Copa América
Argentina aplica la estrategia del antihéroe en Belo Horizonte
Brasil favorito y todo en contra: la estrategia de antihéroe que diseñó la selección. El que nada tiene que perder. El que pacientemente opera para que la presión del Mineirao, esta vez, se siente únicamente sobre la espalda de Brasil. Y apriete fuerte. Messi es el gestor de la idea.
Messi que emociona todos los brasileños, es el capitán de la idea. La selección apenas empezaba a entrenarse en Buenos Aires cuando él sentó posición: "La realidad es que la selección está en una época de recambio. No somos candidatos a ganar la Copa América como otras veces", dijo, consciente de que los tiempos de favortismo explícito habían quedado atrás.
El viernes, cuando la Argentina le ganó a Venezuela en el Maracaná y el clásico quedó confirmado, no se corrió un centímetro: "Ellos son locales y tienen que salir a mostrarle a su gente. Hace tiempo que están con este proyecto. La mayoría de estos jugadores viene trabajando con el mismo técnico y la misma idea", diagnosticó a Brasil. No necesitó espejar a la Argentina para que las diferencias quedaran a la vista.
Belo Horizonte es el punto cardinal donde se encontraron la última vez. Y las circunstancias de entonces se repiten: a finales de 2016, el Scratch saldó con un 3-0 las distancias que existían. Ya Tite había enderezado ese barco en las eliminatorias, mientras Bauza era un bombero que no lograba apagar los incendios argentinos.
Aquella noche los locales volvían al Mineirao, donde en 2014 habían sufrido el oprobioso 1-7 ante Alemania. "¡7-1!", pronostica ahora Carlos Da Silva, un vendedor ambulante que ofrece banderas de Brasil a cinco reales en la plaza de la Libertad, en el corazón de la ciudad. La exageración se apoya en un sentimiento de superioridad que adentro del hotel Ouro Minas ningún integrante de la delegación local pondrá en palabras.
"Creo que Argentina nos atacará", opinó ayer Gabriel Jesús, uno de los cuatro delanteros que probablemente sean titulares. Él también protagonizó el último choque, en octubre de 2018, cuando Brasil ganó 1-0.
El antecedente vale por lo inmediato: ya Scaloni había ideado la renovación de la selección. De aquella noche en Arabia Saudita quedó la postura inferior que asumió la Argentina desde el comienzo y el dominio que Brasil ejerció, solo trasladado al resultado con un gol de cabeza de Miranda en el final. "Hay que tomarse el partido contra Brasil como una semifinal de la Copa América, no hay que pensar que tenemos a nuestro máximo rival enfrente. No preocupa que sea el anfitrión, preocupa que sea Brasil, es un gran equipo, muy complicado", plantea el entrenador ahora, ante la inminencia del partido más importante en la selección para la mayoría de los jugadores que trajo aquí: más de la mitad arrancó el torneo con menos de diez presencias con esta camiseta.
- Fuente: LaNación.com -
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