25 años después
Berlín recordó el día en que su sueño se hizo real
El papa Francisco llamó a construir "puentes y no muros" y recordó el rol de Juan Pablo II con motivo del 25° aniversario de la caída del Muro de Berlín. La Nación
Durante años, los berlineses soñaron con la caída del Muro. 25 años después, volvieron a tomar las calles para rememorar una noche que sigue haciendo llorar de alegría a quienes la recuerdan.
"La caída del Muro de Berlín nos ha demostrado que los sueños pueden hacerse realidad." Con estas palabras, la canciller alemana, Angela Merkel, resumió el espíritu que reinó ayer en la capital alemana durante las celebraciones por el 25° aniversario de aquel histórico acontecimiento con el que, según el historiador británico Eric Hobsbawm, concluyó el "corto" siglo XX.
La fiesta culminó con la liberación al cielo berlinés, uno tras otro, de los 7000 globos luminosos distribuidos a lo largo de 15 kilómetros de lo que fue el trazado del muro, y el cuarto movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven, interpretado por la Staatskapelle, dirigida por el argentino-israelí Daniel Barenboim.
En el monumento principal del Muro, en la célebre Bernauerstrasse, la canciller alemana calificó aquel hecho histórico como un ejemplo del anhelo humano por la libertad, y rindió honores a quienes ayudaron a derribar la barrera que simbolizó la Guerra Fría durante 28 años.
"Nada está obligado a permanecer como es. Ésa es la experiencia que queremos compartir hoy", dijo Merkel al inaugurar el acto central de las celebraciones de un día que cambió el rumbo de la historia reciente de Europa.
La primera canciller alemana nacida en la antigua Alemania comunista (RDA) subrayó que la caída del Muro supuso un mensaje de esperanza a aquellos rincones del planeta donde los derechos humanos "se han visto amenazados o directamente pisoteados".
"Podemos cambiar las cosas para mejor. Ése es el mensaje de la caída del Muro; es un mensaje que se dirige a nosotros en Alemania, pero también a Europa y al resto del mundo. Y especialmente en estos días a los pueblos de Ucrania, Siria, Irak...", agregó.
La líder demócrata cristiana habló junto a la llamada "franja de la muerte", en la Bernauerstrasse, emblemática calle por la que discurría la frontera. Merkel aprovechó su presencia en el acto para inaugurar la ampliación de la zona de recuerdo del Muro y una nueva muestra permanente dedicada al evento.
La noche del 9 de noviembre de 1989, miles de berlineses del este acudieron a los pasos fronterizos, después de que las autoridades comunistas cedieran a la creciente presión popular y aliviaran las restricciones que impedían a sus ciudadanos ir hacia el Oeste.
La caída del Muro fue el punto culminante de semanas de protestas populares, alentadas por cambios que ya habían ocurrido en otras partes de Europa del Este.
A pesar del frío y del cielo encapotado, la afluencia de público a la Puerta de Brandeburgo, que acogió los actos centrales de la parte lúdica en esta jornada de celebración, era comparable a la de una nochevieja, lo que obligó a media tarde a cerrar los accesos por motivos de seguridad.
Las celebraciones oficiales comenzaron con una llamada de trompeta a las 10 de la mañana, evocando las trompetas bíblicas que derribaron los muros de Jericó.
Previamente, Merkel asistió a una misa en memoria de las víctimas en la Capilla de la Reconciliación. Antes del oficio religioso, la canciller y sus invitados especiales colocaron rosas entre los bloques del antiguo muro en el centro conmemorativo.
Entre los asistentes se encontraban el alcalde de Berlín, Klaus Wowereit; diplomáticos, y activistas que lucharon por los derechos humanos en la extinta República Democrática Alemana (RDA). Durante los actos centrales, las principales ovaciones recayeron en el ex mandatario de la extinta Unión Soviética Mikhail Gorbachov y el ex presidente polaco Lech Walesa.
"En el día más feliz de nuestra historia reciente recordamos a todas la víctimas de la dictadura de la RDA", declaró Wowereit, que afirmó que "los muros de cemento y en las cabezas pueden vencerse si la gente se une y supera sus miedos".
Miles de personas fueron reuniéndose a lo largo del día ante la Puerta de Brandeburgo, emblema de Berlín y de la reunificación alemana, para participar en la fiesta central del 25° aniversario.
El momento culminante de las celebraciones estuvo marcado por los 7000 globos blancos iluminados lanzados al aire a lo largo de los 15 kilómetros de lo que fue el trazado del muro.
El amplio programa de recitales incluyó al británico Peter Gabriel y tuvo su punto culminante en la interpretación del último movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven, el "Himno de la alegría", a cargo de la orquesta Staatskapelle, con la batuta del director argentino-israelí Daniel Barenboim.
El papa Francisco llamó ayer a construir "puentes y no muros" y recordó el rol de Juan Pablo II con motivo del 25° aniversario de la caída del Muro de Berlín.
"[Ese hecho] llegó de forma imprevista, pero fue posible gracias al largo y difícil compromiso de todas las personas que lucharon, rezaron y sufrieron (...) Entre ellas, el papa santo Juan Pablo II desempeñó un rol de primer plano", dijo Francisco durante el tradicional Angelus en la Plaza San Pedro.
|