1996 - 26 de Octubre - 2020
"Un vacío imposible de llenar"
Es una fecha muy significativa para muchas personas que lo conocieron. Un 26 de octubre de 1996 fallecía en Buenos Aires, el Dr. Armando Renato Gallesio, médico cirujano y uno de los fundadores de Clínica Madariaga de Paso de los Libres. Irascible, con un genio vivo y muy bonachón, tenía una personalidad avasallante que demostró en cada uno de los actos significativos, durante muchos años al servicio de la comunidad. Este medio periodístico lo recuerda con ese título que fue tapa de la Revista Imagen hace 24 años atrás.Un merecido reconocimiento a un grande de la medicina en esta zona del país. UN VACIO IMPOSIBLE DE LLENAR
Qué difícil es hacer una crónica y llenar un espacio gráfico, cuando la congoja y la tristeza por la pérdida de alguien querido, empaña la idea y el pensamiento de lo que quiero escribir.
No faltan las palabras, realmente sobran las palabras, pero es tanto lo que podría relatar, que las mismas salen a borbotones, como si las lágrimas contenidas muy hondamente, quisieran salir todas de una vez.
Y eso tal vez es bueno, porque la tristeza que desde hace varios días se instaló en mi hogar, es el fruto de un afecto que comenzó hace mucho tiempo.
Hace ya veinte años que el Dr. Gallesio entró en mi casa, desde el momento mismo en que mi esposa entró en Clínica Madariaga, llevándolo en cada una de las palabras y comentarios que vertía constantemente.
Siempre presente, durante las comidas, almuerzos o cenas, sentado imaginariamente en una silla, como si fuera el cuarto integrante de una familia de tres personas.
Irascible, con un genio vivo y muy bonachón, tenía una personalidad avasallante que demostró en cada uno de los actos significativos, durante muchos años al servicio de la comunidad.
Fue sin lugar a dudas, uno de los principales responsables del crecimiento de Clínica Madariaga, siempre aportando su experiencia e idoneidad para que el funcionamiento de la misma, alcanzara el sitial de honor que actualmente ostenta, líder en la medicina integral de esta ciudad.
Los integrantes de este establecimiento de la salud, sentirán la falta de un profesional que se entregó en cuerpo y alma, para fundamentar con hechos, la realidad que es hoy Clínica Madariaga.
Hace poco tiempo, nosotros los que formamos de alguna manera esta gran familia que tiene la Clínica, tuvimos que lamentar otra irreparable pérdida, que fue la desaparición física del Dr. Alessio Chiappano, distinguido médico de Paso de los Libres, que también dedicó su vida al servicio de los necesitados, por lo que el dolor que hoy nos embarga por la muerte del Dr. Armando Gallesio, es doblemente significativa, por la importancia que tuvieron los dos en nuestra existencia y en la de muchos integrantes de esta comunidad.
Posiblemente quedarán en el recuerdo de todos, los comentarios de sus compañeros y colegas de los principales motivos que aceleraron su prematura muerte, más allá de los problemas de salud que hacía tiempo padecía, pero que se agravaron por inconvenientes y disgustos, que tuvo con otros colegas médicos por diferencias de criterio que el Dr. Gallesio defendía y que su experiencia y trayectoria lo permitían.
Siempre trató de proteger a su querida Clínica porque tenía la suficiente inteligencia para hacerlo, demostrando a los otros profesionales médicos que hace poco tiempo llegaron a nuestra ciudad, que primero se debe pensar en el paciente y solamente después, en los beneficios que todo médico merece tener, pero esto lamentablemente quedará como una triste anécdota, porque los que aprendimos a conocerlo y a quererlo a través de muchos años de convivencia, lo recordaremos como lo que fue, UN GRANDE DE LA MEDICINA.
Con todos sus virtudes y defectos, bondadoso, peleador, modesto, colérico, generoso y comprensivo con los que lo rodeaban diariamente.
Posiblemente seguirá residiendo en mi hogar, como así también en muchos hogares de mucha gente, no queriendo irse y nosotros no permitiendo que se vaya, porque forma parte de nuestra familia aunque nunca vino a instalarse.
Nunca olvidaremos que desde aquel día que entró en nuestras vidas, hace más de veinte años, su presencia se hizo sentir y continuará haciéndolo, porque la energía y temple que tuvo en la vida, nos seguirá acompañando por siempre.
Hoy mi llanto es parecido a otros llantos y mi dolor parecido a otros tantos y no creo en el consuelo de los tontos.
No tengo más palabras y no creo que existan en este momento algunas más. No sirven las palabras.
- José Elpidio Romero - - Publicado en Revista Imagen en Octubre de 1.996 -
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