Elecciones en Francia
Hollande venció a Sarkozy y promete cambiar Europa
El socialismo vuelve al poder. François Hollande obtuvo el 51,7%, contra el 48,3% del actual presidente; propone más crecimiento y menos austeridad en el país galo. PARIS.- François Hollande obtuvo ayer una victoria de enorme dimensión al convertirse en el nuevo presidente de Francia con el 51,7% de los votos, contra 48,3% del presidente Nicolas Sarkozy , que asumió la responsabilidad de la derrota y sugirió su retiro de la vida política.
Acompañado por su pareja, Valérie Trierweiler, Hollande festejó en Tulle, centro de Francia, y luego viajó a París. Foto: AP
"Este es el inicio de un movimiento que se levanta en toda Europa y tal vez en el mundo para promover nuestros valores y nuestras exigencias de cambio", dijo Hollande, de 57 años, en la plaza de la Bastilla. "Es hora de terminar con la austeridad ", agregó.
El resultado del ballottage de ayer se definió por menos de 1,5 millones de sufragios, sobre un total de casi 31 millones de votantes. La abstención fue de 18,78 por ciento.
Hollande, que nunca ha desempeñado funciones de primer plano a nivel nacional, es el primer socialista que llega al Palacio del Elíseo después de François Mitterrand, que gobernó desde 1981 hasta 1995.
Al igual que su mentor ideológico, que había frustrado las ambiciones de reelección de Valéry Giscard d'Estaing, Hollande impidió que Sarkozy permaneciera otros cinco años en el poder.
Su victoria puso término a 17 años de presidencias de derecha: Jacques Chirac (1995-2007) y Sarkozy (2007-2012). "
El cambio comienza ahora. Debe estar a la altura de lo que es Francia", había dicho en su primer discurso, en la ciudad de Tulle, en el centro del país, donde realizó toda su carrera política en los últimos 30 años.
Hollande afirmó, además, que será "el presidente de todos los franceses" y envió un "saludo republicano" a Sarkozy.
El dirigente socialista capitalizó el enorme descontento popular por los escasos resultados obtenidos por Sarkozy en los grandes temas económicos y sociales que angustian a la sociedad: estancamiento, desempleo -que aumentó de 2 a casi 3 millones de personas sin trabajo en cinco años-, pérdida de poder adquisitivo, educación, vivienda y deterioro del sistema de protección social.
Sarkozy, en ese sentido, pagó tributo por el violento impacto de la crisis, que en los últimos tres años barrió como un vendaval a los gobernantes de otros diez países europeos: Portugal (José Socrates), Irlanda (Brian Cowen), Gran Bretaña (Gordon Brown), España (José Luis Rodríguez Zapatero), Hungría (Ferenc Gyurcsány), Dinamarca (Lars Lokke Rasmussen), Eslovenia (Barut Pahor) y Eslovaquia (Iveta Radicova).
A esa lista se suman el italiano Silvio Berlusconi y el socialista griego Giorgios Papandreu, forzados a renunciar en 2011 bajo presión de la Unión Europea.
Los votantes también sancionaron la hiperexposición de su vida privada al principio de su mandato, su estilo exuberante y, en ocasiones, arrogante.
El presidente electo -que debe asumir a más tardar el 15 de mayo a medianoche- puso su futuro gobierno bajo la advocación de la justicia y del futuro de la juventud. "Todos mis actos estarán inspirados por esos dos ejes", prometió en ese mensaje pronunciado 90 minutos después de conocer los resultados.
Su discurso fue reproducido en las pantallas gigantes instaladas en la Plaza de la Bastilla, en París, donde decenas de miles de simpatizantes socialistas se congregaron -como en 1981- para festejar el regreso de un socialista al poder.
Numerosos artistas se sucedieron durante toda la noche en el escenario frente a una multitud entusiasta. Esa atmósfera de fiesta alcanzó niveles de auténtico delirio poco después de la medianoche, cuando Hollande llegó a la Bastilla para saludar a sus partidarios.
Apenas 30 minutos después del anuncio oficial de los resultados que sentenciaban su derrota, Sarkozy habló ante los militantes de su partido, reunidos en la sala de la Mutualité, en el Barrio Latino. Al acercarse al lugar de la concentración, fue recibido por silbidos y gritos de desaprobación.
Sarkozy, conciliador
Con profundas huellas de fatiga y rasgos de desconsuelo marcados en el rostro, felicitó a su adversario, asumió la "completa responsabilidad de la derrota" y dio a entender que se retiraba de la vida política, por lo menos, durante un largo período.
"Francia tiene un nuevo presidente. Es una elección democrática, republicana, y debe ser respetada. Mi lugar no podrá ser el mismo. Volveré a ser un francés en medio de otros franceses. Ustedes podrán seguir contando conmigo. A partir de ahora, mi compromiso con la vida política del país será diferente", afirmó, al desearle suerte a su sucesor, entre aplausos de estímulo y el llanto de algunos militantes. "Deseo de todo corazón que Francia pase con éxito estas pruebas: tenemos que pensar exclusivamente en la felicidad de Francia, en su grandeza", añadió.
Ese repliegue significa que no dirigirá la campaña para las elecciones legislativas del 10 y 17 de junio. Los partidarios de Sarkozy se consolaban con el hecho de que el margen podría haber sido mayor. "La gente está hablando de un tsunami contra Sarkozy", dijo el ministro de Relaciones Exteriores francés, Alain Juppé. "Esto no es lo que ocurrió."
Hollande, por su parte, afirmó que será el "presidente de todos los franceses" y apeló a superar las divergencias que pueden dividir al país: "Hay una sola Francia, y todos estamos unidos en el mismo destino".
En este período de aguda crisis, la economía será uno de los ejes principales de su gobierno. Su promesa de explorar alternativas a la política de austeridad impuesta por Alemania en la zona euro puede provocar modificaciones de los actuales equilibrios y nuevas corrientes de opinión.
"Europa nos mira", dijo Hollande, consciente de la importancia que tendrá su elección para el resto del continente. "Mi misión es dar a Europa una dimensión de crecimiento, de empleo y de prosperidad", insistió.
En una primera apertura destinada a eliminar los malos entendidos que surgieron durante la campaña, señaló que rápidamente transmitirá sus intenciones a Alemania en nombre de la amistad que une a ambos países y en nombre de las "responsabilidades comunes".
Inmediatamente después de conocerse los resultados, la canciller alemana, Angela Merkel, lo llamó por teléfono para felicitarlo, al igual que el primer ministro británico, David Cameron, y otros jefes de Estado y de gobierno. También se esperaba una llamada del presidente norteamericano, Barack Obama.
Hollande reunirá hoy a su equipo para designar al primer ministro y empezar a formar su gabinete. También se acordará la estrategia para iniciar rápidamente la campaña para la batalla legislativa de junio. Esas elecciones serán cruciales porque determinarán la capacidad de maniobra que tendrá el nuevo gobierno para aplicar su programa en los próximos cinco años.
Resultados finales HOLLANDE Partido socialista 51,7%
SARKOZY Unión para una mayoría popular 48,3%.
- Por Luisa Corradini | LA NACION -
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