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Cómo sigue la Iglesia hasta la elección del sucesor de Benedicto XVI
El Vaticano confirmó que el martes comenzará el cónclave para elegir al nuevo Sumo Pontífice. ¿Quiénes participarán del mismo? ¿Qué nombre tendrá el nuevo Papa? ¿Influye en la decisión el saliente? En esta nota, todos los detalles. El 28 de febrero Joseph Ratzinger dejó su cargo en el Vaticano y se retiró a la residencia de Castel Gandolfo, desde donde emitió su último mensaje. "No soy más pontífice, sino un peregrino", aclaró.
Permanecerá allí hasta que haya nuevo Papa, cuando se retirará a un monasterio de monjas de clausura. Mientras tanto, se realizarán obras de acondicionamiento del apartamento papal para recibir a su sucesor.
A partir de aquel 28 de febrero se abrió el período llamado de "sede vacante", durante el cual dejan sus funciones todos los jefes de los ministerios de la Curia Romana, el gobierno de la Iglesia.
El liderazgo queda temporalmente a cargo del llamado camarlengo, que oficia de administrador de la propiedad y de las rentas del Vaticano. El papa Benedicto XVI nombró en 2007 para ese cargo al número dos del Vaticano, el cardenal italiano Tarcisio Bertone.
Mientras, Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, convocó a todos los cardenales, con o sin derecho a voto, para celebrar las llamadas "congregaciones generales", en las que se decidió que el próximo martes comenzará el cónclave para elegir al Papa. Antes de morir, Benedicto XVI publicó un decreto que permitió adelantar esa fecha.
El cónclave (del latín cum clave: "bajo llave") es la reunión a puertas cerradas de 115 cardenales "electores", menores de 80 años, aunque el número podría variar. Se habla de que podrían ser 120. La elección se realiza en la Capilla Sixtina del Vaticano.
La asamblea de "los purpurados" se lleva a cabo en el aislamiento total de los cardenales. Para ellos rigen las estrictas normas del secreto.
Tienen prohibido mantener conversaciones telefónicas o correspondencia con el exterior. Se necesita una mayoría de dos tercios para nombrar al nuevo papa. La votación se hace con papeletas que se ponen dentro de un cáliz.
Por su parte, Ratzinger no tendrá potestad alguna y no podrá establecer un candidato. Su titularidad dentro de la Iglesia podría ser la de obispo emérito de Roma, aunque se lo podrá seguir llamando Benedicto XVI. Asimismo, ya entregó lo último que lo unía a su cargo: el anillo del pescador, que será anulado.
Durante el cónclave se vota dos veces por la mañana y dos veces por la tarde. Después de cada sufragio, las papeletas se queman en un horno especial en la Capilla, que tiene salida al exterior. De no alcanzarse un acuerdo, se añaden productos químicos (en la antigüedad era paja húmeda) para que el humo sea negro.
En cambio, si el resultado es positivo, se queman las papeletas, lo que provoca el humo blanco que anuncia la elección del nuevo Sumo Pontífice. En ese momento la gran campana de la Basílica de San Pedro empieza a redoblar y se le comunica al mundo el “Habemus Papam”.
El "cuestionario" para el nuevo papa
Una vez elegido, el nuevo papa deberá responder a dos preguntas.
Primera: "¿Acepta su elección canónica como Soberano Pontífice?". Si lo hace positivamente, se convertirá en el nuevo jerarca de la Iglesia Católica y en arzobispo de Roma.
Segunda: "¿Con que qué nombre quiere ser llamado?". El papa lo indicará con estas palabras: “Vocabor N.” (“Me llamaré N.”), por ejemplo: "Vocabor Pius XIII" ("Me llamare Pío XIII"), u otras similares.
Tendrá libertad de acción, pero el número estará dado por la cantidad de Papas que lo hayan usado con anterioridad.
Inmediatamente después pasará a una habitación anexa llamada "Sala de las lágrimas" porque, según se dice, muchos pontífices lloraron en ella al tomar conciencia de la importancia del cargo.
El nuevo papa se pondrá entonces una de las tres sotanas blancas (de tallas distintas) preparadas por el sastre oficial del Vaticano.
El "protodiácono" (el cardenal más veterano, actualmente el francés Jean-Louis Tauran) anunciará entonces la noticia desde el balcón de la Basílica de San Pedro. Revelará el nombre del nuevo pontífice e impartirá la bendición "Urbi et orbi".
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