El superclásico
Una costumbre; otra vez Boca amargó a River
Los xeneizes volvieron a ganar: fue 1-0, en Mendoza, con gol de Mouche; los millonarios se fueron con bronca y preocupados. Por Alberto Cantore | LA NACION
MENDOZA.- El tiempo dirá si estos superclásicos de verano marcarán, realmente, los ritmos de lo que será 2012 para los dos equipos más grandes de la Argentina. Pero lo cierto es que Boca, que ya había finalizado 2011 bien arriba con el título en el Apertura, ahora comienza esta temporada de la mejor manera, ganándole los dos partidos a River y conquistando la Copa Luis Nofal.
Para los xeneizes, es una buena vitamina en la antesala de un semestre con tres competencias: el Clausura, la Copa Argentina y la obsesión por la Copa Libertadores. Para los millonarios, una señal de preocupación en su búsqueda por regresar cuanto antes a la primera división.
El partido pareció, en el arranque, un calco del primer episodio, jugado en Chaco. River tuvo la iniciativa y empujó con ansias de revancha, pero Boca, en la primera situación que tuvo, lo golpeó. Incluso la acción fue parecida al tanto anotado de cabeza por Blandi hace cinco días.
Ledesma presionó sobre la salida de Juan Manuel Díaz, robó el balón, se proyectó y envió un muy buen centro para el salto de Mouche, que ingresó por el segundo palo.
Se lo vio con mayor aplomo a Boca. Quizás, por la tranquilidad que le generó haber ganado el primer clásico; mientras que River estuvo nervioso para controlar la pelota y generar peligro.
Cesar González no apareció y Cavenaghi, muy voluntarioso, estuvo perdido porque cuando bajaba a buscar el balón no quedaba nadie con quien descargar arriba. Y si se quedaba cerca del área rival, casi no le llegaba la pelota.
Boca abusó de los pelotazos desde los centrales, pero contó con un correcto Sánchez Miño por la izquierda, que cuando se juntó con Erviti armó pequeñas sociedades para salir por esa banda.
Insaurralde estuvo firme y Falcioni lo agradeció, tal fue así que al único cruce que no llegó fue en la acción más favorable para el millonario: corrida y centro de Sánchez para una volea de Cavenaghi que se fue arriba del travesaño.
Los rendimientos fueron parejos, no se sacaron ventajas en las producciones colectivas. La única diferencia en la primera etapa fue la efectividad: los xeneizes capitalizaron su oportunidad; los millonarios no.
River, además de sufrir la temprana lesión de Trezeguet, tardó en hacer pie con el cambio de sistema táctico: sin el Chori Domínguez, expulsado en Chaco, Almeyda apostó por el 4-4-2, con Cirigliano y Ponzio en el doble 5. Con Ponzio algo falto de ritmo, y eso, a veces, desacomodó a Cirigliano, que se siente más cómodo jugando solo en el medio que con otro volante de contención.
Los dos laterales de River tampoco rindieron. Uno cometió el error en la salida que terminó en el gol de Boca y el otro (Abecasis), en la misma acción, no llegó a cerrar el cabezazo de Mouche.
Mouche, con movilidad y buenos centros, se le hizo complicado de tomar a la defensa de River, que muchas veces quedó mirando el balón y se desconcentró para tomar a los adversarios.
En la segunda etapa, Boca siguió bajando el promedio de edad con los ingresos de Gastón Sauro y Nicolás Colazo en reemplazo de los experimentados Schiavi y Erviti. Y tuvo una chance clara en un mano a mano que Vega le desvió a Mouche, tras recibir un pelotazo largo de Ruiz a la espalda de Funes Mori.
Boca le cedió la iniciativa, pero River fue impotente. La llave millonaria seguía estando por la derecha, con las proyecciones y los centros de Carlos Sánchez, aunque así y todo le costaba generar un peligro real sobre el arco defendido ayer por el uruguayo Sosa, que se mostró firme cada vez que fue inquietado.
Pero River ni siquiera aprovechó los córners y los tiros libres. Y Boca finalizó el verano de la mejor manera.
Falcioni y su racha vs. river Julio Falcioni dirigió 5 superclásicos como DT de Boca, de los cuales ganó 4 y empató el restante.
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