Sin éxito
Apenas se vendieron 12.766 autos con el plan de la Anses
El Gobierno esperaba colocar 100.000 unidades. También preveía vender 15.000 taxis y resultó un fracaso total. El público no usó el financiamiento oficial. El plan para incentivar la venta de autos 0 kilómetro fue el más ambicioso de los que anunció el Gobierno hace un año para sostener la industria y el consumo frente a la crisis internacional. Pero su aporte fue más bien escaso: apenas uno de cada 40 autos que se vendieron en la Argentina en ese lapso fueron financiados con los fondos que la Anses destinó a ese fin.
La propia Administración Nacional de la Seguridad Social informó ayer que se vendieron 12.766 vehículos con ese plan, a los que habría que agregar unas 4000 operaciones que están en curso.
El lunes próximo se firmará formalmente la finalización de esta línea de créditos, aunque luego las concesionarias y automotrices tendrán un par de semanas para remitir los expedientes que aún no cancelaron el porcentaje necesario para la entrega de la unidad.
De los 13.200 millones de pesos que la presidenta Cristina Kirchner prometió el 4 de diciembre de 2008 para sostener la actividad económica, 3100 millones correspondían al plan de autos y otros 650 millones debían ser para incentivar la venta de utilitarios y camiones.
¿Cuánto invirtió la Anses de ese objetivo original?
Menos del 15%, que incluyen los 427,15 millones ya utilizados y los 130 millones previstos para las operaciones en curso. Además, hay que agregar los 259 millones que el organismo que administra los fondos de los jubilados puso para financiar el 50% de la inversión de General Motors en su nuevo modelo, el Chevrolet Agile.
Originalmente, el Gobierno planeaba evitar la caída del mercado interno de autos financiando 100.000 unidades, y hasta se comentaba informalmente que a mediados de año podría haber un refuerzo para otros 40.000 vehículos.
Eran momentos en que nadie en el sector imaginaba que el año podía cerrar con cerca de 514.000 patentamientos -como ayer informó la Asociación de Concesionarios de Automotores (Acara), de lo que se informa por separado-, una caída del 16% respecto del récord histórico alcanzado en 2008.
Todavía peor suerte corrieron los planes anexos. El 12 de diciembre de 2008, Cristina Kirchner convocó a la Residencia de Olivos a medio gabinete, algunos gobernadores -como el salteño Juan Manuel Urtubey- y decenas de funcionarios, empresarios y sindicalistas para anunciarles otra de las herramientas con que su gobierno aspiraba a esquivar la crisis: el plan taxis. "Va a haber créditos para 15.000 nuevos taxis en la República Argentina, de los cuales 10.000 corresponderán a la jurisdicción de Capital y 5000 al país profundo; ustedes saben que a mí no me gusta decir el interior", dijo la Presidenta en medio de aplausos.
Ayer la Anses informó que sólo financió la venta de 19 taxis, aunque no aclaró si se respetó la cuota asignada al "país profundo".
El plan de utilitarios también fue anunciado durante otra gran convocatoria a Olivos, en la que la Presidenta también se ocupó de dar incentivos a los compradores de bicicletas.
El resultado no fue mucho mejor que el de taxis: 62 unidades fueron financiadas con una parte ínfima de los 650 millones de pesos comprometidos.
Las cifras de la Anses incluyen todas las operaciones concretadas hasta hace dos semanas. Acara difundió, en tanto, estimaciones algo más optimistas sobre el desempeño del plan oficial: 15.000 autos patentados y 10.000 operaciones en curso.
Pese a los números, en la Anses no querían hablar ayer de "fracaso". Señalaron que se decidió el fin del plan "por pedido de las automotrices, que ante la reactivación prefieren vender los autos por afuera".
Se estima que un modelo equivalente a los incluidos en el plan puede costar hoy un 15% más que con el precio acordado para el financiamiento de la Anses.
Oportunidad perdida Tanto en el organismo que dirige Diego Bossio, como en algunas automotrices y concesionarios, reconocieron que el plan sirvió para llevar tráfico a las agencias, que aprovecharon para mostrarles a los clientes otras opciones de compra. "Fue un plan que anunciaron 90 días antes de hacerse operativo y no tuvo la comunicación que debió haber tenido", se quejaron en una de las terminales.
En ese lapso se evaluaron varias alternativas, entre ellas la idea del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, de diseñar un auto argentino "pensado para los pobres".
Abel Bomrad, vicepresidente de Acara, consideró que "el plan fue la gran oportunidad perdida del consumidor argentino". Recordó que son unidades con precios casi congelados, que se retiran pagando el 20% y cancelando el resto en 48 cuotas con bajo interés. "Es algo que el mercado nunca vio. Nosotros pensábamos que [el cupo de 100.000 unidades] se agotaba en 7 u 8 meses.
Pero en los tres meses que se demoró en ponerlo en marcha la crítica fue tan sanguinaria que terminó desacreditando el plan", concluyó.
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