Puja judicial en Brasil
Un tribunal de apelaciones rechaza la orden de liberar a Luiz Inácio "Lula" da Silva
Un juez dictaminó que el ex presidente debía salir de la cárcel de Curitiba, donde cumple una condena por sobornos, para poder competir como candidato. Otros dos magistrados bloquearon esa resolución. El juez Sergio Moro, encargado de los juicios de primera instancia en la megacausa conocida como Lava Jato, interrumpió sus vacaciones para emitir el primer comunicado contra la concesión del recurso. Según el diario O Globo, incluso llamó dos veces por teléfono al jefe de la Policía Federal (PF) para que no liberen a Lula. El presidente del Tribunal Regional Federal 4 (TRF-4) brasileño bloqueó los esfuerzos de otro juez para liberar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva este domingo, en una batalla legal contra el político más popular del país antes de las elecciones de octubre.
Según las encuestas, Lula, que está en prisión en una causa por sobornos, podría ganar un tercer mandato si ingresara en la contienda, pero la ley electoral brasileña prohíbe a los políticos postularse para un cargo dentro de los ocho años de haber sido declarados culpables de un delito.
El juez de la corte de apelaciones Rogerio Favreto, del TRF-4, dictaminó que el expresidente debería tener las mismas condiciones para hacer campaña que otros candidatos. Sin embargo, Carlos Eduardo Thompson Flores, el presidente del Tribunal, aceptó una solicitud de los fiscales para mantener a Lula en prisión, bloqueando el fallo de Favreto.
El expresidente cumple una condena acusado de aceptar sobornos de una empresa de ingeniería a cambio de ayuda para firmar contratos con una firma estatal, y enfrenta otros seis juicios por otras acusaciones de corrupción.
En los escenarios de votación, Lula gana por más del doble a su rival más cercano. En caso de que no pueda competir, un tercio de los encuestados dice que arruinaría las boletas electorales o votaría en blanco.
Según la decisión de Thompson Flores, la competencia del juez que se ocupa de la situación de Lula (João Gebran Neto) debe prevalecer por sobre la de Favreto, quien había aceptado el habeas corpus para que Lula fuera liberado.
El pedido de habeas corpus fue presentado el viernes por la noche, pasadas las 19, por diputados del Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece Lula, en el TRF-4, con sede en Porto Alegre. En enero, esa misma corte había condenado al exlíder sindical a 12 años de prisión.
En lo que se estima que fue una acción premeditada, y debido a lo retrasado del horario de presentación del recurso, el habeas corpus quedó bajo la jurisdicción del juez Favreto, quien estaba de guardia por el fin de semana y, según varios medios, en el pasado fue afiliado al PT.
Favreto decidió ayer a las 9.05 aceptar el habeas corpus, por el cual Lula, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, debía quedar en inmediata libertad. El PT y otras agrupaciones celebraron la medida.
La decisión de Favreto le permitía a Lula permanecer en libertad hasta tanto todas las apelaciones posibles contra su condena fueran rechazadas. Además, el habeas corpus reparaba en los derechos de movimiento que el político posee en tanto precandidato presidencial.
Sin embargo, apenas pasado el mediodía y cuando el PT ya se quejaba por la demora en la liberación, el juez Sergio Moro, encargado de los juicios de primera instancia en la megacausa conocida como Lava Jato, emitió un despacho en el que señalaba que Favreto no era competente en el caso.
Moro se encontraba oficialmente de vacaciones hasta el 31 de julio, pero interrumpió su descanso para emitir el primer comunicado contra la concesión del recurso. Según el diario O Globo, incluso llamó dos veces por teléfono al jefe de la Policía Federal (PF) para que no liberen a Lula.
Unos minutos después, Favreto expidió su segundo comunicado del día, reafirmando su decisión y advirtiendo que el incumplimiento de la medida acarrea una “responsabilidad de orden judicial”.
Entonces, hizo su aparición el juez Gebran Neto, quien es el encargado de fiscalizar la situación de Lula en el caso que lo condenó. En su despacho, el magistrado desautorizó las órdenes de Favreto y le pidió a la fuerza de seguridad que se abstuviese de llevar a cabo la liberación.
Una vez desautorizado el pedido de Favreto, y con la libertad de Lula otra vez lejana, líderes del PT salieron a repudiar la decisión.
Gleisi Hoffmann, senadora por la agrupación, señaló: “Con estas medidas, quebraron el estado de derecho”.
A las 16.12, por tercera vez en el día, Favreto ordenó la libertad de Lula, pero esta vez en el plazo máximo de una hora. “Reitero el contenido de las decisiones anteriores determinando el inmediato cumplimiento de la medida de la excarcelación”, instruyó el juez.
El período de tiempo establecido por el magistrado se cumplió y, entrada la noche en Brasil, Lula continuaba en la celda. Lindbergh Farías, senador del PT, y Jandira Feghali, diputada del Partido Comunista, se refirieron a la situación utilizando la misma palabra: “secuestro”.
Finalmente, antes de las 20, se conoció la resolución de Thompson Flores: Lula debe continuar en prisión.
- Fuente: Reuters y otras agencias -
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