Por Alfredo Zaiat
Las claves de la economía de Alberto Fernández
Mientras la atención se concentra en quién será el ministro de Economía, el presidente electo va presentando los lineamientos de su política económica. Los objetivos ya fueron expuestos: recuperar el ingreso y el consumo popular, aliviar la carga de intereses y capital de la deuda, mejorar la situación fiscal, bajar la tasa de interés, desdolarizar las tarifas de los servicios públicos y una concertación de precios y salarios. Cuál debería ser el rol de los economistas en el nuevo gobierno. La pesada herencia del macrismo. - 01 de diciembre de 2019 -
Mientras la histeria mediática, de analistas y de hombres de negocios se expone sin pudor con la especulación acerca de quién será el ministro de Economía, Alberto Fernández no ha dejado de fijar posición en cómo quiere organizar las cuestiones básicas de la economía.
Esa desesperación por conocer el nombre del futuro titular del Palacio de Hacienda es una deformación sobre cuál es el lugar que deben ocupar los economistas en el espacio de la gestión pública. No son, y ya lo demostraron en más de una ocasión, personas especiales ni con cualidades diferentes respecto del resto de los miembros de un gabinete nacional.
En esta instancia, con la inmensa crisis que deja el macrismo, la cuestión principal reside en conocer cuál es la orientación política en el área económica que fijará el habitante más importante de la Casa Rosada.
La decisión subsidiaria que le corresponde a Alberto Fernández es elegir a la persona que pueda dar respuesta fiel a su proyecto político, cuyo modelo económico es base para su consolidación. Todos quienes siguen siendo mencionados como candidatos, ya descartado Guillermo Nielsen, responden a esa condición.
La incertidumbre que reina entre financistas y empresarios, de acuerdo a lo que se transmite en insistentes crónicas en los medios, apunta, más que a conocer el plan económico, a condicionar al próximo gobierno. Más que incertidumbre deberían sentir alivio de que está por culminar un ciclo económico neoliberal que ha provocado una licuación del valor patrimonial de sus empresas, además de acumular tres de los últimos cuatro años en recesión.
- Fuente: Página 12 -
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