Olimpíadas en Rio de Janeiro - Por Martín Bidegaray -
Brasil confirma su condición de "país del momento" y proyecta las ganancias que tendrá con el evento
Tiene la moneda que más se revaluó en el año. Protagoniza un proceso de movilidad social asombroso. Y ganará no menos de US$ 500 millones con los juegos del 2016.
Los cariocas suelen decir que "Dios es brasileño". Aunque la ciudad tiene sus polémicas favelas y tasas de homicidio que superan a las de otras grandes ciudades, el imán del nombre Brasil a nivel internacional está alcanzando niveles inusitados. Ni siquiera la próxima contienda presidencial, en la que puede ganar la oposición a Lula, enturbia la mirada del mundo sobre la pujanza brasileña.
El real, la moneda brasileña, es la más se recuperó este año frente al dólar estadounidense. Su valor creció un 32% en 2009, dejando al dólar australiano en el segundo lugar. La novena economía del planeta ya dejó atrás la recesión. Sus compañías (alimenticias y otras) se están fusionando para ser más competitivas a nivel global.
El consumo interno está por las nubes y las exportaciones también. Está entre los fabricantes líderes de productos tan distintos como aviones, café, soja, hierro, acero, textiles y equipamiento eléctrico.
En los últimos 15 años, la pobreza bajó del 36% al 18%. Aunque todavía quedan 35 millones de personas con serias necesidades, las proyecciones de los economistas es que bajará a 8% en los próximos 5 años.
Los recientes descubrimientos de petróleo en yacimientos de alta mar ratifican esas estimaciones. "Hay que calcular 80 millones de personas (sobre un total de 190 millones) que se están incorporando a la clase media. Tenemos que producir alimentos para ellos", piensan los industriales argentinos.
Las ventas de autos caen en Estados Unidos, Europa y, por supuesto, la Argentina. En Brasil, suben el 5%.
Prácticamente no hay indicadores negativos. La organización de los Juegos Olímpicos le demandó a Beijing (China) cerca de US$ 3.200 millones. Los orientales recuperaron la inversión y ganaron US$ 200 millones más.
Pero el caso brasileño es distinto. Como el país será la sede del campeonato mundial de fútbol en 2014, buena parte de la inversión en estadios e instalaciones necesarios para los Juegos ya estará recuperada para 2016. Eso significa que Brasil tendrá que afrontar menores niveles de gasto y, se supone, los mismos ingresos que tuvo China o más.
De todas formas, los diarios brasileños hablan de una inversión de US$ 11.000 millones para 2016. Ese dinero no irá sólo a las instalaciones olímpicas, sino también a mejorar otros aspectos de la ciudad.
La cuenta da una ganancia mínima de US$ 500 millones.
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