Tráfico de drogas
La modelo narco está en el país y se entregaría
Avances en una investigación. Se trata de Angie Sanclemente Valencia, colombiana, de 30 años.
Está prófuga de la justicia argentina acusada de ser la presunta jefa de una organización de narcotraficantes.
Tiene un pedido de captura nacional e internacional. Fuentes extraoficiales dijeron que su situación en la clandestinidad se hace insostenible En diciembre pasado, cuando se despidió de sus amigos en el Distrito Federal, en México, les dijo que viajaba a la Argentina para pasar la Navidad y el Año Nuevo con su novio. Contó que, después, volaría a Los Angeles, Estados Unidos, para estudiar teatro. Su sueño era ser actriz en Hollywood.
Pero, desde el 18 de ese mes, Angie Sanclemente Valencia, una modelo colombiana de 30 años, está prófuga de la justicia argentina, acusada de ser la presunta jefa de una organización de narcotraficantes. Tiene un pedido de captura nacional e internacional.
Fuentes de la investigación dijeron a LA NACION que Sanclemente Valencia, que en 2000 había sido Reina del Café en Colombia, se podría entregar en los próximos días ante el juez en lo Penal Económico Marcelo Aguinsky, a cargo de la causa que se inició el 13 de diciembre pasado.
"Su situación en la clandestinidad se hace insostenible. La Cámara de Apelaciones en lo Penal Económico confirmó los seis procesamientos firmados por el juez Aguinsky. Es decir que la investigación tuvo un fuerte respaldo", explicó a LA NACION una fuente con acceso al expediente.
Una de las personas procesadas y con prisión preventiva es Nicolás G., un joven modelo argentino que conoció a Sanclemente Valencia en Cancún, México. Los dos modelos comenzaron una relación amorosa que continuó a pesar de la distancia.
Para la justicia argentina, Sanclemente Valencia pretendía montar en el país una organización para "explotar" una ruta para traficar cocaína hacia Europa vía Cancún, en México, haciendo salir la droga vía aérea desde la Argentina.
Cuando el 21 de febrero pasado LA NACION hizo pública la historia de Sanclemente Valencia, los investigadores sostenían que la modelo colombiana estaba en el país, que no había salido por ningún paso fronterizo. Los indicios indican que no se equivocaron.
Es más, según dijo a LA NACION un conocido de Sanclemente Valencia, que vive en México, en su perfil de la red social de Facebook, la modelo colombiana subió fotografías de su estada en Buenos Aires, las que fueron tomadas después de su pedido de captura.
"Acá en México nadie quiere hablar de ella, pero no por Angie, sino por su ex esposo", dijo el conocido de la prófuga, que prefirió no dar a conocer su nombre. Según lo que declaró uno de los procesados por la justicia argentina, el ex marido de la modelo colombiana es un jefe narco apodado "El Monstruo".
Según consta en el expediente, la modelo colombiana llegó a la Argentina el 7 de diciembre pasado. Arribó al país acompañada de un perro de raza pomerania, que terminó siendo clave para poder ser identificada. El animal quedó registrado en la bodega y así se pudo ubicar a la sospechosa.
Fin de los planes Los planes de la joven colombiana marchaban a la perfección hasta que el 13 de diciembre pasado su organización comenzó a ser desbaratada.
Ese día fue detenida por personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en el aeropuerto internacional de Ezeiza una muchacha de 21 años que intentó embarcar en un avión con destino a Cancún una valija con 55 kilos de cocaína. Doce horas después, los investigadores detuvieron a otras tres personas. Días más tarde fueron apresados Nicolás G. y su tío.
Según dijeron a LA NACION fuentes de la investigación, la organización encabezada por la ciudadana colombiana pretendía que cada 24 horas viajara una joven con una valija de cocaína a Cancún. Las mujeres debían tener una única característica: ser lindas, pero no llamativas. Por cada viaje les iban a pagar 5000 dólares.
Una de las personas procesadas, Ariel L. también fue modelo publicitario. Según el expediente, debía ser el encargado de conseguir las jóvenes que llevaran la droga a Cancún.
"Algunos de los procesados comenzaron a echarse la culpa entre sí. Eso es bueno para la investigación porque se pueden conocer nuevos datos", dijo un detective del caso.
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