Humildad y sencillez
La confesión de Lucía Celasco: “Nunca me molestó la popularidad de Kika”
La nieta de Susana habló sobre su relación con la diva, su vínculo con la moda y su vida como “it girl”. Preferiría que “Kika”—como le dice cariñosamente— fuese anónima para ir al cine o a comer sin que nadie las interrumpiese, pero aprendió a convivir con la popularidad de su abuela Su. “No tengo nada contra la exposición, es algo mío, soy tímida y la paso mal en las notas”, dijo espontánea en una de sus primeras declaraciones públicas cuando la adolescencia potenció su belleza y eclipsó a los medios.
Siempre fue amable. Es una de sus cartas de presentación junto con su frescura. Pero al compás de su protagonismo in crescendo como It Girl, la joven se relajó y su pasión por la moda derrotó su timidez.
Mientras en los idílicos paisajes de Los Ángeles luce la última colección cápsula que diseñó para la marca de su tía Mariana Toledano, “Lovely Denim”, la hija de Mercedes Sarrabayrousese y Eduardo Celasco se consolida como diseñadora. Y argumenta su encanto. “¡Amo Los Ángeles!
Su energía, sus playas y zonas montañosas, la movida cultural, la avenida Melrose, las propuestas gastronómicas. Me encanta la buena onda de su gente. Voy como mínimo una vez por año porque mi mejor amiga vive allá. Por el momento nunca evalué radicarme, aunque ¡este último viaje lo extendí hasta casi un mes! No lo descarto, pero por ahora elijo Buenos Aires”, dice Lucía ya en Capital, su lugar en el mundo.
—¿Cómo definiría su presente? —Estoy muy bien, recién llegada de un viaje, descansé, me divertí… ahora tengo ganas de evaluar y ver qué es lo que quiero hacer en el verano y el año que viene. Soy una persona que se permite vivir a su propio ritmo. —¿Cómo es la nueva colección de “Lovely Denim”? ¿Quiénes son sus musas influyentes? —Me gusta mucho cómo quedó, cada temporada vamos sumando ítems. El verano es lejos mi estación favorita porque la ropa es fácil de resolver: remera, short, vestido playero y punto. Diseñar prendas para vestir en la playa me resulta inspirador. Pienso mucho en cómo son mis días en esa época del año. Por lo general, tengo días intensos, de esos en los que arrancás temprano y volvés tarde, necesito prendas que sean todo terreno. En cuanto a musas, me siento muy identificada con el estilo de Gigi Hadid o Kendall Jenner, más que nada en sus looks urbanos. Soy muy simple a la hora de armar outfits, prefiero algo de buena calidad y corte a cosas cargadas. En mi placard y en mi colección cápsula prevalecen los básicos pero siempre con un detalle. —¿Cómo sigue su rutina de ejercicios y alimentación en sus viajes? —Los ejercicios quedan en Buenos Aires, aunque cuando viajo me muevo mucho y, de alguna manera, lo compenso. La alimentación más o menos es la misma, soy de comer mucho y rico en todos lados, no hay nada que me guste más. —Cuando llena un cuestionario qué escribe en profesión: ¿diseñadora, influencer, modelo? —Por suerte hace bastante que no relleno uno, la última vez que lo hice puse “estudiante”. Hoy no sé qué pondría, odio definirme. —¿Qué es lo más le gusta de su cuerpo y personalidad? —No podría elegir qué es lo que más me gusta, pero sí te puedo decir que me siento cómoda y segura con lo que soy y cómo soy, algo que a veces no es fácil para las mujeres que siempre tenemos cosas para criticarnos. —¿Qué siente al tener tantos seguidores? —No es una realidad con la que me conecto seguido. Soy una persona que puede caminar por la calle, que vive una vida normal. Después lo que sucede en las redes, que me siguen muchas personas, no me resulta tan alocado porque también sigo a gente que me inspira. —¿Qué situaciones le pasaron con las repercusiones de su libro que la sorprendieron? —Presentar “Diario de estilo” en la Feria del Libro fue increíble, seguramente haremos otra presentación pero más informal. Me gustó mucho la experiencia del libro, ahora me enfoco en difundirlo. La gente siempre fue amable conmigo, tanto los que lo compraron y me escribieron sus comentarios, como periodistas o portales que me llamaron para dar notas. Estoy re agradecida con lo que pasó. —¿Qué otros proyectos tiene a futuro? —Con “Lovely Denim” tengo una relación muy especial porque es un proyecto familiar. Voy a seguir colaborando con ellos, ya sea poniendo la cara como modelo de campaña o desarrollando una colección cápsula. Siempre que pueda voy a estar para sumar, además con Mariana nos llevamos increíble y aprendí un montón a su lado. En cuanto a lo laboral en términos más amplios, todavía no lo tengo definido. Cerré mi web