Tensión tras el sismo
Militarizan las calles de Chile para detener la ola de saqueos
Declaran el estado de catástrofe y el toque de queda. En medio de asaltos a supermercados, el gobierno desplegó 10.000 militares en las zonas más afectadas; el terremoto ya dejó más de 700 muertos, pero podrían llegar a 2000 las víctimas. SANTIAGO, Chile. El caos y la desesperación se apoderaron de miles de chilenos sólo 24 horas después del devastador sismo, de 8,8 grados en la escala de Richter, que ha dejado al menos 711 muertos (según algunas fuentes, podrían llegar a 2000), dos millones de desplazados y cuantiosos daños materiales.
El vandalismo, los saqueos y el retraso en la ayuda humanitaria llevaron a la presidenta Michelle Bachelet a decretar el estado de catástrofe durante 30 días en las regiones del Maule y Bío Bío, lo que implica el despliegue de fuerzas armadas para resguardar el orden, además del reparto gratuito de alimentos y artículos de primera necesidad.
Ayer a la tarde comenzó en Concepción el despliegue de militares para establecer el toque de queda (prohibición absoluta de salir a las calles) entre las 21 y las 6, algo no visto en el país desde enero de 1987, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Las principales ciudades de ambas regiones, Talca, Curicó, Chillán y Los Angeles, también están bajo el control de jefes militares.
"Estamos ante una catástrofe de una magnitud impensable, que requerirá un gigantesco esfuerzo de todos los chilenos. Hacemos un llamado a todas las autoridades, tanto civiles como militares y privados, para ponerse a disposición en la colaboración de las múltiples tareas que tenemos por delante.
Estamos frente a una emergencia sin parangón en la historia de Chile", dijo Bachelet, después de una larga y tensa reunión de más de seis horas con su comité de emergencia. La medida había sido solicitada por las autoridades regionales y también por el presidente electo, Sebastián Piñera.
"Desde el punto de vista legal hay un jefe de plaza que está subordinado a la autoridad política. Lo que la gente pide, que es tranquilidad y orden, se ve reforzado por esa figura jurídica. Para la protección, seguridad, distribución de ayuda", explicó el ministro de Defensa, Francisco Vidal.
Los militares anunciaron que harán uso de la fuerza con carácter disuasivo en caso de enfrentamientos. El jefe de plaza de la región de Bío Bío, Guillermo Ramírez, donde rige el toque de queda, advirtió que no habrá espacios para más saqueos. "Yo les recomendaría a los delincuentes que no se metieran con las fuerzas armadas.
Se va actuar con severidad, pero dentro del contexto de la ley", dijo Ramírez, y agregó que quienes salgan por la noche a la calle sin autorización serán detenidos.
El militar de más alto rango del Maule, Bosco Pesse, en tanto, desestimó el toque de queda en su región. "Habrá resguardo y se tomarán todas las medidas para mantener la ley y el orden", afirmó.
Asimismo, Bachelet aceptó la ayuda internacional que hasta ayer había sido postergada por problemas logísticos. El ministro de Salud, Alvaro Erazo, pidió a la población que se acercara a los hospitales a donar sangre.
Ayer también se reabrió el aeropuerto de Santiago y comenzaron a llegar los primeros aviones con ayuda para los damnificados. Los vuelos comerciales aún no han sido restablecidos.
Vidal reconoció un dramático error cometido por la armada, que no dio cuenta de la alarma de tsunami emitida durante la madrugada del sábado, por lo que población de las zonas costeras y del archipiélago de Juan Fernández no fue desalojada.
Sólo minutos más tarde, una falsa alarma de tsunami en Valparaíso provocó la huida de centenares de personas a los cerros del puerto.
Vandalismo Los saqueos comenzaron en Concepción, la segunda ciudad del país, a 519 kilómetros de Santiago, donde la población, desesperada por la falta de agua, comida y productos básicos, asaltó supermercados y farmacias. "Queremos comer", decía una mujer a la televisión, mientras un grupo de personas descerrajaba un almacén y repartía cajas con yogur y leche a sus espaldas (ver Pág. 3).
Los relatos desde la zona son conmovedores. La alcaldesa de Concepción, Jacqueline van Rysselberghe, fue la primera en solicitar la intervención inmediata de militares para resguardar el orden y el Estado de Derecho en la zona. "Esto se transformó en el Far West.
Han saqueado todas las farmacias de Concepción y los supermercados. Ahora comenzarán a robar las casas. Que el gobierno nos mande alimentos. Necesitamos que vengan militares a controlar esto", advirtió. "Hay situaciones complejas, pero no podemos justificar el saqueo. La gente está defendiendo sus casas con escopetas [...]. He visto a algunos llevándose televisores y equipos de música en carritos de supermercado. ¡No me van a decir que esto es para comer!", añadió Van Rysselberghe con desesperación.
Un hombre acarreando un lavarropas en su espalda y una horda forzando con una palanca el portón de un supermercado en el centro de Concepción son sólo algunas de las tristes imágenes que se multiplican minuto a minuto en el sur de Chile.
También se informó que hubo saqueos en Coronel, Constitución, Talca, Curicó, Linares y Santiago, mientras las fuerzas del orden reducían a la población a punta de golpes y gases lacrimógenos.
La situación de Coronel era especialmente dramática. El alcalde, Leónidas Romero, hizo un desesperado llamado a las autoridades para que enviaran cuanto antes militares a controlar la ciudad. "Esto fue peor que una bomba atómica", describió entre lágrimas y dio crudas descripciones de cómo la gente, en su desesperación, asaltaba locales comerciales, panaderías e incluso negocios de mascotas para robar comida o los propios animales.
En Santiago, las largas filas en los supermercados, almacenes y estaciones de servicio eran desalentadoras. Hasta dos horas de espera por medio kilo de pan o un paquete de fideos, pudo constatar LA NACION en un recorrido por la capital, ciudad que aún mostraba cicatrices del movimiento telúrico.
La escultura de un caballo, donado por el artista colombiano Joaquín Botero, era el mudo testigo de la derruida fachada del recién refaccionado Museo de Arte Contemporáneo, ubicado a espaldas del Museo de Bellas Artes, en el Parque Forestal, a sólo cuadras del centro de Santiago.
Destrozos y derrumbes en edificios prácticamente nuevos provocaron la condena del presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Alejandro Goic, que llamó a las constructoras a asumir su responsabilidad social por las fallas en la construcción. "Por ganar unos pesos más llegamos a esta triste tragedia", se quejó.
La empresa norteamericana EQECAT, especializada en estimaciones de riesgo, calculó que los daños materiales ascenderían a 30.000 millones de dólares, casi el 15% del producto bruto interno (PBI) de Chile.
QUE PASO AYER
Saldo. El balance de muertes un día después del terremoto ascendió a 711. Además, hay un número indefinido de desaparecidos.
Saqueos. Algunas ciudades, entre ellas Concepción, la segunda del país y una de las más afectadas, fueron escenario de saqueos y violencia. La policía debió reprimir.
Toque de queda. El gobierno decretó el estado de excepción por catástrofe y el toque de queda en dos de las zonas más castigadas por el sismo. Además, se ordenó el envío de 10.000 militares.
Daños. Una firma privada estimó que los daños podrían ascender a US$ 30.000 millones, el 15% del PBI chileno.
Carlos Vergara Corresponsal en Chile
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