Moscú y Washington en alerta
Una de las "viudas negras" del subte tenía 17 años
Al igual que la otra atacante, la terrorista era esposa de un líder guerrillero. El Servicio Federal de Seguridad ruso declaró poco después de los ataques al subte, que tenía datos de que habían sido organizados por grupos islamistas del Cáucaso Norte y perpetrados por mujeres kamikaze, llamadas "viudas negras" por ser familiares de guerrilleros abatidos por los servicios secretos. MOSCU.- Las dos terroristas suicidas que el lunes pasado murieron en un atentado con explosivos en dos estaciones del subterráneo de Moscú eran muy jóvenes y viudas de jefes guerrilleros del Cáucaso abatidos por agentes de seguridad rusos, según fuentes de la investigación citadas ayer por la prensa rusa.
Las dos mujeres fueron identificadas en forma preliminar como Zhannet Abdurakhmanova, de 17 años y oriunda de la república caucásica de Daguestán, y Markha Ustarkhanova, chechena de 20 años, según publicó el diario Kommersant .
Abdurakhmanova era viuda de Umalat Magomedov, el líder de los guerrilleros islámicos de Daguestán abatido por la policía rusa el 31 de diciembre pasado junto con otros tres combatientes. Todo en ella, una de las muchas "viudas negras" del Cáucaso, remite al mundo árabe: el nombre, derivado de la palabra "jannat" (paraíso) y las variantes de su apellido ("esclava de Alá").
Zhannet conoció a Magomedov por Internet, método utilizado con frecuencia por los insurgentes para reclutar a futuras kamikazes. Tras conocerla, Magomedov la llevó consigo casi por la fuerza. Tras la muerte de su marido, la joven se convenció al parecer de sacrificarse en venganza.
Después del atentado, la policía le encontró encima una carta en árabe que decía: "Nos volveremos a encontrar en el cielo". La misiva alimenta la hipótesis de que pudo haber sido entrenada en Medio Oriente, ya que el árabe es raro en el Cáucaso.
En tanto, Ustarkhanova era viuda de Said-Emin Jizriev, el jefe de los islamistas de Gudermes, la segunda ciudad más importante de Chechenia, fue asesinado en octubre pasado cuando preparaba un atentado contra el presidente checheno, Ramzan Kadyrov. La mujer, desaparecida desde el año pasado, habría conocido también a su esposo a través de Internet.
El Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso declaró, poco después de los ataques al subte, que dejaron 40 muertos, que tenía datos de que habían sido organizados por grupos islamistas del Cáucaso Norte y perpetrados por mujeres kamikaze, llamadas "viudas negras" por ser familiares de guerrilleros abatidos por los servicios secretos.
El FSB supone que ambas kamikazes podían pertenecer al grupo de 30 "viudas negras" instruidas primero en Turquía y luego en el Cáucaso por uno de los principales ideólogos de los islamistas, el ruso Alexandr Tijomirov, asesinado hace un mes en la república de Ingusetia.
Esas mujeres suicidas, nueve de las cuales de habrían inmolado antes del atentado en Moscú, se subordinan directamente al líder guerrillero checheno Doku Umarov, quien reivindicó los ataques terroristas en la capital rusa y prometió extender la guerra por todo el país. Según los investigadores, ambas mujeres llegaron a Moscú en un ómnibus procedente de la ciudad daguestaní de Kizlyar, donde el miércoles pasado un doble atentado suicida dejó 12 muertos.
La identificación inicial de Abdurakhmanova y Ustarkhanova se llevó a cabo mediante la comparación de fotos de las cabezas de ambas halladas tras el atentado con las de las bases de datos de personas buscadas por actividad guerrillera, simpatizantes con los islamistas y desaparecidas.
Según la policía chechena, Ustarkhanova tenía en el mentón una cicatriz como la que fue hallada en la cabeza de una de las terroristas. Además de las fotos de las dos "viudas negras", la policía difundió imágenes captadas por las cámaras del subte de un hombre que se supone que acompañó a ambas terroristas y que podría ser el organizador del atentado.
El presidente ruso, Dimitri Medvedev, afirmó ayer que la investigación de los atentados avanza rápidamente. Además, el mandatario, que anteayer viajó sorpresivamente a Daguestán, lamentó la imposibilidad de aplicar la pena de muerte en el país, después de la moratoria firmada por el entonces presidente Boris Yeltsin, en 1996.
En respuesta a un dirigente comunista, que tras los atentados propuso la pena de muerte para los responsables, Medvedev dijo que "los autores de actos de terrorismo deberían responder, pero en cuanto se refiere a la pena de muerte tenemos nuestras obligaciones". Y añadió: "Puedo decir que, si hubiera sido presidente en los 90, las decisiones habrían sido diferentes, pero ahora es inútil hablar".
Agencias ANSA, EFE, AP y Reuters
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