puso a Jonathan Benítez en lugar de Devalis y ni bien entró el zurdo tuvo su oportunidad pero su cabezazo débil fue a las manos de Chichizola.

El esfuerzo realizado le fue pasando factura al físico de los jugadores locales y River siguió dilapidando oportunidades.

Un remate de Sánchez rebotó en el pecho de Sessa; un enganche y remate de Domínguez cerquita del poste izquierdo; otro del ingresado Ríos que se desvió en Donatti y no entró por poco, fueron las situaciones del “millonario”.

Además de una salvada de Boca Unidos a los 42’. Carlos Sánchez conectó de primera un centro pasado, el balón no quiso entrar, dio en el vértice de poste - travesaño, la pelota fue devuelta al área donde cabeceó el “Chori” Domínguez y Sessa se arrojó hacia atrás sacándola por arriba, con la gente de River tomándose la cabeza.

Y cuando más lo buscaba River. El que lo encontró a los 45’ fue Boca Unidos, con el gol de Núñez, que dejó al “millonario” con los bolsillos vacíos. Se quedó con toda la gloria, introduciéndose en la historia con un triunfo muy festejado, que lo celebrará por mucho tiempo, por ser el más rico de su existencia.