Crisis política
Lugo quedó al borde de la destitución
Tensión en Paraguay. Sorpresa por un veloz proceso.
El presidente será sometido hoy a juicio político como responsable de un violento enfrentamiento entre campesinos y policías.
Se movilizaron miles de partidarios y detractores al centro de la capital donde hay 4.000 uniformados. ASUNCION.- Superó una larga cadena de obstáculos: varios juicios por paternidad , una suspensión de la Iglesia por dedicarse a la política y hasta un cáncer linfático que lo tuvo contra las cuerdas.
Pero el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, de izquierda, podría ser destituido esta misma tarde por un juicio político al que será sometido, con una inusitada velocidad, en el Senado por el "mal desempeño de sus funciones" durante el choque entre campesinos y policías que la semana pasada dejó 17 muertos.
El mandatario, que también será investigado por la justicia ordinaria, advirtió que no piensa renunciar por la ofensiva parlamentaria, descripta por sus asesores como un "intento de golpe de Estado".
La gravedad del anuncio y la celeridad del juicio tomaron por sorpresa a los paraguayos y movilizaron a miles de partidarios y detractores de Lugo al centro de la capital, donde los bandos se manifestaron ruidosamente ante 4000 uniformados.
Desde Río de Janeiro, donde asistían a la cumbre mundial del medio ambiente Río+20, los líderes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) despacharon una misión de cancilleres para monitorear el juicio contra el presidente, al que los legisladores opositores acusan de tener vínculos demasiado cercanos con los sectores más radicales del movimiento "sin tierra".
En nombre de los gobiernos de la Unasur, el canciller brasileño, Antonio Patriota, anunció el envío de los cancilleres y señaló la convicción de los presidentes "de que se deben preservar la estabilidad y el pleno respeto al orden democrático en Paraguay''
La Cámara de Diputados había resuelto horas antes solicitar al Senado el juicio político de Lugo por 76 votos a favor, uno en contra y tres ausencias, en un demoledor consenso de legisladores oficialistas y opositores.
Ahora, los senadores, que aceptaron la solicitud ayer por la tarde, llevarán adelante un juicio que se resolverá hoy mismo y en el que Lugo tendrá apenas dos horas para presentar su alegato y tratar de revertir una sentencia que muchos dan por descontada.
El vicepresidente Federico Franco, del conservador Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), "está listo para asumir el mando y pacificar el país'', dijo el diputado liberal Enrique Sallim Buzarquis.
El detonante del juicio fue el enfrentamiento con armas de fuego en una estancia del este del país, el viernes pasado, entre campesinos sin tierra y una brigada de la policía con orden de desalojo. El tiroteo dejó seis policías y once campesinos muertos, además de ochenta heridos.
Después llegaron las bajas políticas. La primera fue la del ministro del Interior, Carlos Filizzola, y ahora, elevando fuertemente la apuesta, quizás el presidente Lugo, considerado máximo responsable de la masacre.
En el fondo, sin embargo, subyace un malestar en todo el arco político de Paraguay por la estrecha cercanía de Lugo con los sectores campesinos sin tierra, quienes, según los legisladores, se habrían radicalizado en sus reclamos de propiedad.
Absoluta obediencia
Lugo reaccionó al juicio con una conferencia en la que aseguró que aceptará la decisión del vasto entramado de legisladores que quieren su destitución, aunque dejó entrever que no dará el brazo a torcer.
"Este presidente no va a renunciar al cargo y se somete con absoluta obediencia a la Constitución y las leyes a enfrentar el juicio político con todas sus consecuencias'', declaró el presidente y ex obispo, quien ganó las históricas elecciones de 2008 con una alianza que derribó un monopolio de 61 años del Partido Colorado en el poder.
Esas seis décadas incluyeron la larga dictadura de 35 años de Alfredo Stroessner.
Subrayando la brevedad de los plazos -en sólo 24 horas se pasará del pedido de juicio a la lectura de la sentencia-, Lugo llamó al Congreso a "agotar esfuerzos para evitar procedimientos que puedan ser contrastados por la historia y la ciudadanía".
Pero los senadores defendieron la rápida apertura del proceso, con el argumento de que, si éste se demorara, el gobierno fomentaría "acciones violentas". "Se le da el ropaje de una supuesta violencia que se está engendrando (...) No se vayan a crear monstruos y fantasmas que no existen", rebatió Filizzola, que insinuó que la ofensiva contra Lugo es un "intento de golpe de Estado".
En medio de la fuerte tensión, el teniente coronel Amado Ramírez, vocero de los militares, descartó en un comunicado su intervención, lo que aportó así una cuota de sosiego ante el desconcierto que se adueñó de los paraguayos, y ante los temores dentro y fuera del país de una ruptura del orden institucional.
"Se informa que las fuerzas armadas se mantienen dentro de sus funciones específicas establecidas por las leyes, respetando la vigencia de la institucionalidad y el estado democrático'', señaló el texto.
LA FE Y LA POLÍTICA
Sacerdote. Nacido el 30 de mayo de 1951 en San Pedro del Paraná, sur de Paraguay, Lugo pertenece a una familia humilde que se opuso a la dictadura de Alfredo Stroessner. Se ordenó sacerdote en 1977 y fue nombrado obispo por Juan Pablo II en 1994.
Política. Tras renunciar a sus cargos y condición religiosa, Lugo se volcó a la política y en abril de 2008 ganó la presidencia del país.
Pelea. A poco de asumir, el mandatario se distanció de su vicepresidente, Federico Franco, enfrentamiento que se mantiene hasta la actualidad.
Paternidad. En abril de 2009 reconoció ser padre de un chico de 2 años y su popularidad se derrumbó. Hace 15 días aceptó la paternidad de su segundo hijo.
Enfermedad. En agosto de 2010 le detectaron un cáncer linfático que fue tratado en Brasil. En enero pasado, le diagnosticaron "remisión completa".
Matanza. El 15 de este mes, en un sangriento y confuso enfrentamiento, murieron 11 campesinos de un movimiento de "sin tierra" próximo a Lugo y seis policías.
Crisis. Al día siguiente del enfrentamiento, Lugo reemplazó al ministro del Interior y ordenó que una comisión especial investigara la violencia, con la asistencia de la OEA. La decisión presidencial no logró detener la crisis.
FRANCO, UN VICE POLÉMICO
ASUNCION (EFE).- Si en las próximas horas el Senado paraguayo llegara a destituir al presidente Fernando Lugo, el Poder Ejecutivo de Paraguay recaería automáticamente en el vicepresidente Federico Franco, un médico cirujano, líder del Partido Liberal, integrante de la oficialista Alianza Patriótica para el Cambio, y distanciado del mandatario.
Dedicado a su profesión en el centro médico familiar, Franco, que el 23 de julio cumplirá 50 años, es conocido por sus ideas neoliberales y su admiración por figuras de ese espectro ideológico, como el ex mandatario español José María Aznar. Antes de llegar a la vicepresidencia fue gobernador del Departamento Central de Paraguay.
El primer roce con Lugo ocurrió tras la toma de poder, el 15 de agosto de 2008, cuando Franco acusó al mandatario de defender posturas "fuera de la legalidad" por su apoyo a los campesinos del movimiento sin tierra.
Franco no desconoce las funciones presidenciales ya que reemplazó a Lugo durante los 73 viajes del mandatario en los últimos cuatro años, ausencias que sumadas alcanzan los seis meses fuera del país, según publicó la prensa local.
Agencias ANSA, Reuters y EFE
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