Consternación y dolor en su velatorio
Fervor popular en la despedida a Sandro
Las puertas del Congreso se abrieron más temprano para permitir la entrada de sus seguidores, que hicieron hasta nueve cuadras de cola bajo un calor abrasador para verlo. El desfile de miles de personas que pasaban por el Salón de los Pasos Perdidos para despedir a Sandro, ayer, parecía interminable.
Con rosas en las manos y claveles, acompañados de carteles, calendarios con fotos del cantante en bata, vinchas o banderas que hacían honor al ídolo, expresaban su cariño con aplausos y cantos.
Era, en síntesis, una versión algo lúgubre pero muy cercana del clima que se vivía en los recitales del astro, que murió antenoche en Mendoza, de un shock séptico, 45 días después de ser sometido a un doble trasplante de corazón y pulmones.
A las 12.45, los familiares del artista decidieron abrir las puertas del Congreso para que ingresaran sus seguidores, entrada que estaba prevista recién para las 14, debido al intenso calor.
A esa hora, 10 mujeres se habían desmayado, cifra que treparía hasta 30 con el correr de las horas. "Olé, olé, olé... Sandro, Sandro", gritaban, aplaudían y sollozaban los que a las primeras horas de la mañana y la tarde constituyeron las largas filas que, junto con las sombrillas y los vasitos de agua proporcionados por un camión cisterna de AySA, buscaban calmar las altas temperaturas, que llegaron casi a los 36 grados de sensación térmica.
El fervor de sus seguidores contrastó con la falta de caras famosas en su velatorio durante todo el día.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner decidió a último momento no concurrir y envió en su representación a su jefe de gabinete, Aníbal Fernández.
Se esperaba que al filo de la medianoche llegaran Susana Giménez y otros famosos. La gente, sin embargo, se preparaba para pasar toda la noche con el ídolo luego de que, al cierre de esta edición, su familia autorizara que las puertas de la sala siguieran abiertas hasta el día siguiente.
Alrededor del Congreso, decenas de efectivos de la Policía Federal y los típicos vendedores ambulantes de rosas y comestibles, completaban la postal, que recorría incesantemente hasta ocho cuadras sobre Callao y doblaba por Bartolomé Mitre hasta Perón.
Y es que anteayer, una vez que la prensa confirmó el lugar del velatorio, empezaron a llegar sus más fieles seguidores. Sin duda, las primeras fueron las "nenas", que desde anteanoche a las 23.30 se estacionaron en las puertas del Congreso.
No sin contar con jóvenes y personas de todas las edades, que poco a poco fueron engrosando las filas. Y que finalmente, cerca de las 13, pudieron ingresar a darle el último adiós a un Sandro que, confesaron, estaba casi irreconocible por su precario estado de salud. "Y este cumpleaños también estaremos en su casa, porque él no ha muerto, él vivirá por siempre", dijo entre lágrimas María Luján de San Telmo, otra de sus "nenas".
Adentro, a cajón abierto, todos y todas pudieron dejarle sus flores y despedirse de él. "Adiós, mi amor? Adiós, ídolo", le decían en medio de un silencio infinito, rodeado de coronas de flores y un cuadro con la presencia de los mártires de la Patria.
Algunas se desvanecían. Sin embargo, el último adiós era en realidad una marcha sin pausa, por lo que no daba más tiempo que unas pocas palabras.
Martín Guzmán, de 90 años, estaba entre los primeros de la fila. Vestido de blanco, con claveles rojo y amarillo en cada uno de los bolsillos de su camisa y rosas en las manos. "Sandro significa todo para mí. Soy gitano igual que él, espero darle el último adiós."
Afuera, cerca de treinta fans cantaron sus canciones y alentaron al público que esperaba por entrar. Sólo uno de ellos asistió pero no entraría a verlo. Ese fue Juan Carlos Andrizzi, de 64 años y uno de sus más famosos imitadores desde hace 30 años. Para él, el espectáculo aún continúa y espera simbólicamente afuera para saludarlo, como hacían en los viejos tiempos, cuando lo esperaba en los camarines para felicitarlo.
Mientras tanto, una corona de flores sostenía un cartel que decía: "No me obligues a decirte adiós".
630 fueron los días de esperanza, desde que se supo que Sandro estaba anotado en la lista del Incucai, hasta la última de las operaciones que le realizaron anteayer, en Mendoza. De esos 21 meses, 6 de ellos el cantante estuvo en lista de espera en emergencia nacional.
255 mil fueron los usuarios que en lanacion.com visitaron las notas relacionadas al astro, durante las 24 horas posteriores a conocerse la noticia de la muerte de Sandro.
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