Anunciaron un plan de viviendas que financiarán la Nación y la ciudad . Advirtieron que quienes participen de nuevas tomas no podrán acceder a ningún beneficio social .

Anoche, los ocupantes del parque Indoamericano comenzaron a abandonar el lugar

Después de una jornada de tensión en la que continuaron extendiéndose las tomas de predios en la Capital y en el conurbano, los ocupantes del parque Indoamericano comenzaron anoche a desalojar el lugar y la crisis parecía, por primera vez en varios días, más cerca de una solución.

Esto era posible gracias a un acuerdo alcanzado ayer, a última hora de la tarde, entre los gobiernos nacional y porteño para el lanzamiento de un plan de viviendas, cuya prioridad será para los que "más lo necesiten" y con la explícita advertencia de que, de aquí en más, quienes realicen usurpaciones no tendrán derecho a ése ni a ningún otro beneficio social.

Así lo anunciaron los jefes de gabinete de Cristina Kirchner y de Mauricio Macri, Aníbal Fernández y Horacio Rodríguez Larreta, respectivamente, en la Casa Rosada.

En el enorme predio ocupado de Soldati, los diversos delegados informaban lo mismo a los casi 6000 ocupantes que, cerca de las 23, comenzaron un lento éxodo ante las promesas oficiales.

Según comentaron a La Nacion algunos de los que se retiraban del predio, el militante kirchnerista Alejandro Salvatierra, líder de la toma, les había dado un ultimátum a los usurpadores: o se iban con un certificado para iniciar un trámite para lograr la vivienda u hoy serían desalojados por la fuerza.

Después de un día sin diálogo entre ambos gobiernos, en la tarde de ayer Macri volvió a ser convocado a la Casa Rosada con sus ministros. Al término del encuentro se anunció un plan de viviendas, que será financiado de manera conjunta. "Por cada peso que ponga la ciudad, el Estado [nacional] pondrá un peso", anticipó Fernández.

Rodríguez Larreta detalló que sólo podrán incorporarse al plan las personas "que más lo necesiten" y que deberán acreditar un mínimo de dos años de residencia en la Capital. Respecto de los beneficios para los ocupantes del parque Indoamericano, simplemente se explicó que "no van a ser excluidos, pero tampoco priorizados".

Otros detalles sobre el alcance del plan -como el cupo anual de viviendas, el plazo de entrega y la conformación del padrón de beneficiarios- serán definidos por los equipos sociales de Macri en los próximos días, aclaró Rodríguez Larreta a La Nacion.

Al plan de viviendas de la ciudad, dijo el jefe de gabinete porteño, no podrán incorporarse quienes usurpen terrenos. El concepto fue reiterado por Aníbal Fernández: "Es una decisión nacional. Todo aquel que usurpe un terreno, tanto público como privado, no tendrá derecho a percibir o acceder a un plan de vivienda ni a ningún otro plan de asistencia social", afirmó.

Con esta medida, las autoridades intentan solucionar la grave crisis creada por la ola de ocupaciones, que comenzó el martes de la semana pasada en el parque de Villa Soldati y luego se extendió a otros puntos de la Capital y conurbano.

En efecto, apenas culminó el anuncio, muchas de las familias que acampaban en el Indoamericano comenzaron a retirarse del lugar. Pero un grupo decidió quedarse. Juan Carlos Alderete, líder de la Corriente Clasista y Combativa, anticipó que su agrupación permanecerá en el predio en apoyo a los ocupantes. Estos rechazaron la propuesta oficial. Sucede que el anunció no resultó una novedad en el predio tomado.

A media tarde, en el parque Indoamericano se habían discutido las condiciones del acuerdo que, horas después, sería presentado por las autoridades. Fuentes que participaron de las discusiones en el lugar relataron que los ocupantes más vinculados con el kirchnerismo, como Alejandro Salvatierra, insistieron en la necesidad de retirarse del predio después de que se presentara la propuesta de planes de vivienda.

El argumento fue que debían proteger a la presidenta Cristina Kirchner. Y para eso era necesario, según se decía, aceptar este primer paso para no desairar al Gobierno. Casi como una exigencia, Salvatierra entregó formularios del Ministerio de Desarrollo Social para anotarse en los futuros planes de vivienda.

Otros argumentos fueron menos conciliadores. "A eso de las ocho de la noche vino Salvatierra para decirnos que lo mejor que podíamos hacer era irnos porque, si no, nos iban a reprimir", dijo a La Nacion una asustada madre boliviana de cinco niños, de nombre Miriam, que se retiraba del parque.

Cerca de las 23, el viento arrastraba un penetrante olor a nylon quemado: en el interior del parque ardían una docena precarios refugios levantados con maderas de palets y bolsas negras de consorcios.

"Mi mujer y mis hijos se fueron, pero yo me quedo. Yo soy argentino y no tengo nada que perder", dijo Juan, a quien le dijeron que los iban a colocar en un listado para otorgarles viviendas, pero él no aceptó.

Justamente no todos anoche estaban convencidos de abandonar sus posiciones, en especial quienes llegaron en la toma inicial del terreno. Aunque también avizoraban como problema el posible retiro de la Gendarmería y el eventual enfrentamiento con aquellos que se presentan como vecinos indignados.

Altas fuentes del gobierno porteño prefirieron no arriesgar cuáles serán los pasos por seguir en el caso de que algunos usurpadores no se retiraran.

Antes del anuncio en la Casa Rosada, la presidenta Cristina Kirchner había considerado que las ocupaciones de predios se produjeron "en la semana en la que el Gobierno cumplía tres años", con el objetivo de "evitar" un buen "balance" de gestión. Y consideró que "esto no se desmadró, se apadrinó", en una elipsis que muchos entendieron como dirigida a Eduardo Duhalde y a Mauricio Macri.

"Los convoco a tener respeto por el otro desde nuestras diferencias. Unidos con mucha fe en Dios y en nosotros mismos. Pese a intentos y provocaciones, tenemos que estar con serenidad y responsabilidad, porque la vida de más de 40 millones de argentinos depende de nosotros", dijo la Presidenta.

Por su parte, la Comisión Episcopal Argentina emitió un comunicado en el que, con el título "La Navidad nos invita a vivir como hermanos", advirtió sobre los "signos de fragmentación social" en el país.

PUNTOS CLAVE

El plan de viviendas será para "quienes más lo necesiten". Se medirá según nivel de ingresos y necesidades básicas insatisfechas.

Como requisito, los beneficiarios deberán tener al menos dos años de residencia en la ciudad, de modo de evitar la migración desde otros distritos.

El financiamiento será conjunto entre la ciudad y la Nación por partes iguales. Funcionará desde hoy una mesa de trabajo conjunta.

Los usurpadores de Villa Soldati serán tenidos en cuenta. "No serán excluidos los que fueron censados, pero no serán priorizados", dijo Horacio Rodríguez Larreta.

De ahora en más , "el que usurpe no tendrá derecho a planes de vivienda ni sociales" del gobierno nacional, advirtió Aníbal Fernández. Fue la señal más contundente de ambos gobiernos.

Otras precisiones del plan de viviendas de la ciudad sólo serán definidas en los próximos días por los equipos de Macri.