Por Carlos Lossada
La eterna discusión de los jurados de carnaval
Todos los años, desde los más remotos tiempos, hubieron ganadores y perdedores, conformes y disconformes y acusaciones varias como que se "ha comprado" algún jurado.
"Nunca se confía en la honestidad del jurado, siempre existe la sospecha que alguien se vendió". La eterna discusión de los jurados de carnaval
Un tema "folklórico" de nuestro carnaval es, sin dudas, la cuestión de los Jurados y posteriormente la discusión por los premios. Los más grandes recuerdan aquellos tiempos en que se "robaban" las urnas que estaban en la policía!, se tiraba huevos al palco oficial y que alcanzaba a cualquiera, incluso a autoridades brasileñas, se dañaba alguna casa o auto de quien, supuestamente, había "votado mal".
Todos los años, desde los más remotos tiempos, hubieron ganadores y perdedores, conformes y disconformes y acusaciones varias como que se "ha comprado" algún jurado. Nunca se confía en la honestidad del jurado, siempre existe la sospecha que alguien se vendió.
La función del jurado es juzgar lo que está viendo, lo que le indican que tiene que juzgar, por lo tanto siempre su voto va a ser subjetivo.
Puede gustarle algo o no, independiente a que gran parte del público guste o no, o más razón, fuera del fanatismo que despierta pertenecer a alguna comparsa.
El jurado, cuando comienza su trabajo, siempre se siente atraído por algo, por alguna reina, destaque o madrina y debe juzgar eso precisamente. No es una máquina, no es un robot es un ser humano con toda una historia que le hace ver la realidad de una u otra manera.
Por eso, lo que hay que exigirle a un jurado es que sea honesto, que tenga criterio y ecuanimidad para juzgar a todas por igual, despojándose de cualquier cosa que pueda interferir en su elección
En un carnaval como el nuestro, donde todas las reinas y reinitas, madrinas y madrinitas son hermosas, es muy difícil determinar cual será la ganadora, siempre quedará alguna duda.
Sobre todo con puntuaciones tan estrictas como un mínimo de 9 y máximo de 10.
Por eso, las comparsas, y más precisamente las autoridades de cada una de ellas, deben ponerse de acuerdo y acatar lo que el jurado determine, por más que la idea de ellos era otra.
Deben aceptar los resultados, aunque duelan e ir a recibir los premios. La falta a la entrega de premios es ni más ni menos que una falta de respeto hacia todos, hacia el público, a la parcialidad, a la comisión organizadora y autoridades municipales.
Estos no tienen la culpa de nada, por eso no se les puede hacer ese vacío tan grande.
Felicitaciones a todos los que participaron y lo hacen grande a este carnaval, los integrantes de las comparsas, los directivos, diseñadores, trabajadores, comisión organizadora y a aquellos que estuvieron siempre presente a la hora de la entrega de premios.
- Carlos Lossadas - Semanario "Frontera Abierta" -
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