circunstancialmente, estoy evaluando si seguirla o rediseñarla. Me estoy tomando mi tiempo para ver qué es lo próximo que quiero encarar. —¿Qué es la moda? —Para mí es la posibilidad de interpretar lo que está pasando a tu alrededor, lo que te inspira, y vestirlo. Las cosas pasan de moda, ahora por ejemplo se usan los jeans recortados hasta con flecos abajo, que quizás en unos años no usemos más. Pero porque uno se cansa y quiere seguir con otra cosa, no porque sea verdaderamente feo. A mí me encanta lo vintage y no me importa si a otro le gusta, me visto para mí. —¿Qué critica de la moda o no le gusta ver en una colección? —Le critico a la moda la presión que se le pone a las mujeres para que consigan una imagen que es absolutamente antinatural. Pero no me meto con el diseño en particular, cada marca puede proponer lo que quiera. —¿Qué diferencias encuentra entre el estilo de su madre, de “Kika” y el suyo? —Uff… ¡Un millón! “Kika” trabaja en televisión, tiene un look muy propio, es su marca registrada, sabe cómo vestirse para impresionar, nunca va a entrar a un lugar y pasar desapercibida, siempre está impecable: maquillada, peinada, con tacos, anteojos, de leopardo… ella sabe que hay muchas mujeres que miran lo que tiene puesto y se esfuerza para tener cada día un look nuevo y original. Mamá es súper femenina pero su estilo es más tranquilo, le encantan los detalles protagonistas: los cinturones, las botas, el cuero. Quizás en algún punto nuestros estilos se encuentran porque con mi mamá vivimos en jeans y usamos muchas de las mismas marcas, incluso compartimos algunas cosas, pero ella siempre está más arreglada que yo. Mi estilo es el más urbano de los tres, rompí un poco las reglas: no uso vestidos, me visto casi igual de día y de noche, me pongo poco make up. Soy chica igual, quizás me vaya pareciendo cada vez más a ellas cuando crezca. —¿Qué es lo que no debe faltar en el vestidor de una mujer? —Remeras de algodón lisas de buena calidad, jeans, calzas, campera de cuero, borcegos. —¿Qué lleva en su bolso o cartera? ¿Qué le gusta leer? —En mi cartera llevo billetera, perfume, llaves del auto, celular, muchos rouge de todos los colores, alcohol en gel, anteojos. Leo de todo, pero no suelo llevar libros en la cartera porque no hay nada peor que arrastrar un bolso pesado todo el día de acá para allá. —¿Qué significan sus mascotas? —En mi familia me enseñaron a querer a los animales desde chica y no me imagino una vida sin ellos. Tengo tres: “Tuna”, “Toto” y “Simón”. Pero “Tuna” se convirtió en mi compañera de vida, duerme conmigo, me la llevo en el auto a todos lados, es lo más, no la veo por dos horas y ya la extraño. Tener una mascota te cambia la vida aunque suene exagerado. —¿Del 1 al 10 qué nivel de stalker —espiar perfiles de otros usuarios en las redes sociales—? ¿Qué es lo que más visita? —Normal, hay veces que estoy distraída y hay días en que estoy un poco stalker… ¡jajaja! Me enfoco en ver cosas de mis amigas para saber en qué andan ya que algunas viven afuera e Instagram es mi herramienta para sentir que las tengo más cerca. También hago un poco de research de todo lo relacionado a la moda: marcas, revistas e influencers, pero no mucho más. —¿Cómo se definiría? —Soy una chica de Buenos Aires, inquieta, introvertida, apasionada por la moda, viajera incansable, amante de los animales y de mi familia. —¿En qué cosas le gustaría que “Kika” fuese anónima? —Me gustaría poder ir al cine con ella o salir a comer tranquilas. Aunque lo hacemos de todas formas, siempre hay alguien que la quiere saludar y sacarse una foto. Su popularidad nunca me molestó. Entiendo que es lo que ella eligió y, gracias a eso y a ella, tenemos todo lo que tenemos. Y yo hoy puedo disfrutar de mi presente sin complejos.
La voz de Lucía es suave pero convincente. Sincera, como la estela de su presencia que, sin darse cuenta, edificó su profesión. Un futuro que no buscó e incluso padeció al comienzo.
Hasta que las ascendentes propuestas de campañas, tapas de revistas, viajes o acciones en redes sociales la impulsaron a posar. Y las marcas se lo agradecieron porque la aman, tanto como ella a la moda. Lo que a cualquier aspirante a modelo, bloguera o It Girl le costaría años conseguir a Celasco le llueve como legado divino. Ella, que no aspiraba a nada de eso, se desinhibió y capitalizó los beneficios de una fama heredada y belleza innata.
- Por Naiara Vecchio
Agradecimientos: Lovely Denim www.lovelydenim.com.ar, Alcorta Shopping, Instagram:@ lovelydenim Fotos: Inés García Baltar.
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