Por Álvaro García
“Separar la paja del trigo”
La ministra de Planificación de Brasil, Miriam Belchior, expresa una de las prioridades de su Gobierno sobre las inversiones que se han registrado en el país latinoamericano en los últimos tiempos. “Separar la paja del trigo”.
El Gobierno de Dilma Rousseff ha anunciado una inyección de 5.000 millones de dólares al Banco Nacional de Desarrollo (BNDS).
Esta es la imagen con la que Miriam Belchior (Santo André, 1958), ministra de Planificación de Brasil, expresa una de las prioridades de su Gobierno sobre las inversiones que se han registrado en el país latinoamericano en los últimos tiempos.
En momentos de crisis financiera en gran parte del planeta, Brasil, el cuarto país del mundo que recibe más inversiones, corre el riesgo de convertirse en un apetitoso objetivo de la inversión especulativa, la que a medio plazo es perjudicial.
Con un Mundial de fútbol y unos Juegos Olímpicos a la vuelta de la esquina (en 2014 y en 2016, respectivamente), Brasil tiene necesidad de construir infraestructuras no sólo relacionadas con ambos eventos deportivos, sino que sirvan a amplias zonas del país.
Como parte de ese esfuerzo el Gobierno de Dilma Rousseff ha anunciado una inyección de 5.000 millones de dólares al Banco Nacional de Desarrollo (BNDS).
“En Brasil, el responsable de las grandes inversiones siempre ha sido el sector público y luego le ha acompañado la banca privada. En el momento actual la banca privada se retrae y es ahí donde debe actuar el Estado”, explica la ministra, quien destaca que el crecimiento debe producirse especialmente en infraestructuras, energía y transportes, pero también en producción de bienes mediante asociaciones entre empresas brasileñas y españolas.
Desde hace años la diplomacia brasileña es especialmente cuidadosa en no despertar el recelo de sus vecinos y socios económicos ante la evidente pujanza de su mercado y el atractivo que supone para empresas de todo el mundo.
“Esa no es nuestra perspectiva. Tanto con el presidente Lula como ahora con la presidente Dilma trabajamos para una región que ya no es sólo el MERCOSUR, sino UNASUR”, subraya Belchior en referencia a la Unión Sudamericana, constituida en 2008. “Nuestra estrategia es la de trabajar de manera cuidadosa con las asimetrías regionales.
Necesitamos acelerar todavía más los intercambios en toda América del Sur no sólo en comercio, sino a otros niveles, como, por ejemplo, universidades. Eso es todo lo contrario de un país haciendo la competencia a todos los demás”.
La administración brasileña está recibiendo críticas por el retraso en las obras para la celebración del Mundial de Fútbol. Belchior les resta importancia. “Eso es algo que siempre se dice sobre los países organizadores de este tipo de acontecimientos, pero lo cierto es que las obras se acabarán bien”, asegura.
- Por Álvaro García - - El País, España
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