Destino 2.010
De dónde venimos y adónde vamos de viaje
Los lugares, los hechos, las tendencias, los protagonistas y las modas que marcaron el rumbo de 2009, y del año que comienza. 1. Navegar antes de viajar Actualmente, los argentinos compran entre un 15 y un 20% de los productos y servicios turísticos (desde pasajes hasta hoteles) a través de Internet.
En Europa, estas ventas online representan el 41% del mercado mientras que en Estados Unidos el porcentaje trepa hasta el 60, según datos de la consultora norteamericana PhoCusWright.
El crecimiento del negocio virtual es imparable, por ahora. La agencia Despegar.com, por ejemplo, incorporó en el último año para su operación regional en América latina 186 profesionales y asegura que aún tiene 70 búsquedas activas por cubrir.
2. El viajero experto Un reciente estudio de Amadeus (importante proveedor de herramientas tecnológicas para la industria del turismo) le puso nombre a un nuevo perfil de consumidor en auge claramente detectable entre nosotros: el viajero experto, un sujeto mucho más informado sobre su destino, autosuficiente a la hora de elegir, reservar y comprar servicios, y también más aventurero en sus viajes, más proclive a probar destinos exóticos (entre los que, a nivel global, se cuenta la Argentina).
El mismo informe anticipa un creciente uso de la tecnología vinculada con la experiencia del viaje, particularmente por medio de dispositivos móviles. En ese sentido se podría decir que el futuro está acá: sólo por poner un ejemplo, ya hay más de 3700 aplicaciones específicas sobre viajes para el iPhone.
3. La ruta de las rutas Internacionalmente, el recurso de marketing de promocionar el turismo por un circuito vinculado con cierto producto en determinada región geográfica tiene su tiempo.
Por ejemplo, los Caminos del Vino que unen las buenas bodegas de Mendoza. Impulsadas por organismos locales, estas rutas se multiplican por todo el país, con los más diversos ejes de interés, desde el aceite hasta las manzanas.
Sólo en los últimos meses aparecieron oficialmente la Ruta de la Yerba Mate (Misiones, Corrientes), la Ruta del Adobe (Catamarca), los Caminos del Che Guevara (varios) y la Ruta de la Empanada (Tucumán), entre otros. El mapa promete seguir extendiéndose.
4. Boutiques en el interior La hotelería boutique ya no es nada nueva en Buenos Aires. Los pequeños establecimientos con personalidad y diseño con una decena de habitaciones no han dejado de multiplicarse por toda la ciudad en los últimos cinco años, alcanzando incluso barrios no tradicionalmente hoteleros, como Belgrano.
Lo novedoso ahora es que las aperturas boutique más interesantes y atractivas empiezan a producirse del otro lado de la General Paz, en ubicaciones donde esta tendencia aún no había llegado.
Los casos más recientes: San Isidro (San Isidro Plaza Hotel), Mar del Plata (Sainte Jeanne), Misiones (Puerto Bemberg) y Córdoba (Azur Real Hotel).
5. El gran ajuste corporativo Ante la crisis económica, empresas de todo rango restringieron sus gastos en viajes de negocios.
Dos medidas muy claras, en este sentido, fueron en muchos casos el descenso de primera a ejecutiva, o de ejecutiva a turista, según confirman fuentes de las principales aerolíneas.
Y también el reemplazo de las suites cinco estrellas por habitaciones en hoteles de cuatro estrellas, o en pequeños establecimientos boutique, como para al menos reemplazar la categoría formal por onda, diseño y personalidad.
Por el lado de los vuelos, el ajuste tuvo otra consecuencia: varias aerolíneas introdujeron una clase intermedia, con comodidades y tarifas justamente a mitad de camino entre business y turista. Como para que el golpe no sea tan duro...
6. No sólo frutos de estación Cuando un destino se ha consolidado como atractivo para un público específico, lo que sigue es ir por el próximo segmento de consumidores.
Así vemos últimamente, sólo por tomar algunos ejemplos norteamericanos, a Orlando promocionar sus bondades fuera de los parques temáticos, a Las Vegas apostar insólitamente a los espectáculos para niños, y a Miami promover con insistencia su rica oferta cultural de espaldas a las playas y los malls.
En la Argentina, quienes más esfuerzo hacen por desestacionalizarse quizá sean los centros de esquí, con Las Leñas a la cabeza, y un abanico de actividades de montaña y aventura sin nieve.
7. Destino de eventos La Argentina tiene algunas de sus mejores oportunidades de negocios en el llamado turismo de reuniones.
De hecho, el país está muy bien posicionado en el sector: es el segundo destino más elegido como sede de eventos (congresos, encuentros, ferias, incentivos) de América latina y se ubica en el puesto 22 del ranking mundial.
El Instituto Nacional de Promoción Turística apuesta fuerte al crecimiento de este segmento: su objetivo es que en dos años el país esté en el puesto 15 de los mayores receptores de eventos en el mundo.
8. El lujo sensible "Estamos frente a la redefinición del concepto del lujo, donde se privilegia el consumo de servicios antes que de productos.
La experiencia de ser antes que de tener." Así definió el estado de las cosas Carlos Ferreirinha, actual consultor y ex director del grupo Louis Vuitton Moét Hennessy para América latina, en el último showcase del grupo The Leading Hotels of the World, en el Alvear.
El mercado premium representa una facturación de 450.000 millones de dólares al año a nivel global, de los cuales América latina tiene una participación cercana al 10%, con el liderazgo de Brasil y México.
"El consumidor de lujo se vuelve más exigente y prioriza las experiencias que le brindan placer y bienestar -amplió el experto ante representantes de 50 hoteles top de cinco continentes-, inclinándose por los pequeños lujos que ofrezcan satisfacción inmediata.
Las marcas deben tener la habilidad de traducir emociones y sentimientos en bienes y servicios. Este nuevo escenario es una oportunidad para el segmento de viajes."
9. Neologismización (O el arte de ponerle un nombre marketinero a cualquier cosa). En el mundo anglohablante el fenómeno alcanza el grado de exageración casi absurda.
El castellano, por ahora, parece relativamente a salvo. Pero, como en tantos otros terrenos, en el negocio del turismo los términos en inglés se importan apenas salidos de fábrica.
Estas son sólo algunas de las más recientes incorporaciones al glosario de los viajes:
Babymoon: define esos últimos viajes sin hijos de parejas a punto de ser padres por primera vez. Hoteles de todo el mundo están ofreciendo paquetes especiales para este público, poniendo el acento en los tratamientos de spa y las cenas románticas ciento por ciento libres de niños.
Voluntourism: la combinación de turismo y trabajo voluntario para diversas causas sociales está en pleno crecimiento. Hasta la compañía de cruceros Holland America ofrece por estos días un programa de crucero por una causa en la que los pasajeros, además de disfrutar de los placeres de la navegación, realizan algún tipo de trabajo solidario.
No pocos voluntaristas europeos, por cierto, eligen la Argentina como destino de sus excursiones solidarias. Más información, en http://blog.voluntourism.org/ Staycation: dícese de la tendencia, generalizada en este último año de crisis económica global, de tomarse las vacaciones... sin viajar a ningún lado y amenizar los días fuera de la oficina haciendo programas cerca de casa. Acá sería Punta Terra .
Por Daniel Flores De la Redacción de LA NACION
|