El verdugo de los alemanes
Messi continúa siendo el dueño de los goles
En la posición de enganche, el argentino tuvo otra noche inspiradísima. Con dos tantos y una asistencia, en el 4 a 0 con que Barcelona eliminó a Stuttgart. El año pasado el campeón catalán ya había dejado afuera al Bayern Munich por el mismo resultado.
Noche de gala y concierto en el Camp Nou. Barcelona convoca a participar en la fiesta de los sentidos. Su juego entra por los ojos, el tiki-tiki en el manejo de la pelota es música para los oídos, se respira fútbol en el estadio, satisface los paladares más exigentes.
Suenan los violines futbolísticos y Barcelona hace de un partido un espectáculo, una exhibición artística. El maestro de ceremonia es Lionel Messi. El ubicuo y participativo Messi, condición que agranda la brecha con el aislamiento al que se lo condena en el seleccionado argentino.
Hizo dos golazos desde fuera del área y dio una asistencia que sintetiza lo mejor del panorama y la precisión de Riquelme y Bochini. El Messi que no encuentra las condiciones más favorables para enchufarse en el seleccionado es el que se conecta con el vasto circuito futbolístico del campeón catalán.
Barcelona, que sin resignar eficacia había perdido últimamente un poco de fluidez en su aceitado funcionamiento, se reencontró anoche con su mejor versión, la que lo llevó a ganar seis títulos consecutivos y a convertirse en el mejor equipo del mundo.
Lo sigue siendo. Barrió a Stuttgart por 4 a 0 y avanzó a los cuartos de final de la Liga de Campeones. Los rivales alemanes inspiran a Barcelona, que en el torneo anterior pulverizó a Bayern Munich por el mismo resultado de ayer.
La sintonía de Messi y Barcelona va en aumento, mientras el Mundial se acerca y en la Argentina no encuentra acompañantes ni sitio para dar lo mejor de sí. Messi jugó ayer de enganche, en zona central, situado detrás del centrodelantero (Henry); no lo hizo recostado sobre la derecha, su habitual punto de partida desde que apareció en primera.
El técnico Pep Guardiola dio otra muestra de su conocimiento e intuición para hacer de Messi la llave del equipo. El diario El País de España había publicado un informe sobre Messi en la función de enganche.
Daba cuenta de que en la categoría infantil (13 años) de Barcelona se desempeñaba de enganche. Cuando pasa del Juvenil B al plantel profesional empieza a hacerlo más de extremo derecho.
"Estaba participando poco. Necesitábamos que interviniera más. Si juega de extremo somos más previsibles. Leo es capaz de jugar bien en todos los sitios", había dicho un día antes Guardiola para justificar la nueva posición de Messi.
Ausente Xavi, el gran organizador, Messi compartió la mitad de la cancha con Busquets y Yaya Toure. El rosarino abrió la cuenta a los 13 minutos con un golazo. Aceleró con la pelota dominada desde un poco más adelante de la línea central y encaró al corazón del área, donde tres defensores no pudieron evitar que despachara un estupendo zurdazo al ángulo. Fue una gran acción individual, un contraataque furioso.
En el seleccionado argentino, por su estilo conservador, Messi está obligado a ese tipo de apariciones, pero no encuentra la confianza ni la precisión para terminar las jugadas.
Las otras dos intervenciones decisivas de Messi son más lógicas y naturales en Barcelona que en el seleccionado porque los entornos son muy diferentes. En su club, la movilidad de volantes y laterales le ofrecen más de una alternativa.
En el equipo de Maradona, son pocos lo que se le acercan y está más expuesto a la aventura ofensiva.
En el gol de Pedro (segundo de Barcelona), Messi filtró una asistencia magistral entre el 4 y el 2 para la entrada de Toure, un volante más dedicado a la contención. El esquema del seleccionado no favorece una jugada de ese tipo.
Lo mismo ocurrió con el segundo tanto de Messi, que recibió un pase de taco de Dani Alves (el mejor lateral derecho del mundo en la actualidad), cuyas proyecciones ventilan continuamente el carril. En ese ubicación, Maradona parece inclinado por Otamendi, un potente marcador, al que es imposible imaginar en escaladas como las de Alves.
Messi corrió al banco de los suplentes para festejar su segundo gol con Gabriel Milito, que luego ingresó para disputar el último cuarto de hora. El rosarino pudo ampliar su cuenta personal con un cabezazo que le tapó Lehmann y otro gran slalom que definió con un zurdazo desviado.
Fue una gran noche de Messi y, por añadidura, de Barcelona. Lo hizo en el puesto de enganche, como Alfio Basile lo ubicó en algunos amistosos (Suiza, Argelia, México) con un saldo interesante.
A Maradona le siguen llegando novedades para que Messi dejé algún día de ser una pieza suelta con la camiseta celeste y blanca.
38 los goles de Messi en 51 partidos de la temporada pasada: 0,74 de promedio.
31 los tantos en 37 cotejos en 2009/10 (0,83). Hizo 7 en los últimos tres encuentros.
6 los goles del rosarino a equipos alemanes en igual cantidad de partidos.
- Por Claudio Mauri - |